Este artículo se publicó hace 3 años.
'Maricón Perdido’, una ventana al acoso en primera persona a la que deberían asomarse los abusones
'Maricón Perdido', serie creada por Bob Pop, se estrena este viernes a las 22:00 horas en TNT.
María José Arias
Madrid-
Maricón Perdido, serie creada por Bob Pop, es un contenedor de emociones, una montaña rusa hecha con tanto cuidado, cariño, respeto y pasión que es imposible no dejarse llevar por la historia de un joven Roberto Enríquez que, pese a todo y a algunos, no se rinde. La serie, autobiográfica, se mueve entre la realidad, la fantasía, la literatura y la música que conviven en ese cráneo privilegiado de quien tuvo que emplear una buena parte de sus energías vitales en no caer en el agujero en el que le querían meter por ser quien es, por ser como es. Contra la intolerancia y el acoso: Maricón Perdido.
"Así es como mi cabeza funciona. Lo único que he hecho es reflejar los mecanismos de mi cabeza a la hora de necesitar evasión, fantasía, referentes, recursos, huidas… Me hubiera encantado tener 15 años y andar follando en un descampado, pero resulta que estaba en mi casa leyendo porque también formo parte de una generación de personas LGTBI a la que nos robaron la adolescencia. No podíamos tontear, no podíamos tener nuestros primeros ligues, nuestros primeros amoríos… A mí me quedaban los libros, las películas y las canciones para imaginarme otra vida, imaginarme otro yo", comenta el creador, guionista y protagonista (aunque interpretado por Gabriel Sánchez y Carlos González en sus versiones más jóvenes) .
Maricón Perdido, producida por El Terrat (The Mediapro Studio) para WarnerMedia, está contada en dos tiempos, el del Roberto adolescente y el del Bob Pop joven. Con este planteamiento se entrega a un juego de espejos en el que se plantea también, como apunta su creador, un "juego entre identidades" que muestra "como el Bob veinteañero/treintañero es un producto directo del Bob adolescente y cómo se enfrenta a distintas situaciones con distintas herramientas".
En los tres capítulos vistos antes del estreno de este viernes facilitados a los medios por TNT se abordan algunos pasajes de la vida del colaborador de Leit Motiv que resultarán conocidos a quienes han seguido su carrera. Lo nuevo, lo que no ha contado hasta ahora, avisa que se lo guarda para la segunda mitad de la temporada. Sobre los pasajes elegidos para incluir en los guiones, explica Bob Pop que escogió aquellos que le permitían "formar un dibujo de unir los puntos donde saliera yo. He elegido los momentos que mejor me explicaban y mejor enlazaban con otras explicaciones de mí. Yo creo que ha sido por necesidades narrativas".
Y, además, "gordo"
Uno de los grandes valores de Maricón Perdido (y tiene muchos) reside en su forma de exponer, impactante en lo visual, pero también a nivel emocional, cuáles son las herramientas usadas por su protagonista para hacer frente a la lacra del acoso y la violencia. Además, suma a la ecuación el señalamiento por el físico. La muletilla "y, además, gordo" se escucha varias veces como remate tras otros términos despectivos del tipo empollón y maricón.
"Es curioso, porque siento que nunca se ha contado esto, nunca se ha contado que tener un cuerpo no normativo implica un montón de cosas. Si ya en el pack eres gafotas, maricón, empollón y gordo, pues estás muy determinado de la vida que te espera", analiza Bob Pop. Por eso quiso "hacer un ejercicio con esto: mostrar los cuerpos gozosos de gordos que también tienen derecho al deseo, al amor y a todo lo que en los productos audiovisuales no nos suelen enseñar. Porque los personajes LGTBI que hemos visto en la mayoría de series son ideales, monísimos y, bueno, puede que no les quieran un poco, pero la autoestima física no la tienen tan destrozada como puedes tenerla como un niño o una niña gordo".
Está muy extendido, y eso también se ve la serie, usar los kilos de más como un arma arrojadiza, como si fuesen culpa de uno mismo. "Es como que la delgadez es un valor. Además, tiene un componente incluso culpuso. Es decir, eres gordo porque eres vago, porque no haces ejercicio, comes mal… Eso, en el momento de la adolescencia, en el que estás conformando tu propia identidad, tu cuerpo, tus deseos y tu necesidad de sentirse refrendado por la mirada ajena, eso es muy duro", sentencia Bob Pop. Para reflejarlo con toda la verdad posible quiso que los actores que le diesen vida fuesen "actores gordos de verdad".
El poder del reparto
Gabriel Sánchez interpreta al Bob adolescente. Carlos González, al Bob más adulto. Los dos son todo un verdadero acierto de casting. Consiguen reflejar un abanico infinito de sentimientos y arrancar al otro lado de la pantalla empatía contribuyendo a toda esa ternura que emana la serie. Lo que buscaba en ellos, en aquellos en cuyas manos iba a poner su vida el creador y guionista de la serie, era "miradas de ternura, capacidad de entender lo que yo había escrito, mejorarlo… Es lo que han hecho. No tanto como intérpretes actorales, sino como intérpretes de lengua, que ellos lean lo que yo he escrito, lo digieran y me lo traduzcan a su idioma de actores y actrices".
Ambos, quizá menos conocidos para el gran público, están arropados por un elenco de nombres que va de Candela Peña a Carlos Bardem pasando por Alba Flores y Miguel Rellán. Son madre, padre, amiga y abuelo. Cada uno, impecable en su papel. Especial mención merecen esa pareja de progenitores tan particulares y que ponen de manifiesto cómo ha cambiado la forma de educar y de entender lo que supone e implica la paternidad. De ahí que no haya nostalgia en el relato y sí "sentido crítico". Porque hay una cosa muy importante (otra más) que se ve en Maricón Perdido y que destaca Bob Pop durante la entrevista. Y es que "si tú eres víctima de acoso y, además, no encuentras refugio en tu casa porque tu casa sigue las mismas normas y los mismos prejuicios que el mundo exterior, todo es mucho más jodido. Cuando tu casa es un refugio y un lugar donde sentirse fuerte pese a todo, lo que pase fuera es otra cosa. Y creo que actualmente los padres tiene n otra actitud muy diferente".
Una lectura en positivo, pero sin toxicidad
De esta serie son muchos los mensajes que se pueden sacar, las lecciones y las reflexiones. Una de ellas es la manera en la que Bob Pop, como tantas otras personas en su situación, ha afrontado una adolescencia y juventud complicadas donde el acoso y la violencia física y verbal han sido recurrentes. Reconoce que más que un mensaje lo que quiere es transmitir cómo él lo ha sentido y hacerlo desde el sentimiento de sentirse un "privilegiado" por estar "vivo contándolo". Contrario al uso del concepto "superviviente", quiere evidenciar que "lo que sí hay es la sensación de que sí, que muchas cosas fueron una mierda, pero que estoy aquí, lo estoy contando y, sobre todo, me he encontrado muchísimo cariño, apoyo y soporte a lo largo de mi vida".
Lo logra evitando en todo momento esa idea enarbolada por algunos de que "el acoso o el dolor nos forman, nos hacen mejores, más fuertes". Porque, como dice alguien que lo ha sufrido en primera persona: "No, una mierda. A mí me encantaría ser quien soy sin haber tenido que pasar por ese dolor y no creo que sea mejor por ese dolor. De hecho, creo que me he perdido tantas cosas por tener que huir de ese dolor, por tener que buscar evasión.., pero lo poco que me haya enseñado lo uso. Porque, al menos, que sirva para algo. No quiero que el dolor parezca un rito de iniciación que nos convierte en superhéroes, sino que es una mierda, indefectiblemente, pero al menos que la vida nos enseñe a darle uso. Y a mí, por ejemplo, me ha servido para escribir esto. Hubiera sido mejor [sin acoso] y seguramente hubiera sido más listo y más fuerte, porque habría perdido mucho menos tiempo en defenderme".
Ahora, una vez escrita, rodada y estrenada, le llega el turno a los espectadores de dejarse llevar y adentrarse en una serie recomendada para todos y que deberían ver también quienes acosan, para que sean consciente del daño que causan. "No es un chiste, es un dolor. Además, hay una cosa que para mí es muy importante en la serie. Cuando dices 'te has mostrado, te has abierto en canal', es que es la única manera de hablar cara a cara a los acosadores, hablar desde mi lugar, mostrándome como soy, absolutamente desnudo de barreras. Que con esa forma directa también se enfrenten en su mirada a mí. Creo que muchas veces el acoso se produce porque no nos ven, no nos miran, creen que somos un vehículo para que ellos hagan la gracia o adquieran su estatus en el grupo animal, pero a quien están acosando está ahí, tiene cosas que contar… Con lo cual, estaría muy bien que quienes acosan también vean esta serie, porque son los únicos responsables. Quienes sufren el acoso no son responsables de su sufrimiento", concluye.
Sin disculpas, solo agradecimientos
Una de las sensaciones que transmiten esos tres capítulos de Maricón Perdido es que no se buscan disculpas ni revancha. "Todo lo contrario. Me apetece más que la gente a la que le doy las gracias se vea y se reconozca, que aquellos a los que trato con desprecio vengan a pedir disculpas. No quiero disculpas de nadie. Ya está. Yo lo único que quiero es dar las gracias y que la gente que estuvo a mi lado se sienta bien", valora Bob Pop.
Desde ese tono amable, inteligente y derrochando sentimientos positivos que le caracteriza y que se aprecia en su serie, considera que no tiene derecho a buscar venganza ni nada que se le parezca "porque realmente estoy instalado en un privilegio enorme, que es haber podido contar mi historia, a mi manera, estar rodeado de mucho amor y sentirme muy querido. No hay revanchismo, no hay nostalgia, y tampoco hay autocompasión. Lo que hay son muchas ganas de crear una obra que haga disfrutar a la gente y que la acoja". Vistos los tres primeros se puede decir que ha cumplido su objetivo.
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