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¿Por qué se está reduciendo la brecha de longevidad entre hombres y mujeres?

Un nuevo estudio liderado por investigadores españoles confirma que la esperanza de vida ha aumentado en las últimas décadas en todo el mundo y cada vez hay menos diferencia entre hombres y mujeres.

La diferencias en la esperanza de vida entre hombres y mujeres se está reduciendo, pero se prevé que continuará.
La diferencias en la esperanza de vida entre hombres y mujeres se está reduciendo, pero se prevé que continuará. Eduardo Parra / Europa Press

La mayoría de los países del mundo han experimentado mejoras en la esperanza de vida entre 1990 y 2010. Sin embargo, se prevé que la longevidad entre hombres y mujeres cada vez sea más parecida debido a los cambios sociales experimentados en las últimas tres décadas. Entre ellos, que los trabajos tradicionalmente asociados a varones han evolucionado o que muchas mujeres han incorporado a sus vidas hábitos como el consumo de alcohol y tabaco. Los datos se extraen de un artículo publicado este miércoles en la revista PLoS One, que, con todo, sostiene que la diferencia persistirá debido a motivos biológicos.

Un grupo de investigadores de España y Reino Unido se han preguntado si existe convergencia o divergencia hacia un patrón único de mortalidad (la gente muere más) y longevidad (la gente tiende a vivir más) entre los distintos territorios. En el estudio se han utilizado nuevos enfoques estadísticos para analizar la esperanza de vida al nacer, junto a otros ocho indicadores de mortalidad, y para ellos se emplearon datos y proyecciones de 194 países procedentes de los registros de la División de Poblaciones de las Naciones Unidas.

"Hemos medido este fenómeno a través de nueve indicadores que capturan el fenómeno de la mortalidad y la longevidad desde perspectivas diferentes. Con ello, agrupamos los países a través de la metodología clúster, que busca aglomerar aquellos con resultados parecidos", explica a SINC David Atance, investigador de la Universidad de Alcalá de Henares.

"Sin tener en cuenta los países desarrollados, (...) el resto tienden a agruparse alrededor de los continentes"

Los expertos observaron que, entre 1990 y 2010, los países de todo el mundo pueden congregarse en cinco grupos en función de sus características de mortalidad/longevidad. "Sin tener en cuenta los países desarrollados, que tienden todos a pertenecer al grupo con los mejores indicadores, el resto tienden a agruparse alrededor de los continentes", añade.

Aunque los grupos siguen trayectorias diferentes, comparten algunos aspectos comunes. "Varios países cambiaron de clúster entre los dos momentos —debido probablemente a guerras y condiciones socioeconómicas y políticas perjudiciales— pero, en general representan la configuración de los continentes. Este hecho es muy interesante porque refuta la literatura pasada utilizando muchos menos indicadores", continúa Atance.

Los principales cambios en ambos sexos ocurrieron en todos los países africanos, a excepción de los del norte. Esto puede explicarse por los niveles de pobreza, educación, guerras, desigualdades y fragilidad del sistema sanitario, lo que facilita la rápida dispersión de epidemias como el VIH, el ébola o la malaria.

La brecha entre hombres y mujeres

El nuevo trabajo también revela que la diferencia en la mortalidad entre hombres y mujeres se está reduciendo progresivamente. Por un lado, la diferencia de la esperanza de vida entre los dos sexos, fruto del efecto perjudicial de trabajos obreros en los varones, se reducirá aunque la brecha global persista en el futuro porque los hombres poseen mayor riesgo de sufrir ciertas patologías.

"Un trabajo de 2022 demuestra que la pérdida del cromosoma Y está asociado con un incremento en el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares, cardiacas, fibrosis o disfunciones cardiacas", indica el experto español. "Los hombres tienden a perder este cromosoma durante su proceso de envejecimiento mientras que las mujeres no, lo que permite explicar que los resultados de mortalidad/longevidad de ellas siempre serán mejores", añade.

Sin embargo, desde comienzos del siglo XXI, esta diferencia se ha ido reduciendo cada vez más con el paso del tiempo. "Varios estudios lo achacan a la incorporación de los malos hábitos tradicionalmente de los hombres por parte de las mujeres, como el consumo de alcohol, tabaco y otros no favorables", afirma.

Los investigadores utilizaron su modelo para predecir las agrupaciones en 2030 y constataron la continuación de estas tendencias. "En el futuro, pese a que estas diferencias entre hombres y mujeres puedan disminuirse, es de esperar que se sigan manteniendo", concluye Atance.

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