Refrescando la memoriaLa ruta Walter Benjamin en Portbou, un memorial del exilio de los intelectuales perseguidos por el nazismo
El memorial Passatges y la ruta de Walter Benjamin recuerdan la huida de intelectuales por los Pirineos, el exilio republicano y el trágico final del filósofo alemán, en un espacio donde la historia, la naturaleza y la memoria personal se encuentran.

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Walter Benjamin (1892-1940) fue un pensador alemán de origen judío, escritor, crítico literario y filósofo. Conocido por sus reflexiones sobre la cultura, la historia y la sociedad, Benjamin analizó cómo el capitalismo, la tecnología y la política transformaban la percepción del mundo. Es autor de obras fundamentales como La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica y Tesis sobre la filosofía de la historia. Su mirada influyó profundamente en el pensamiento crítico del siglo XX. Pero su trayectoria intelectual se vio truncada por el ascenso del nazismo.
La persecución nazi y el exilio en Francia
Con la llegada de Hitler al poder en 1933, Benjamin —judío y marxista— se convirtió en objetivo del régimen nazi. Huyó de Alemania y se estableció en París, desde donde continuó escribiendo. Pero su situación se volvió cada vez más precaria. Sin recursos, vigilado y amenazado, Benjamin vivía como un exiliado permanente.
En 1940, con la ocupación nazi de Francia, la vida de Benjamin corrió un peligro inminente. Sabía que, si lo capturaban, lo deportarían o lo matarían. Intentó huir hacia Portugal para embarcar rumbo a Estados Unidos, donde lo esperaban amigos como Theodor Adorno. Pero la frontera estaba controlada y las vías legales, cerradas.
Portbou, la última esperanza
Cuando la Francia ocupada se convirtió en un callejón sin salida para los perseguidos por el nazismo, Benjamin, abatido física y moralmente, intentó una salida desesperada. Se unió a un pequeño grupo de exiliados que trataban de cruzar la frontera franco-española a pie, por caminos de montaña. El objetivo era llegar a Portbou (Alt Empordà), en el norte de Catalunya, y huir hacia Lisboa.
Junto a la fotógrafa Henny Gurland, su hijo y otros exiliados, cruzó a pie la frontera desde Banyuls, guiado por Lisa Fittko, quien lo acompañó y dejó testimonio en su libro Mi travesía de los Pirineos. El último camino de Walter Benjamin.
“Nuestro camino, la Ruta Líster —que los contrabandistas usaban desde tiempos inmemoriales—, estaba situado más abajo de la carretera, oculto por los salientes rocosos, de modo que quedaba fuera de la vista de los guardias fronterizos franceses que patrullaban arriba. No obstante, en algunos lugares ambos caminos se acercaban peligrosamente y debíamos tener cuidado de no hacer ruido”.
El paso más probable, según los testimonios y la configuración del terreno, fue por el coll de Suro —también llamado Rumpissar—, una ruta menos expuesta pero no exenta de peligros.
Una muerte llena de interrogantes
A pesar de haber cruzado la frontera, en Portbou la policía franquista retuvo al grupo en el hostal Francia.
Sin visado de salida de Francia y ante la posibilidad de ser entregado a los nazis, Walter Benjamin se suicidó esa misma noche en Portbou con una dosis de morfina. Tenía 48 años. Llevaba consigo un maletín negro que contenía un manuscrito del que nunca más se supo nada. Aún hoy, su muerte sigue rodeada de misterio. Algunos historiadores especulan con la posibilidad de que fuera asesinado o que su cartera fuese confiscada por los servicios secretos.
El paso de Walter Benjamin por los Pirineos: un símbolo del exilio intelectual europeo
La figura de Walter Benjamin se ha convertido en un símbolo del exilio intelectual europeo y del drama de los refugiados. Su pensamiento crítico, su denuncia de los totalitarismos y su reflexión sobre la barbarie moderna son más vigentes que nunca.
Además del recorrido a pie por el Camí Benjamin, el visitante dispone de una ruta urbana señalizada que recorre los lugares significativos de la brevísima estancia de Benjamin en Portbou: la estación internacional de ferrocarril, el lugar donde estaba el hostal Francia y el Memorial Walter Benjamin, situado en el cementerio municipal. Cabe destacar que Benjamin no era ajeno a las tierras de habla catalana; entre 1932 y 1933 vivió y escribió en Sa Punta des Molí, en Ibiza.
La Ruta Walter Benjamin del Memorial Democràtic
El camino señalizado actualmente, conocido como Ruta Walter Benjamin, conecta Banyuls-sur-Mer con Portbou a lo largo de casi 14 km. Creado en 2007 con el apoyo del Memorial Democràtic y el Museo Memorial del Exilio (MUME), el recorrido ofrece una mirada histórica y paisajística de este paso fronterizo. A pesar de las pendientes pronunciadas y algunos tramos resbaladizos en el lado de Portbou, la ruta se puede hacer en ambas direcciones, aunque lo habitual es comenzar en Banyuls por cuestiones logísticas.
La travesía recorre algunos de los lugares que aparecen en los relatos de Fittko, como la font del Bana, un punto de descanso habitual. Una vez en el coll de Suro, el camino desciende por la vertiente sur de los Pirineos, cruzando la frontera por senderos escondidos. Las vistas desde el collado son impresionantes: el mar Mediterráneo a los pies, la costa del Rosellón y las sierras pirenaicas perfilando el horizonte, tal como lo describió la propia Fittko en su libro.
Portbou, punto final de esta travesía y escenario trágico del suicidio de Benjamin el 26 de septiembre de 1940, mantiene vivo el recuerdo del pensador a través del Memorial Passatges, obra de Dani Karavan, un espacio donde la memoria y el arte se funden frente al mar.
Cementerio de Portbou, donde está enterrado Benjamin
Siguiendo la ruta, también se accede al cementerio donde descansa Walter Benjamin, en Portbou. En un principio, este espacio era de propiedad privada, vinculado a la masonería. Hasta bien entrado el siglo XIX, los habitantes de Portbou tenían que trasladar a los difuntos hasta Colera por mar —ya que era la vía de comunicación más práctica—, desembarcando en la conocida playa de los Muertos. Todo cambió a raíz de un trágico accidente durante la construcción de un túnel bajo la estación de Portbou, que causó numerosas víctimas. Aquel hecho obligó a la localidad a construir su propio cementerio.
El Memorial Passatges, obra de Dani Karavan
El memorial Passatges es una obra de arte arquitectónica creada por el reconocido artista israelí Dani Karavan (1930-2021) e inaugurada el 15 de mayo de 1994 en Portbou, junto al cementerio donde está enterrado Walter Benjamin, cincuenta años antes. El monumento fue financiado por la Generalitat de Cataluña y la República Federal de Alemania.
La obra se compone de tres elementos: un túnel metálico, una plataforma abierta al mar y un olivo. El túnel es el elemento más impactante: un pasadizo subterráneo y estrecho, hecho de hierro oxidado, donde una escalera de 87 peldaños conduce hacia un vidrio que bloquea el paso justo antes de llegar al mar. Este vidrio transparente refleja la figura del visitante recortada sobre el fondo de las olas, provocando una experiencia inquietante que enfrenta al espectador con su propia imagen y conciencia. El movimiento del mar es una metáfora del tiempo y la historia, mientras que el olivo simboliza la resistencia y la paz.
Con el tiempo, Passatges ha sido reconocido como una obra maestra del arte de evocación. El memorial condensa el pensamiento de Benjamin sobre la memoria, la conciencia individual y el dolor histórico, e invita a una reflexión íntima sobre el vínculo entre pasado y presente. Algunas figuras históricas del exilio, como Lisa Fittko, llegaron a experimentar la obra en vida.
En 2018, la Generalitat declaró Passatges Bien Cultural de Interés Nacional.


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