"Quieren esclavos pero solo tienen camareros": los tuiteros desmontan el discurso de la derecha con los horarios de la hostelería

Publicado el 06 de marzo del 2024

Es la historia política de nuestro país desde hace décadas: cualquier persona que se le ocurra plantear una mejora social, un avance en derechos o que tenga en su mente las condiciones laborales o de vida de los trabajadores, se encontrará a las derechas en frente como un muro de hormigón. Unidos sin fisuras contra cualquier progreso social que amenace a los privilegiados, manoseando la palabra "libertad" y anunciando las siete plagas comunistas.

"Me gustaría ver a Ayuso trabajando durante un año en hostelería": las reacciones a su polémica con Yolanda Díaz

Ahora, con Isabel Díaz Ayuso al frente, la última cruzada facha consiste en cenar de madrugada en los restaurantes. Y no es broma. La cosa comenzó cuando Yolanda Díaz osó insinuar que igual no es tan buena idea eso de seguir ampliando los horarios de la hostelería y que quizá deberíamos pensar un poco en las condiciones de vida de las personas que nos atienden. "Nos quieren puritanos, materialistas, socialistas, sin alma, sin luz y sin restaurantes porque les da la gana", respondió la presidenta madrileña a lo Braveheart. Porque cerrar los bares a la una de la madrugada es ser la Rusia comunista, pero cerrar centros de urgencias, no problem at all.

A partir de ahí, empresarios hosteleros, políticos de derechas y anónimos motivados han tocado a rebato con argumentos de chiste.

¿Y si preguntamos por sus condiciones a los camareros en vez de a Ayuso?

En las redes sociales, el debate sobre los horarios en la hostelería, una vez más, ha dejado miles de comentarios.

Poco a poco un sector de la población va asumiendo el concepto "libertad" como la capacidad de darse cualquier capricho sin reparar en las repercusiones para los demás. De tomar cañas en la calle aunque haya una pandemia, conducir con el SUV al centro de la ciudad aunque los residentes se coman la polución y los ruidos, y también de cenar a la una de la madrugada a costa de que haya gente yéndose a su casa a las tres sin ninguna necesidad.

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