El rojo volverá a teñir las calles de Buñol tras dos años de suspensión por exigencia sanitaria: vuelve La Tomatina, una de las fiestas populares más internacionales de nuestro calendario hasta el punto de que ya ha sido replicada en diferentes puntos del planeta: desde Colombia a Costa Rica pasando por China o Corea del Sur.
Todo el mundo quiere su Tomatina, pero como la de Buñol no hay ninguna: ¡tiene hasta marca registrada! A continuación, te explicamos el singular origen de esta fiesta y todo lo que necesitas saber para disfrutar de La Tomatina 2022 como se merece.
La Tomatina de Buñol: el origen
Sabemos que estás deseando lanzar tomates, pero un poco de paciencia, que habrá que saber por qué nos vamos a pringar de tomate como si no hubiera un mañana. Y es que nuestras queridas fiestas y verbenas no deben perder de vista su origen popular, por muy internacionales que se hayan convertido después.
En el caso de La Tomatina, la historia más repetida sobre su origen hace referencia a una batalla campal acaecida el último miércoles de agosto de 1945 en la plaza del Pueblo de Buñol. Cuentan que todo comenzó cuando un grupo de jóvenes que presenciaban la tradicional cabalgata de gigantes y cabezudos se quiso abrir un hueco en la comitiva con tanto ímpetu que tiró a uno de los protagonistas… el cual no se lo tomó con mucho humor.
Quiso la causalidad que el altercado comenzara al lado de un puesto de verduras que se convirtieron en arma arrojadiza entre los contendientes, con tanto “éxito” que, al año siguiente, volvieron a repetir el procedimiento. Y así arranca la tradición de La Tomatina.
Aunque existen otras versiones de esta historia —que incluye una posible vinculación entre el Cipotegato de Tarazona y la fiesta buñolense— lo cierto es que La Tomatina no tardó en convertirse en un evento que anima el final del verano de la localidad valenciana, a pesar de las restricciones que llevaron, en 1957, a celebrar “El entierro del tomate”, un socarrón sepelio para reivindicar el derecho a la fiesta.
Según señalan en la web oficial de La Tomatina, el definitivo despegue internacional de este evento llega con el programa especial de Informe semanal de 1983 que pone la fiesta buñolense en el mapa atrayendo a curiosos de todas las partes del planeta.
Así será La Tomatina 2022
Dos años sin lanzar tomates es mucho tiempo, y por eso La Tomatina 2022 será una de las ediciones más especiales de sus tres cuartos de siglo de historia.
150.000 kilos tomates para 15.000 participantes
Sale a 10 kilos de tomates por persona que no está nada mal, ¿no? Dada la repercusión de este evento, catalogado como Fiesta de Interés Internacional desde 2002, el Ayuntamiento de Buñol cuida con mimo toda la organización de la fiesta empezando por el aforo. En La Tomatina no se entra de cualquier manera: hay que comprar entrada.
Para este 2022 se han puesto a la venta 15.000 entradas que se pueden adquirir a través de agencias de viaje, touroperadores y en la propia web del evento, además de reservar un tercio de las mismas para venta directa en Buñol: el objetivo es que La Tomatina, debido a su popularidad internacional, no termine siendo una multitudinaria fiesta… sin ningún buñolense.
Por otro lado, conviene aclarar el origen del tomate que se arroja en la fiesta que no deja de ser un asunto controvertido en una época en la que el desperdicio alimentario ha dejado de ser un tema tabú en el primer mundo. Desde hace varios años, los frutos que se arrojan en La Tomatina se cultivan especialmente para el evento en Xilxes (Chilches) en la provincia de Castelló: su sabor no es apto para el consumo humano, se cultivan para ser lanzados.
La noche de “empalmá”
Pues ya os podéis imaginar que es eso de la noche de “empalmá”: pasar la noche previa al evento en vela preparando cuerpo y mente para la gran batalla. Cada uno lo hace a su manera, pero lo que es común es una suculenta cena con la cuadrilla seguida de visitas a los chiringuitos abiertos exclusivamente para las fiestas sorteando como se pueda el cansancio y el sueño hasta la mañana siguiente, cuando llega el momento cumbre.
La batalla del tomate
El ritual de la mañana de La Tomatina —que este año tiene lugar el 31 de agosto— comienza en torno a las 11.00 con el “palo jabón”, una cucuña que consiste en subir a un poste engrasado para alcanzar un jabón colgado en su extremo.
Una hora más tarde, a las 12.00, una carcasa anuncia el inicio de la batalla del tomate, que tienen lugar en la calle de San Luis y la calle del Cid, además de la propia plaza del Pueblo. No obstante, los organizadores recomiendan que llegues con al menos una hora de antelación debido a las estrictas medidas de seguridad.
Recuerda que antes de entrar en el recinto debes cambiar tu entrada por una pulsera en una caseta de cambio, una vez comprobado el DNI: sin pulsera no podrás acceder al recinto. Ya en él, mucho cuidado con los camiones, que recorren —eso sí, muy lentamente— el recinto repartiendo los 150.000 kilos de tomates de la fiesta entre los asistentes.
La organización recomienda prudencia dentro de la propia euforia del momento. Es importante aplastar los tomates antes de lanzarlos y hacerlo a una cierta distancia: no se trata de hacer daño, sino de manchar y pasarlo bien. Una nueva carcasa pondrá fin a La Tomatina, aproximadamente una hora más tarde su inicio… aunque una vez que empiezas, cuesta dejar de lanzar tomates.
Y tras la batalla, ¿qué? Colabora en la medida de lo posible con los empleados de limpieza no dejando desperdicios en las calles, especialmente la ropa. Acude a un punto de agua y límpiate.
La Tomatina Infantil
Tal y como suceden en otras fiestas populares, La Tomatina cuenta con su versión infantil que tiene lugar el sábado previo a la fiesta en la plaza del Pueblo y para la que —menos mal— no hay que comprar entrada. Se valla un recinto en la plaza del Pueblo donde los peques pondrán a prueba su puntería con los tomates. Los padres no están “invitados”: deberán esperar tras las vallas a que los niños terminen su batalla. Abierta a la participación de niños entre 4 y 14 años.
