Cáceres está de moda, y no solo su capital. La provincia extremeña ofrece una gran variedad de planes de ocio para todos los gustos, destacando su patrimonio histórico-artístico, sus hermosos espacios naturales, su entrañable encanto rural y su rica gastronomía.
Y es que razones hay, y muchas, para hacer una escapada a esta provincia: el Parque Nacional de Monfragüe, el Valle del Jerte, el Puente Romano de Alcántara, las Hurdes, la Sierra de Gata, el Valle del Ambroz… y sus pueblos, claro. Os presentamos nuestra lista de los siete pueblos más bonitos de Cáceres que podréis recorrer mientras disfrutáis del resto de atractivos de la provincia.
Guadalupe
Fue reconocida como «Primera Maravilla Rural» de 2017, que tiene como objetivo fomentar el turismo rural en España, dejando a Potes en Cantabria y a Ayna en Albacete en segundo y tercer puesto respectivamente. Por si fuera poco, Guadalupe recibió el premio al «Pueblo más bonito y bueno de España» también en 2017 según el certamen Luce tu pueblo.
Pero más allá de premios, que tienen su importancia a nivel de reclamo turístico, pero en el que intervienen también otros factores, Guadalupe es uno de los pueblos con mayor encanto de toda España gracias a su precioso enclave geográfico entre verdes laderas y a la presencia de una joya como el Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe cuyo origen data del siglo XIV y que cuenta con un delicioso claustro gótico, varias obras de Zurbarán y hasta una intervención del arquitecto Rafael Moneo en el Comedor de la Hospedería.
Trujillo
Cuenta con una de las plazas más bonitas de Extremadura comandada por el retrato ecuestre de Francisco Pizarro, uno de los trujillanos más famosos de la historia, siendo un lugar ideal para probar algunas de las delicias gastronómicas extremeñas como una buena sopa de ajo o sus populares migas.
Pero su castillo es, no cabe duda, el tesoro de Trujillo y su principal atracción. Tanto para niños como para no tan niños resulta evocador disfrutar de sus pasadizos y soñar con las mil y una historias que se produjeron en esta fortaleza de origen musulmán y reformada varias veces posteriormente. Las vistas desde lo alto del castillo ofrecen una perspectiva ideal del pueblo y de su entorno.
Hervás
Eje turístico, administrativo y comercial de la comarca natural del Valle del Ambroz, Hervás presume de tener la calle —o al menos una de ellas— más estrechas de España: se trata la Travesía del Moral con poco más de medio metro…
Además de pasar en fila india por la Travesía no debemos dejar de disfrutar de la judería, declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1969, que nos remite al asentamiento de judíos en esta zona a partir del siglo XV. Y más allá del pueblo no te olvides de perderte entre los bosques de castaños de la Sierra de Béjar, ya en la frontera con Salamanca, con su deliciosa gama de resplandecientes verdes… muchos pensarán que están algo más al norte.
Robledillo de Gata
Es una de las imágenes más populares si hablamos de pueblos con encanto en la Sierra de Gata. Robledillo no es ningún secreto y siempre encontramos turistas disfrutando de la peculiaridad de este pueblo encaramado en lo más profundo del valle. Con todo, una parada en Robledillo es obligatoria si no queremos irnos de Cáceres sintiendo que nos falta algo.
Su histórica dificultad de acceso —hoy ya mejorado— permitió, no obstante, mantener el sabor rústico de su preciosa arquitectura doméstica en la que domina el adobe y la madera. Declarado todo el pueblo como Bien de Interés Cultural en 1994 su censo a 2016 no llega a las 100 personas.
Montánchez
La mayoría de viajeros que llegan a esta localidad del sur de la provincia acuden atraídos por su jamón, uno de los más venerados de España. El jamón de Denominación de Origen de la Dehesa de Extremadura encuentra en Montánchez su mejor expresión: imposible irse del pueblo sin disfrutar de una de las delicias gastronómicas españolas más exportadas internacionalmente.
Pero ya que hemos venido a comer jamón, también podemos disfrutar del pueblo, ¿no? Montánchez cuenta con un castillo de origen romano, remodelado después por los almohades y que fue más tarde ocupado por la Orden de Santiago de gran presencia en la zona. Y, al bajar del castillo, más jamón.
Santa Cruz de la Sierra
No aparece en muchas guías de la provincia, pero merece una parada si estamos en la zona de Trujillo. Con poco más de 300 habitantes en la actualidad, Santa Cruz es el pueblo ideal para escapar del mundanal ruido. Su emplazamiento al pie de la sierra y rodeado de dehesa lo convierten también en un interesante campo base para los aficionados al senderismo.
En el interior del pueblo, recomendamos disfrutar de la tranquilidad de una de las terrazas de su plaza y acercarse a las misteriosas ruinas del convento agustino de San Joaquín donde las cigüeñas, símbolo por excelencia de Extremadura, construyen con mimo sus elaborados nidos.
Granadilla
Y para terminar nuestra lista de los pueblos más bonitos de la provincia de Cáceres, una curiosidad: Granadilla, desalojado a mediados del siglo XX y que actualmente se halla incluido en el Programa de Recuperación de Pueblos Abandonados.
Por temor a una inundación tras construirse el embalse de Gabriel y Galán se procedió a evacuar a su población. Hoy en día es uno de los pueblos más visitados de la zona, precisamente por el encanto de su soledad. Localidad amuralla de origen feudal cuenta un precioso castillo del siglo XV muy bien conservado e ideal para disfrutar de la panorámica natural de la zona.
