Público
Público

El Barça ya es mortal

El vigente campeón supera al Sevilla (0-1) pero queda eliminado de la Copa por los goles de la ida

NOELIA ROMÁN

Con un fútbol exquisito, una exhibición ofensiva y las señas que definen a un campeón, el Barcelona se despidió de una competición dos semanas después de cerrar su año maravilloso. Pep Guardiola y sus muchachos ya son mortales. Y vencibles.

Saben lo que es perder, aunque ayer superaran al Sevilla, recompensado a la postre por su heroicidad del Camp Nou. En su primer cara a cara contra la adversidad, no le alcanzó al Barça el gol de Xavi ni el festival ofensivo de la segunda parte para superar el 1-2 de la ida y revalidar un título que desde ya le impedirá aspirar al hexacampeonato.

Compareció un poco tarde el Barça en escena, pues condicionado por el estado del césped, una piscina, abandonó sus marcas identitarias, se abonó al juego directo, una suerte en la que se maneja con dificultades, acostumbrado como está a monopolizar la pelota para mimarla y dormirla hasta que encuentra el mejor de los destinos.

No lo hallaba, pues el Sevilla le discutía la posesión y le amenazó nada más saltar al césped, cuando Romaric obligó a Pinto a estirarse como un gato para evitar el gol.

Guardiola y sus muchachos no superan la primera eliminatoria adversa

Sólo ahí, en la portería, había hecho una concesión Guardiola: Pinto mantuvo su titularidad copera, rodeado de la artillería pesada, de Messi,Ibrahimovic, Henry, Xavi,Iniesta, Piqué y compañía, mientras Bojan, Márquez, Thiago, Maxwell y los habituales de la Copa se mordían las uñas, en el banquillo, junto a Valdés.

El golpe de efecto, previsible, no impresionó al Sevilla, que se desplegó con ambición en la primera media hora, cuando Navas exigió a la zaga azulgrana. En el ir y venir, el Barça se olvidó de Xavi e Iniesta y se agarró a Ibrahimovic, una boya en la piscina, hasta que Henry se ofreció como madero, por la banda izquierda. En su soledad, el delantero sueco invirtió media hora en apuntar a Palop, con el punto de mira tan desviado que el meta sevillista ni siquiera siguió el balón con la vista. Para el Barça, el gol y el remonte adquirían visos de quimera.

Pero Guardiola aprovechó el generoso descanso recordar a sus jugadores cómo se maneja un campeón y los azulgrana se lanzaron a la defensa del título con decisión y criterio. Palop voló para salvar un cabezazo de Ibra que buscaba la red y Konko corrió para desviar otra bola de Iniesta que ya había burlado al meta.

Fue el aviso, la advertencia de que el Barça iniciaba su función, su festival ofensivo, un recital atacante que enloqueció a Palop. Se multiplicó el meta y llegó al chut de Messi, y al deHenry, pero no al de Xavi que, desde la frontal del área, por la izquierda, remató impecablemente una jugada coral.

A un paso del remonte, Xavi tomó la batuta, el Barça ahogó al Sevilla, se instaló en su área y probó a Palop desde todos los ángulos. El palo unas veces, la zaga y la mira imprecisa, otras, le negaron el gol. Asediado, el conjunto de Manolo Jiménez aprovechó un balón robado para enseñar la zarpa con un centro-chut de Capel que salvó Puyol. Fue su única réplica. El Barça, inquebrantable, continuó la embestida y sin acierto, cayó como un campeón.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?