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Una novela sitúa a Picasso en una trama de asesinatos en la Barcelona de 1899

EFE

El escritor Esteban Martín sitúa en la novela "El pintor de sombras" a un joven Picasso envuelto en una trama de asesinatos de prostitutas y enfrentado a uno de los mayores genios del crimen, Jack el Destripador, que se encuentra en la Barcelona de finales del siglo XIX.

Martín, que ha presentado hoy su novela en algunos de los escenarios picassianos de Barcelona, ha explicado hoy que la historia de la novela viene de bastante lejos, pues él estudiaba en la desaparecida Academia Montcada, no muy lejos de donde nació en los años sesenta el Museo Picasso.

"El pintor de las sombras" (Plaza y Janés) arranca en 1973 cuando un anciano Picasso, a punto de morir, recibe la visita de una periodista para entrevistarlo.

La narración del pintor malagueño lleva al lector al período 1895-1899, momento en el que se desarrolla la trama, y el desenlace concluye en 1909 cuando regresa a Horta de Sant Joan con un cuadro envuelto, "Las señoritas de Aviñón", un cuadro que ha realizado en París, pero que no ha mostrado todavía en público.

"La longevidad de Picasso fue lo que me incitó y me permitió unir a dos personajes históricos, el propio pintor y Jack el Destripador, y a un tercero de ficción, Sherlock Holmes.

Martín imagina que el famoso criminal londinense, "igual que viajó a Estados Unidos, también pudo haber visitado Barcelona", y allí se encuentra con otro detective real, Arrow, que "fue contratado por las autoridades barcelonesas para luchar contra los anarquistas".

El autor describe el enfrentamiento que se produce entre Picasso y Jack el Destripador, una lucha, define, "entre un genio del mal en la cumbre de su arte y un genio del arte en el inicio de su carrera".

También recrea la "transformación" que se produce en el joven artista a raíz de ese enfrentamiento, y las dos historias de amor de dos hombre, Picasso y Arrow, hacia la misma mujer.

Al igual que sucede en las películas de Hitchcock, Martín introduce un elemento desencadenante de la historia, en este caso "el cuadro de 'Las señoritas de Aviñón', una obra para la que Picasso realizó 809 bocetos, y siete u ocho cuadros preparatorios".

En esos óleos previos, el pintor incluía a cinco mujeres, las prostitutas de la calle Aviñón, y a dos clientes, un marinero y un estudiante de Medicina, "dos figuras masculinas que desaparecen en el cuadro definitivo y que adquieren un protagonismo muy relevante en la novela", ha dicho Martín.

De hecho, cuando Picasso enseña el cuadro a sus conocidos más cercanos en París, "Matisse proclama que se ha vuelto loco; Derain cree que acabará colgado en su taller; y Apollinaire, su amigo, no puede ocultar su perplejidad".

"Como novelista -señala Martín- me pregunto por qué pinta ese cuadro que rompe con la perspectiva tradicional que había arrancado en la Historia del Arte con el Renacimiento".

Siguiendo la frase que una vez pronunció Picasso, "un cuadro es un cúmulo de destrucciones", Esteban Martín novela una destrucción que afecta personalmente a Picasso.

El lector acaba entendiendo la historia cuando sigue ese retorno de Picasso a Horta de Sant Joan, "donde enseña ese cuadro plegado que lleva bajo el brazo a una persona que entiende el significado de la obra".

Al hilo de ese juego entre lo que fue real y lo imaginado por el novelista, Martín recuerda que "la poca fortuna que tuvo inicialmente 'Las señoritas de Aviñón' hicieron que el cuadro no se expusiera hasta 1916, pero a partir de entonces se convirtió en un "hito de la Historia del Arte".

"El pintor de sombras" es la primera novela en solitario de Esteban Martín después de que fuera coautor de "La clave Gaudí" junto con Andreu Carranza.

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