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Tu peor pesadilla cuesta dos duros

Oren Peli, director de 'Paranormal activity,' el filme de terror de bajo presupuesto que ha arrasado en EEUU, destripa los secretos de su obra

SARA BRITO

Después de Psicosis (1960) daba mucho miedo meterse en la ducha. Pegarse un chapuzón en la playa no volvió a ser lo mismo cuando Tiburón (1975) irrumpió en las costas de Amity Island. Y El proyecto de La Bruja de Blair (1999) hizo que más de uno se pensara dos veces irse de camping. Todo esto estaba en la cabeza del joven Oren Peli cuando rodó con dos duros (unos 10.000 euros para ser exactos) y en siete días Paranormal activity, la película de terror casero que se ha convertido en el fenómeno indie del año y que ha recaudado106 millones de dólares (unos 70 millones de euros) en EEUU. A España llega este viernes tras pasar por el festival de Sitges.

El final de la película fue sugerido por Steven Spielberg

'Quise crear algo que definiera el horror de esta generación acostumbrada a la telerrealidad', dice un realizador novel que hasta hace apenas dos años se ganaba la vida como programador web y cuya relación con el cine se limitaba a una pantalla de 73 pulgadas en casa, y cierta afición por los videoclubes. Las cifras de taquilla en EEUU, las críticas y el ruido ensordecedor que ha provocado la obra en Internet le dan la razón: dormir en casa da un poco más de repelús después de ver Paranormal activity.

Quizás alguno recuerde aquellas cintas con psicofonías que la revista Más Allá regalaba a finales de los ochenta. Paranormal activity es la evolución con la tecnología de vídeo digital mediante de aquellos ruidillos presuntamente paranormales que podías encontrar en tu propia casa. La idea al menos es la misma: una pareja joven decide investigar los extraños sucesos que acontecen en su dormitorio por la noche. E instalan una cámara de vídeo en la habitación para grabar lo que sucede mientras duermen. Como ocurría en El proyecto de la bruja de Blair, Peli nos hace creer que estamos ante metraje encontrado.

Parte del éxito del filme se debe precisamente a su realismo casero y su economía de medios: sólo aparecen cuatro actores desconocidos, fue rodada íntegramente en el chalet del director y sólo se usó una única cámara de vídeo, que a ratos manejan los actores. 'Quería hacer una película hiperrealista sobre una casa embrujada. Por algún motivo, ha tocado la fibra de los espectadores, que salen del cine aterrados. Muchos dicen que no pueden dormir', explica.

En 2003, Oran Peli y Toni Taylor, que fue novia del director durante años, acababan de mudarse a una casa a las afueras de San Diego. Ninguno de los dos creía en fantasmas, pero los ruidos que oían en la casa le sugirieron a Peli unas cuantas ideas. 'Pensaba en grabar con una cámara lo que pasaba en casa', aunque luego recapacitó: 'Mejor hacer una película'.

Con El proyecto de la Bruja de Blair y Open Water (Chris Kentis, 2004) en la cabeza ('obras que ya habían demostrado que es posible hacer una película de terror de éxito con pocos medios', advierte), Peli compró una cámara, hizo algunas reformas en la casa para que quedara más resultona, pagó 500 dólares a cada uno de los actores y se encerró durante una semana a rodar y rodar compulsivamente.

El cineasta novel rodó más de 70 horas de metraje en una semana

Grabó 70 horas de metraje. 'El proceso de edición fue muy largo, estuve un año probando cosas diferentes', explica. Hasta que con una versión acabada, pero distinta a la que ha llegado a los cines cuyo final fue sugerido por el mismísimo Spielberg, decidió mandar copias a unos cuantos festivales. La gente se cagaba de miedo.

'La parte que más me gusta es cuando Katie se levanta de la cama y se queda de pie durante horas. No pasa nada, pero asusta. En realidad demuestra que puedes generar mucho miedo sin que haya ningún elemento dramático en marcha', mantiene Peli. A la película se le ha achacado cierta ingenuidad en el guión y la sensación de que a ratos parece un corto demasiado largo, pero nadie duda que ha dejado boquiabierto a Hollywood. Al menos desde que Spielberg dio la voz de alarma.

'Tras ver la película en casa de Spielberg, la puerta de su habitación se cerró por dentro. Tuvo que llamar a un cerrajero. Tuvieron que romper la puerta con un hacha', recuerda el director'. Sea o no parte del plan de markéting, la leyenda de película maldita la acompaña: miles de comentarios se cruzan en la red donde los usuarios cuentan sus propias experiencias paranormales.


El filme se estrenó en 12 cines de EEUU en septiembre, pero la onda expansiva de Internet y las redes sociales empezó a carburar a pleno rendimiento. Más de un millón de seguidores solicitaron a través de su web que Paranormal activity se proyectara en más salas. Las sesiones se llenaban, los espectadores hacían largas colas para ver este hito del terror casero. El 16 de octubre, Paramount reculó y a la vista del fenómeno, decidió reestrenarla en 760 salas. En España, más de 200.000 personas han solicitado que el filme se estrene en su ciudad. De las 180 salas en las que se iba a estrenar en principio, se ha pasado a 210 por masiva petición popular.

Ahora, los ejecutivos de Paramount babean por una secuela, y Oren Peli está ya en plena preproducción de su segunda película: Área 51, que contará con más dinero, pero previsiblemente el mismo espíritu amateur. Por si fuera poco, el fenómeno ha despertado las ganas de los directores de El proyecto de la bruja de Blair de hacer una tercera secuela de su éxito, a pesar de que la segunda entrega no sedujo precisamente a las taquillas. Hollywood siempre se altera cuando cree haber descubierto una nueva fórmula de éxito. Ahora bien, nadie parece intuir que quizás lo paranormal es que estas cosas sucedan, aunque sólo sea una vez cada 10 años. Cada vez que suena la flauta...

La crítica estadounidense se alió para dar un susto de muerte a ‘Paranormal activity’. El falso documental de terror levantó en pie de guerra a los especialistas de los principales medios, empeñados en desenmascarar lo que consideran “un fraude cinematográfico”. Marc Savlov, crítico del ‘Austin Chronicle’, periódico de la ciudad del cine independiente de EEUU, asegura que el fenómeno de ‘Paranormal activity’ “puede definirse de muchas maneras, pero las palabras ‘película’ o ‘aterradora’ no están entre ellas”. A. O. Scott de ‘The New York Times’ considera que “no es una buena película, la imagen y el sonido son terribles y la historia carece de lógica”. Las dificultades técnicas de un presupuesto de 15.000 dólares hacen que el especialista de ‘The Hollywood Reporter’ la haya descrito como “un capítulo del programa ‘Gran Hermano”. Algunos espectadores mostraron su descontento a través de la página web de críticas Rotten Tomatoes, donde la califican como “la peor película del año” o “una auténtica pérdida de tiempo y dinero”.Entre los pocos medios que se ponen de parte del público y los realizadores de la película es el ‘Los Angeles Times’. Según el crítico Betsy Starkey, Oren Peli “ha construido un largometraje capaz de cortar la respiración a cualquiera y que obligará a muchos a dormir con la luz encendida”, a pesar, reconoce, de “la simpleza de la historia y los personajes”. / ROBERTO ARNAZ

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