El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, solicitó hoy la cooperación de Irak para acabar con la presencia de la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el norte del país vecino.

Erdogan reiteró en un discurso televisado que el repliegue se produjo sin presiones externas, en alusión a los rumores sobre la presión de EEUU, y subrayó que el objetivo de la operación fueron las infraestructuras del PKK.

Añadió que esos objetivos habían sido "limpiados en gran parte y se había dado un gran golpe a la organización terrorista".

"No podemos permitir que esa organización terrorista afecte a nuestras relaciones", instó Erdogan en un mensaje a las autoridades iraquíes, que criticaron la intervención militar turca en su territorio.

El Ejército turco puso hoy fin a una incursión de ocho días contra el PKK en el norte de Irak en el que aseguró haber matado a 240 militantes del PKK y reconocieron 30 bajas mortales, 6 de ellas paramilitares de la guardia rural (kurdos leales a Ankara), aunque el PKK aseguró haber matado a más de un centenar de soldados.

Erdogan definió al pueblo iraquí como amigo y dijo que la eliminación del PKK del norte de Irak no sería sólo positivo para Ankara sino también para Bagdad ya que es "un factor de desestabilización y de amenaza".

También recalcó que se esforzará por tratar de desarrollar los lazos políticos, económicos, sociales y militares con Irak.

Erdogan lanzó un mensaje a los militantes del PKK para que renuncien a la violencia con el fin de "no causar más dolor" a sus padres y volver a Turquía, donde la democracia es lo suficientemente generosa como para acabar con el conflicto.

"El terror no es una solución para nada. No vais a lograr nada utilizando esos métodos ni vais a llegar a ningún sitio", subrayó el primer ministro.

Erdogan calificó a las tropas turcas como "heroicas", y aseguró que actuaron en el combate "con un coraje y una fe únicas".