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La máquina de vapor más veloz

El coche Inspiration alcanza los 238 km/h y bate el récord de velocidad más antiguo del automovilismo, logrado en 1906

JUAN MANUEL DAGANZO

El lago seco de Rogers, al sur de California (EEUU), pertenece a la base aérea de alta seguridad de Edwards y es el lugar donde aterriza el transbordador espacial si las condiciones climáticas en Florida son adversas.

También es el sitio que ha elegido el equipo británico Steam Car Challenge para batir el récord de velocidad de un coche propulsado por vapor. Puede parecer extraño, pero este era la marca de velocidad más antigua del automovilismo, ya que estaba vigente desde 1906, cuando el estadounidense Fred Marriott alcanzó las 127 millas por hora 204 kilómetros por hora (km/h) a bordo de un Stanley Steamer modificado.

Pero esta no era la marca a batir por el Inspiration, diseñado desde el principio para superar récords, sino la no oficial, conseguida en 1985 por el vehículo Steamin Demon, que logró alcanzar los 233,35 km/h. No hay constancia oficial de este registro, ya que no fue medido oficialmente por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), el organismo competente. Pero el objetivo de los británicos era superar esta velocidad. Y lo consiguieron.

El vehículo británico es el producto de 10 años de desarrollo

'Oficialmente, el Inspiration ha batido cinco récords seguidos', dice Rebecca Nicholls, la portavoz de prensa. 'El americano y el mundial ambos, tanto en km/h como en millas por hora y el Guiness'. Se trata de un coche de 7,6 metros de largo y 3 toneladas de peso que nació en 1997 a raíz de un proyecto llevado a cabo por estudiantes de la Universidad de Southampton (Reino Unido).

Su motor quema gas, el cual calienta el agua contenida en doce contenedores del tamaño de un maletín, hasta conseguir vapor a 400ºC, que se redirige a un motor de dos tiempos que alcanza las 13.000 revoluciones por minuto para dar tracción a las ruedas.

Al tener sólo una marcha y un gran peso, necesita 4 kmpara acelerar

La consecución de los récords no fue fácil. Primero se tuvo que elegir el lugar adecuado para conseguirlo. Según Matt Candy, el jefe del proyecto, 'se eligió el lago Rogers porque tenía una longitud suficiente para nuestro propósito, y por la altitud, ya que es un lugar a sólo 700 metros sobre el nivel del mar, lo que hace que el aire sea más denso que en alturas mayores, y esto incrementa la cantidad de oxígeno que entra en el motor'.

Luego, una vez allí, surgieron más problemas. Hubo fallos eléctricos, problemas con las válvulas, una tormenta y fallos en los neumáticos. Pero el equipo resolvió los obstáculos a tiempo para que los conductores Charles Burnett III y Don Wales lograran el objetivo.

El primero logró una velocidad media de 223,7 km/h en dos intentos y en una distancia de una milla (1,6 km). Para que el récord sea válido, la FIA exige que se recorra la misma distancia 1 km o 1 milla en ambas direcciones y en un tiempo máximo de 60 minutos. Eso sí, el vehículo necesitó en ambos casos 4 km para acelerar y otros tantos para frenar. El Inspiration sólo tiene una marcha y acelera gracias a su increíble par motor, pero su gran peso provoca que la aceleración sea muy lenta.

Por su parte, Wales consiguió el récord de velocidad en la distancia de 1 km con una velocidad media de 238,18 km/h, aunque alcanzó picos de velocidad de hasta 249,45 km/h.

El Inspiration ha tardado más de 10 años en desarrollarse. En la actualidad hay más grupos de trabajo en todo el mundo intentando desarrollar un coche a vapor para el gran público, aunque ninguno ha encontrado de momento una manera eficiente para convertir la energía generada en movimiento.

Los gemelos Francis y Freelan Stanley vinieron al mundo hace 160 años. Ellos fueron los creadores del legendario ‘Stanley Steamer', un automóvil impulsado por vapor de agua en una época en la que la gasolina era un combustible minoritario. Hoy habrían sido los pioneros de la energía verde.

Sus coches eran tan rápidos que su récord de velocidad logrado en 1906 seguía intacto hasta ahora. Los hermanos construyeron su primer vehículo en 1897 y en dos años vendieron más de 200 unidades, convirtiéndose en el mayor fabricante de coches de la época.

Los primeros modelos tenían carrocería de madera montada sobre un chasis de acero y una caldera de queroseno bajo el asiento, que generaba el vapor para mover las ruedas, como una minilocomotora. La tecnología redundaba en el precio: el sedán 740 de 1924 costaba 3.950 dólares (más de 33.000 euros actuales). 

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