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Un nuevo fichaje para el Atlas de las nubes

Los aficionados creen haber descubierto, por primera vez desde 1951, un nuevo tipo de nubosidad. Se llama Asperatus

JACOB PETRUS

Los niños suelen jugar a identificar formas curiosas en las nubes. Un perro, un barco, una ballena o, incluso, las olas del mar vistas desde abajo. Esta última es la descripción que realiza Gavin Pretor-Pinney, fundador de la Sociedad de Apreciación de las Nubes (CAS, por sus siglas en inglés), acerca de un tipo de nube descubierto recientemente y que no estaba catalogado, hasta ahora, por la comunidad científica.

Durante los últimos años, Pretor-Pinney ha recibido una gran cantidad de fotografías de esta nueva nube, pero nunca la ha conseguido identificar y clasificar. En las imágenes, aparece un manto de nubes grisáceo, con aspecto tormentoso, que se extiende a través del cielo formando ondulaciones. Por ello, su aspecto recuerda al de las olas del mar vistas desde abajo, y por ello también, este tipo de nubosidad ha recibido el apodo de Jacques Cousteau, en honor al mediático explorador francés.

Su aspecto recuerda al de las olas del mar vistas desde abajo

La clasificación científica de nubes utiliza términos en latín, de forma que Asperatus es el término que ha propuesto la CAS a la Organización Meteorológica Mundial (OMM) para incorporar esta nueva nube a su catálogo oficial de nubosidad, el Atlas de Nubes. Asperatus significa 'volver áspero o agitar', y era el adjetivo que utilizaban los poetas clásicos para definir el mar agitado por fuertes vientos. Incorporar este nuevo tipo de cúmulo al Atlas de Nubes significaría el primer cambio desde 1951, cuando se añadió el concepto Intortus para describir los mechones irregulares que presentan ocasionalmente las nubes tipo cirro.

El origen del sistema de clasificación de nubes se remonta a 1803, cuando el meteorólogo Luke Howard estableció cuatro categorías en función de las formas más comunes: los Cumulus son nubes amontonadas o hinchadas, los Stratus aparecen en forma de capas, los Cirrus se parecen a mechones de pelo y los Nimbus son las nubes que dejan lluvia.

Se encuentra en las capas bajas y medias de la atmósfera

Esta primera clasificación, que permitía la combinación de tipos (como, por ejemplo, Cirro-cumulus), se realizó en latín, no sólo porque era el idioma utilizado entonces por la comunidad científica, sino porque esta lengua permitía utilizar el sistema de clasificación de Howard prácticamente en todo el mundo, eliminando las barreras idiomáticas. Es la misma característica que poseía la clasificación taxonómica de Linneo, quien 50 años antes había creado un sistema para clasificar a los seres vivos, fuesen plantas o animales. En este caso, dos nombres en latín establecían el género y la especie, evitando los errores que propiciaba el uso de los nombres comunes.

Howard recibió un apoyo de categoría: el poeta, filósofo y científico alemán Johann Wolfgang von Goethe, quien, fascinado por el sistema de clasificación que permitía conceptuar la naturaleza, llegó a escribir el poema En Honor a Howard, donde describía los Cirrus, Cumulus, Stratus y Nimbus.

La combinación de los cuatro tipos de nubes de la clasificación de Howard ha dado lugar a los 10 géneros de nubes que utilizan actualmente los observadores del cielo, y que refleja el Atlas de Nubes de la OMM: Cirrus, Cirrocumulus, Cirrostratus, Altocumulus, Altostratus, Nimbostratus, Stratocumulus, Stratus, Cumulus y Cumulonimbus). Especificar un género es el primer paso de tres capas posibles a la hora de definir una nube. Dentro de cada uno de esos 10 géneros, se pueden establecer subdivisiones, en especies y/o variedades. Las especies describen el aspecto de la nube o su estructura interna, mientras que la variedad define la disposición de los elementos que forman la nube, así como su grado de transparencia. Para acabar de complicar el sistema, las nubes pueden tener rasgos suplementarios e incluso llevar nubes accesorias, que pueden emerger del cuerpo principal.

La clasificación de los diferentes tipos de nubes se remonta a 1803

En caso de ser aceptado como nube, el término Asperatus se incorporaría a la lista de variedades para definir las nubes con una base rugosa y entrecortada, con una fuerte turbulencia y una ondulación caótica, que tienen un aspecto de tormenta sin que esta llegue a formarse obligatoriamente.

Identificar una nube Asperatus no es tarea fácil, puesto que las condiciones meteorológicas que dan lugar a su aparición todavía no están claras. Se sabe que se encuentran en las capas bajas y medias de la atmósfera, y que son fruto del choque entre dos masas de aire que no consiguen mezclarse, al ser una fría y otra caliente, tal y como ocurre con el agua y el aceite. La Real Sociedad Meteorológica del Reino Unido, en combinación con el material gráfico que ha recibido la CAS durante los últimos años, sigue aglutinando información para preparar la propuesta oficial y definitiva a la OMM.

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