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Poesía valenciana Estellés, el poeta que transcendió la poesía para devenir pueblo

Las Fiestas Estellés son cenas populares donde se reivindica la figura del gran poeta contemporáneo valenciano, con lecturas de sus versos. Una tradición que arraiga cada vez con más fuerza.

Imagen de Andrés Estellés.
Imagen de Andrés Estellés.

"Assumiràs la veu d'un poble, /i serà la veu del teu poble, /i seràs, per a sempre, poble" ["Asumirás la voz de un pueblo, /y será la voz de tu pueblo, /y serás, para siempre, pueblo"]. Así arranca uno de los poemas más conocidos de Vicent Andrés Estellés, nacido en Burjassot el 4 de septiembre de 1924. Este sábado hace 97 años. Y, quizás sin ni siquiera imaginarlo el mismo autor, el verso ha acontecido profético, puesto que si se tiene que escoger quién ha asumido la voz del pueblo valenciano contemporáneo, Estellés se encuentra entre los candidatos más sólidos.

Este afecto popular por un poeta no es nada habitual. Es fácil encontrar los versos de Estellés reproducidos en todo tipo de soportes: desde camisetas hasta canciones, pasando por pintadas anónimas a las paredes. Incluso Mr Wonderful serigrafió una taza con la leyenda "Habrá un día en el que no podamos más, y entonces lo podremos todo".

Un afecto que se ha traducido en la convocatoria de la Fiesta Estellés, una tradición iniciada en 2010 en tres municipios al sur de València, Benimodo –donde la familia Estellés veraneó muchísimos años-, Alginet y Manuel. Se trata de un festival poético alejado de la imagen culturalmente elitista que acostumbran a tener estos actos, y más similares a una cena vecinal de fiesta mayor, donde la poesía, pero también la gastronomía o la música y juegan un papel central.

El escritor Josep Lozano es natural de Alginet y fue el impulsor de las primeras fiestas Estellés. Explica que su voluntad era "crear un espacio para articular culturalmente el país con una fiesta", inspirándose con el modelo de los Burns Suppers, celebrados en Escocia en recuerdo del poeta Robert Burns. La iniciativa caló y se extendió rápidamente, creciendo de edición en edición hasta más de 70 cenas en los años prepandemia, la mayoría en el País Valencià, pero también en Mallorca y Catalunya, así como a "cualquier lugar donde haya valenciana con ganas de hacerlo", en palabras de Lozano. Así, hay registro de fiestas Estellés a lugares tan distantes como Bruselas y Bolivia y, este año, hay una prevista en Londres.

"Los motivos de la popularidad de Estellés son que apela a tus sentimientos"

Lozano también explica los motivos para escoger Estellés para personificar la iniciativa: "Los principales poetas en valenciano son él y Àusias March. Y March, es buenísimo pero es mucho más inaccesible para el gran público. Estellés es más próximo, funciona mucho mejor en este sentido". "Los motivos de la popularidad de Estellés son que apela a tus sentimientos, se refiere a las cosas más próximas, como la comida o el sexo, además, claro está, de los poemas más políticos que te interpelan como valenciana", explica Mercè Pérez, activista de Ca Bassot, un casal de Burjassot que organiza de forma ininterrumpida un homenaje al poeta desde 1994, un año después de su deceso, en una fiesta Estellés avant la lettre.

Después de la parada pandémica del año pasado –cuando se convocó solo de forma virtual-, este año se retoman las fiestas Estellés en diferentes municipios, incluidos València, Burjassot, Benimodo, Xàtiva, Castelló o Alcoi, aunque el recuento final no se sabrá hasta una vez se hayan celebrado todos.

Poeta musicado

Pérez reivindica la importancia de los músicos para popularizar la obra estellesiana. Desde Ovidi Montllor hasta María de Mar Bonet, pasando por Vicent Torrent o Miquel Gil, prácticamente no hay ningún músico en valenciano que no haya musicado en algún momento alguno de sus versos. "Después vino Obrint Pas, La Gossa Sorda o Pau Alabajos, que continuaron esta tarea de difusión entre las nuevas generaciones", continúa Pérez. Prácticamente no hay nadie en el País Valencià que no se sepa los versos con los que Obrint Pas empezaron La Flama, uno de sus principales hits: "No et limites a contemplar/Aquestes hores que ara venen/Baixa al carrer i participa/No podran res davant d'un poble/ Unit, alegre i combatiu" ["No te limites a contemplar/Estas horas que ahora vienen/Baja a la calle y participa/No podrán nada ante un pueblo/ Unido, alegre y combativo"].

Un grupo de extrema derecha dinamitó el busto que le habían colocado en Burjassot en 1979

La gran popularidad de Estellés empezó con él aún vivo. En la convulsa transición de la Batalla de València asumió un papel valiente que le hixo ir de punta a punta del País Valencià. "Tanto él como lo tio Vicent Ventura, el tio Joan [Fuster] o Manuel Sanchis Guarner se implicaron mucho. Hacían país, iban, bocadillo en mano, allá donde les llamaban, por todas partes", recuerda su hija, Carmina Estellés. Un activismo cultural que le supuso una gran popularidad, pero que tampoco le ahorró disgustos. El diario Las Provincias le despidió de su trabajo de jefe de redacción de un día para el otro y sin dar explicaciones y un grupo de extrema derecha dinamitó el busto que le habían colocado en Burjassot en 1979. Sus recitales a menudo sufrían amenazas de ataques o atentados blaveros.

Carmina Estellés recuerda todavía con emoción como su padre se ponía a escribir a las tres o las cuatro de la madrugada, cuando llegaba a casa después de cerrar la edición del día de Las Provincias. "A veces, si perdía el trenecito, se tenía que quedar a dormir en Pont de Fusta hasta que a las cinco de la mañana salía lo primero". Ahora, este trabajo se ha reconocido con su gran aceptación. "Es muy emocionante encontrarte niños por la calle cantando una canción y reconocer una letra del padre", explica la hija del poeta. Pero Carmina Estellés también tiene una reclamación al Ayuntamiento de Burjassot, a quien el poeta cedió la biblioteca personal a condición de que estuviera abierta al público y "lo han parado, de la misma forma que han parado la creación de la fundación y los premios literarios con su nombre, y por ahora no nos han dado ningún motivo".

Pero silencios institucionales a parte, el pueblo continúa cantando Estellés, quizás porque, como escribió él mismo: "Allò que val és la consciència/de no ser res si no s'és poble" ["Aquello que vale es la conciencia/de no ser nada si no se es pueblo"].

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