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Javier Mínguez: "¿Dónde hay que firmar para ser como Del Bosque?"

ALFREDO VARONA

Su descripción se podría asociar a la que Clint Eastwood hace de sí mismo: 'No hay betún suficiente para oscurecer mi pelo ni lija tan potente para suavizar todas mis arrugas'. Así es Javier Mínguez (Valladolid, 1949) que, en vez de marchar a probar suerte a Hollywood, eligió el ciclismo como vocación. No le fue mal. Hoy, su biografía es insustituible en un deporte que lo quiere con locura. El amor es mutuo y por eso, a los 65 años, está hoy en el Mundial de Ponferrada, como seleccionador nacional de ciclismo. Acepta que no podrá hacer gran cosa. 'Si la comunicación con los ciclistas no está permitida, ¿qué voy a hacer yo?', se pregunta, '¿seré sólo un mero chófer?' A pesar de todo, quiere ser optimista, 'vamos a jugar a la lotería', aunque admite lo evidente. 'Sin Contador, vamos a tener menos poderío. Es algo tan evidente que no hace falta ni que lo recuerde'.    

¿Qué le falta por ganar?

¿A mí? Uff, muchísimas cosas, todo. Ganar yo no he ganado ni a las chapas. Otra cosa, que imagino que es a lo que se referirá usted, es que haya tenido ciclistas que han ganado. Pero yo, lo que se dice yo, ni a las chapas.

A los 65 años, en edad de jubilación, ¿qué le lleva a estar aquí?

No se engañe: yo no busqué esto, yo estoy aquí por circunstancias. El actual presidente de la Federación de Ciclismo, López Cerrón, fue uno de los corredores, me pidió que viniese y aquí me tiene.

¿Fue tan difícil decir que no?

Fue imposible, porque el ciclismo es mi pasión y de las pasiones uno nunca se cansa. Otra cosa pueden ser los viajes, los hoteles, las horas en el coche. Quizá de eso hay momentos en los que sí te cansas. Pero lo que es el ciclismo no creo que me canse nunca. Entonces es imposible darse por vencido. 

Yo siempre pensé que los años rebajan la pasión

¿Qué edad tiene usted?

He cumplido 44 este año

'Los años no te cambian, si acaso te hacen más tranquilo'Cuando tenga mi edad, verá que los años no te cambian. Si acaso, te hacen más tranquilo y hasta puede que te muestren unas habilidades que, en mi caso, antes no sabía que tenía. Y luego, sí, está claro que la edad te limita. Ahora, tengo un limitador de velocidad que antes no tenía. Si me pusiese a correr ya no lo puedo hacer tan rápido como antes. Pero tampoco pasa nada, porque al ritmo que voy ahora me da suficiente para vivir, para defenderme en sociedad.

¿Puede ser usted el hombre que más ciclismo sabe de la tierra?

No, eso no es cierto. Hay gente que sabe mucho y que no se conoce. A lo mejor, su nombre nunca salió en los periódicos. Pero aun así me niego a pensar que yo sea de los que más sepa. Es más, pienso que a veces me equivoqué más de lo aconsejable. Supongo que eso es porque no sabía tanto como dice usted. 

¿En el Mundial de hoy es buen día para solucionarlo?

'En un Mundial hay 200 ciclistas a los que los directores no podemos dirigir, tan real y lamentable como eso'No es el mejor día. En un Mundial hay 200 ciclistas a los que los directores no podemos dirigir, tan real y lamentable como eso. La comunicación no está permitida. Los ciclistas no pueden llevar pinganillos y, aunque parezca irreal en estos tiempos, resulta que va a ser así.

Pero eso es un regreso a los viejos tiempos, al ciclismo de los ochenta cuando usted dirigió a Ruiperez, Alberto Fernández, Álvaro Pino. ¿Tan malo es recordar?

No, recordar no; retroceder, sí. 

¿Qué es retroceder para usted?

Volver hacia atrás, regresar a unos tiempos que ya no existen. Si la técnica existe es para utilizarla. Si la técnica ha avanzado tenemos que hacerla caso. Igual que, en vez de mandar cartas, ahora utilizamos Internet, WhatSapp..., ¿por qué en el ciclismo se rehuye de los pinganillos en un día como éste? ¿Qué sentido tiene? Sin ellos, tengo la sensación de que hoy me voy a convertir en un mero chófer.

Su vanidad queda muy abajo entonces

'Tengo que dar una táctica y si los ciclistas la captan habré acertado'No tiene por qué. Mi trabajo era el de hacer la selección y ya lo hice. Ahora, tengo que dar una táctica y si los ciclistas la captan habré acertado si es que realmente soy capaz de convencerles de lo que deben de hacer. Pero lo que es evidente es que en carrera la comunicación con ellos será nula.

¿Cómo lo hizo entonces en aquella Vuelta a España del 86 que ganó con Álvaro Pino? Entonces no existían pinganillos

Sobre todo, hablaba con él en la habitación del hotel, en la que repasábamos lo que debía hacer. Luego, tuve la suerte de que él ejecutó esa idea en carrera. Pero, sinceramente, si vuelvo a esos tiempos, me doy cuenta de lo limitados que estábamos los directores: no veíamos la carrera, si pasaba algo no se lo podíamos decir..., más o menos lo mismo que sucederá hoy en el Mundial casi treinta años después. Tendré la información, pero no la posibilidad de comunicarla. 

¿Y entonces? 

'Digamos que tengo unos décimos para jugar a la lotería y vamos a ver que pasa en el sorteo final'Digamos que tengo unos décimos para jugar a la lotería y vamos a ver que pasa en el sorteo final. Para empezar, he de de ser optimista. He de serlo a la fuerza. Es lo que hay.

Afrontaba esta conversación con usted como una delicia y no le escucho más que quejarse

Bueno, bueno, ¿quién ha dicho que hablar conmigo sea una delicia? Habrá de todo en esta vida. Para gustos se hicieron los colores. Yo no soy más que nadie en el ciclismo. Sólo soy un tipo que empezó como ciclista en el 64 y acabé de director en el 2000. Recorrí mucho. Tuve esa suerte. Pero eso no significa que sea un espejo para nadie. 

¿Y por qué se fue?

Yo no me fui. Tuve que hacerlo: ya no había sitio. Las circunstancias cambian. No había trabajo para todos y tuve que aceptarlo. ¿Que si fue duro? Sí, claro, el ciclismo es mi pasión, es algo innato en mi vida. Pero, al menos, tuve otra salida. Había montado una corredería de seguros, una pequeña empresa de ocho personas con la que nos hemos podido ganar la vida y lo acepté. Supe retirarme. 

¿Fue la época más fea de su vida?

'En el ciclismo, a veces besabas el cielo y otras te ibas al infierno como pasó con las muertes de Antonio Martín o Alberto Fernández en accidentes de tráfico'Cada época tiene su encanto. En el ciclismo no todo fue perfecto. A veces, ganabas, pero otras perdías. A veces, besabas el cielo y otras te ibas al infierno como pasó con las muertes de Antonio Martín o Alberto Fernández en accidentes de tráfico. Vi sufrir a esas familias y lo pasé mal, demasiado mal. Pero, en cambio, viví cosas que no cambiaría por nada. Yo di la vuelta a los Campos Eliseos en los dos últimos Tours de Indurain, eso es algo que nadie me puede borrar. Siempre recuerdo que Javier Mínguez estaba allí. No hay muchos que puedan decirlo. Tuve ese privilegio.

Pero usted no fue un hombre de Indurain; esos fueron Echavarri, Unzúe, usted no. No hay que equivocar al público más joven. 

No, y yo no estoy diciendo que lo fuese. Pero sí estuve ahí. No me invento nada. Es un recuerdo que me pertenece como me pertenece la primera Vuelta a España que gané con Faustino Ruiperez en 1980. Son cosas que no se borran, que te dejan marcado de por vida, que te recuerdan que no sólo haces lo que te gusta, sino que también ganas. Y como la vocación es algo que tienes innato, te acercas a la plenitud. Y yo la sentí. 

Hay quien dice que usted es el Del Bosque del ciclismo.

¿Dónde hay que firmar para ser como Del Bosque? Dígamelo que lo hago ahora mismo.

¿Y dónde hay que firmar para ser como Mínguez?

No cometa ese error, los hay mucho mejores que yo.

Usted siempre tuvo buena prensa, fama de buena gente

Puede ser, no digo que no. He tenido gente que me ha tratado bien en los medios, entre los corredores, en el propio ambiente del ciclismo. Quizá he sabido desenvolverme. Quizá por eso repaso mi vida y en el fondo no me arrepiento de nada. Pude tener errores, que los tuve, pero nunca puse en juego mi conciencia. 

¿Y eso es una excepción en el ciclismo?

No lo sé. No estoy en las cabezas de los demás. Por lo tanto, no le puedo contestar. Pero sí le puedo asegurar que esa época que viví yo, en la que la Vuelta a España estaba en pleno apogeo, con el ambiente que había, con aquella famosa guerra de los helicópteros, con Supergarcía en antena.... es algo que me pertenece. Yo formé parte de ella y puede que hasta sea uno de los espejos de mi vida.

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