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Radiografía de las muertes en el trabajo: la mayoría en pequeñas empresas del sector de la construcción

La incidencia en España está ligeramente por encima de la media de la Unión Europea.

Trabajadores de la construcción en una obra en Sevilla en verano. Imagen de archivo.
Un trabajador de la construcción en una obra en Sevilla en verano. Imagen de archivo. Rocío Ruz / Europa Press

Tres cuartas partes de los accidentes laborales mortales en España se producen en microempresas (de 1 a 9 trabajadores) y en pequeñas empresas (de 10 a 49 trabajadores). El sector con mayor incidencia es el de la construcción, que aporta un 6,6% de los afiliados y un 30% de las muertes en el trabajo, según los datos oficiales, disponibles en la web del Ministerio.

Es este, el de la siniestralidad en los trabajos, un asunto estructural y que causa cada año centenares de muertes. La incidencia en España (1,93 muertes por cada 100.000 trabajadores) está ligeramente por encima de la media de la Unión Europea, que se sitúa, según la última actualización de Eurostat, en 1,76 muertes por cada 100.000.

Desde el 1 de enero de 2019 hasta el 30 de septiembre de este año murieron mientras trabajaban 2.395 personas en España. A esta cifra hay que añadirle otras 655 muertes en accidentes llamados in itinere, los producidos de camino o de vuelta del puesto de trabajo. Así, las muertes en el tajo en el último lustro superan ya las 3.000 (3.050), según recogen las estadísticas oficiales, que recopila el Ministerio de Trabajo con los datos de las comunidades.

Este es uno de los temas que se coló en el acuerdo de Gobierno entre PSOE y Sumar y también está de manera destacada en los programas electorales de ambos partidos. La pasada legislatura, el Ejecutivo de coalición aprobó una Estrategia de Salud Laboral en la que se aborda de manera integral el problema y en la que se incide precisamente en mejorar la prevención en las empresas más pequeñas, las que más problemas tienen para hacerlo por razones económicas y de organización.

Esta es, precisamente, la clave para mejorar las cifras: construir entornos de trabajo sanos. El Ministerio de Trabajo asume que "el hecho de que se produzca un accidente u otro daño en la seguridad y salud de la población trabajadora es una de las consecuencias derivadas de unas condiciones de trabajo inadecuadas". Así, se resume en un informe que analiza los accidentes mortales en el periodo 2020-2022. 

"Es prioridad ayudar a las pequeñas y medianas empresas a mejorar las condiciones de seguridad y salud en el trabajo a través de un liderazgo activo de todos los agentes. Un compromiso firme de la dirección de la empresa con la prevención de riesgos laborales, que fomente la participación directa de las personas trabajadoras en la actividad preventiva, favorecerá la integración de la prevención y el arraigo de la cultura de la seguridad y salud en la empresa", recoge la estrategia que el Gobierno debe implementar esta legislatura.

La reforma laboral

Entre septiembre de 2022 (cuando eran 623 las muertes en los primeros nueve meses) y este, que ya van por 524 fallecimientos a 30 de septiembre la incidencia ha caído un 16%. De hecho, la de este año esta es la cifra más baja en el último lustro en los primeros nueve meses del año.

Uno de los factores que podrían contribuir a explicar esa bajada, coyuntural de momento, a la espera de que se consolide, es la reforma laboral, impulsada por la vicepresidenta Yolanda Díaz la pasada legislatura, porque ha reducido la temporalidad.

Nuria López, secretaria general de CCOO en Andalucía no lo descarta. "Puede que sí [haya tenido un efecto positivo la reforma]", admite. Sobre todo porque la temporalidad laboral es un factor clave de la siniestralidad, analiza.

Andalucía es la comunidad autónoma en la que más muertes en el trabajo se producen. "Uno de cada cinco trabajadores y trabajadoras que fallecen en accidente laboral lo hacen en Andalucía", apunta López. La semana pasada delegados de CCOO y UGT protestaron en la calle, en Sevilla, por este asunto. "Trabajar en Andalucía es sinónimo de tener más riesgos de sufrir un accidente laboral y, especialmente, con resultado de muerte", lamenta López.

Causas de las muertes

La mayor parte de las muertes, año tras año, se produce por derrames, infartos y otros factores naturales; después vienen los aplastamientos, amputaciones, golpes y caídas. También hay ahogamientos en líquidos y accidentes de tráfico.

Trabajo, en el informe que analiza los accidentes mortales en el periodo 2020-2022, busca profundizar en las causas. Así, analizaron 572 muertes ocurridas en España durante los años 2020, 2021 y 2022, que fueron investigados por el personal técnico de las comunidades autónomas. Dejaron fuera los accidentes in itinere.

La primera conclusión es que "cada accidente investigado puede tener más de una causa (se pueden registrar hasta un máximo de diez). Dada esta naturaleza multicausal, se codificaron 2160 causas, siendo la media de 3,8 causas por accidente".

Los expertos del Ministerio pudieron certificar de este modo que "la mayoría de las causas implicadas en los accidentes son de naturaleza organizativa, tanto relativas a la organización del trabajo (29,6%) como a la gestión de la prevención (27,3%)".

El tercer factor más importante, un 15,4% de las muertes, viene por lo que se denomina "factores individuales que indican deficiencias que podrían relacionarse con la sensibilización del trabajador y con la modificación de actitudes y comportamientos".

Este –el de que la culpa es del propio trabajador– es un mantra que en ciertos sectores empresariales se escucha de cuando en cuando. Para el Ministerio, la "asignatura pendiente" es "la mejora de aspectos relacionados con la organización del trabajo".

Así, la falta de sensibilización del trabajador puede solucionarse, según este estudio, "implementando actividades de formación e información y métodos y procedimientos adecuados de trabajo, actividades que recaen directamente en la mejora de la organización del trabajo".

Incumplimientos de la ley

Para CCOO, el origen de la siniestralidad laboral está claro y reside en "el incumplimiento flagrante que hacen las empresas de la ley de prevención de riesgos laborales en los centros de trabajo". "Esa falta de cultura preventiva en la empresa unida a la precariedad laboral que sufren los trabajadores y las trabajadoras y a la falta de vigilancia y liderazgo del Gobierno andaluz en esta materia conforman un mix tóxico que da lugar a un drama", lamenta López.

En efecto, según el estudio de Trabajo, "el grado de cumplimiento del proceso preventivo [en donde ha resultado muerto un trabajador] ha resultado ser bastante deficiente, ya que prácticamente una cuarta parte de las empresas (22,4%) no ha cumplido ni siquiera con la primera etapa, la evaluación de riesgos".

El informe añade: "la finalización del proceso preventivo (adopción de medidas preventivas) solamente alcanza al 6,5% de las empresas donde ha ocurrido el accidente, lo que nos hace plantear la necesidad de mejorar el proceso para evitar la materialización del accidente. Nuevamente, aparece la importancia de una adecuada gestión de la prevención para llevar a cabo con éxito todo el proceso".

Pequeñas empresas y sectores

Es en las pequeñas empresas donde, según Trabajo, hay que "redoblar esfuerzos", dado que representan prácticamente tres cuartas partes del total de los accidentes investigados (74%) y que es en este tipo de empresas donde más carencias se encuentran en referencia a la ausencia de modalidad preventiva.

La relación entre la población afiliada y los accidentes de trabajo mortales revela que el sector de la construcción y el agrario son los que más riegos asumen. El terciario, el sector servicios, aporta el 76% de los afiliados a la Seguridad Social y el 31,8% de los accidentes entre 2020 y 2022. La industria aporta el 11,7% y 6,6% de los accidentes. Los datos para la construcción son el 6,6% de los afiliados y el 30% de los accidentes y para el sector primario el 5,7% afiliados, 14,6% de los accidentes.

Aunque la mayor parte de muertos son hombres, esta, la de la siniestralidad laboral, es una realidad que, según explica López, también afecta de diferente manera según el género. "Mientras los hombres sufren más accidentes laborales en el centro de trabajo o in itinere, en el caso de las mujeres se manifiestan más a medio y largo plazo a través de las enfermedades profesionales de las que la empresa se desentiende en la inmensa mayoría de los casos y son tratadas como enfermedad común", afirma en un comunicado.

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