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La Justicia sospecha que Urdangarin utilizó un testaferro

La Policía investiga si el administrador de la firma que desvió dinero al extranjero actuaba por cuenta del duque

A. GUTIÉRREZ

Los investigadores del caso sobre el Instituto Nóos sospechan que Iñaki Urdangarin utilizó como testaferro para sus operaciones en el extranjero a Mario Sorribas, apoderado de Aizoon SL, la empresa del duque de Palma y su esposa, y asimismo admi-nistrador único de De Goes Center Stakeholder Manage-ment SL. Esa empresa es la que, presuntamente, desvió a un paraíso fiscal fondos captados por el Instituto Nóos. Todos sus títulos, salvo uno que consta a nombre de Sorribas, pertenecen a Fundación Deporte, Cultura e Integración Social (DCIS). Sujeta a investigación judicial, esa fundación está controlada por Diego Torres, que hasta junio de 2006 fue socio de Urdangarin en una de las sociedades que mayor tajada sacaron del Insti-tuto Nóos: la sociedad Nóos Consultoría Estratégica SL.

A la pregunta sobre el testaferro, Torres dijo: 'Es muy serio, no puedo contestar'

Como ya informó Público, en 2007, De Goes Center transfirió 50.000 euros a Reino Unido, país en el que tiene su sede otra compañía de nombre idéntico pero sin vinculación societaria formal con la española. La De Goes británica es propiedad de una firma domiciliada en el paraíso fiscal de Belice y en cuyas cuentas presumen los investigadores que acabó no menos de medio millón de euros procedente del Instituto Nóos.

La transferencia de De Goes fue cursada un día antes de que el propio Instituto Nóos comenzara a enviar también a Reino Unido una serie de remesas por importe global de 420.000 euros. La ONG ordenó 11 transferencias entre el 29 de marzo de 2007 y el 31 de julio siguiente. Para qué necesitaba remitir semejante cantidad a otro Estado de la UE donde no desarrollaba ningún proyecto conocido sigue siendo una incógnita por despejar. Pero quienes conocen el caso creen que ese movimiento se relaciona con el desvío de fondos a una cuenta posiblemente radicada en Luxemburgo y abierta a nombre de la citada compañía de Belice.

El interrogatorio al que la Fiscalía Anticorrupción y la Policía sometieron durante la semana del 7 de noviembre a Diego Torres, quien en junio de 2006 sucedió al yerno del rey en la Presidencia del Instituto Nóos, deparó una respuesta cuyo significado real aún constituye un misterio. Los investigadores preguntaron a Torres si el administrador de De Goes Center era el testaferro de Urdangarin. Torres podía haber respondido que no. O alegar ignorancia. O acogerse a su derecho a no declarar. Pero eligió otra opción. Y dijo lo siguiente: 'Eso es muy serio, no puedo contestar'. La enigmática respuesta complica las cosas para Urdangarin, cuya imputación se da por segura aunquefuentes de la investigación subrayaron ayer que no es previsible que se produzca la semana que comienza mañana y finaliza en Nochebuena con el discurso televisado del monarca. No obstante, las mismas fuentes señalaron que los tiempos judiciales dependen aquí de la evolución de las pesquisas, por lo que nada cabe descartar.

Las transferencias a Reino Unido están sometidas a investigación

Fuentes del caso aseguran que el hecho de que figure como administrador de De Goes Center al tiempo que como apoderado de Aizoon SL afianza las sospechas sobre el verdadero papel de Sorri-bas, persona muy próxima y leal a Urdangarin. Le ayudó, por ejemplo, en la mudanza al palacete barcelonés de Pedralbes, cuentan quienes le conocen. Los investigadores mantienen silencio sobre qué otros elementos de existir refuerzan la hipótesis de que Sorribas actuaba como testaferro del yerno del rey.

Para el duque, haber actuado en nombre de la Fundación DCIS, propietaria de la sociedad De Goes Center tampoco mejora las cosas. Urdangarin no sólo ofreció en mayo de 2007 al equipo de Alberto Ruiz Gallardón los servicios de esa fundación. Seis meses más tarde, el 2 de noviembre de ese mismo año, fue el yerno del rey quien promocionó la Fundación DCIS con una conferencia organizada por la Oficina Ejecutiva de la Organización de Estados Americanos (OEA). Así consta en la memoria anual de ese año publicada por la OEA, aunque el documento no aporta más datos.

Desde que quedó inscrita en febrero de 2007, las cuentas de la Fundación DCIS han estado bajo control de Diego Torres, pese a que su nombre no figura entre quienes constituyeron la entidad. Entre2007 y 2008, los administradores de DCIS fueron dos ciudadanos uno de ellos, de origen árabe sobre los que a este periódico no le consta que pese ninguna imputación. En 2009 y 2010, sí figura Diego Torres como administrador. Y en 2011, desaparece de nuevo. La web de DCIS, ahora inactiva, fue puesta en marcha por una empleada de De Torres.

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