Motor

La única motorización diésel rinde 184 CV, gasta 4,7 litros de media y tiene un precio de 42.300 euros con cambio manual.

Todavía me resulta extraña la denominación del Serie 4, pero será cuestión de acostumbrarse a este cambio que también ha llegado en la nueva Serie 2. En BMW han decidido diferenciar sus modelos, de manera que a partir de ahora los Serie 3 serán carrocería berlina y los Serie 4 quedan reservados a los Coupé y Cabrio.

Y no quedará más remedio que acostumbrarse, porque es el año del 4 en BMW, ya que al Serie 4 Coupé se unen el Serie 4 Cabrio, el Serie 4 Gran Coupé y a en el mes de junio el X4, este ya dentro de otra familia, la de los SUV de lujo.

El protagonista de nuestra prueba mide 4,64 de largo –tan sólo dos centímetros más que el Serie 3-, pero su carrocería parece más alargada con la estética de un coupé clásico de capó alargado y habitáculo retrasado, y es 6 centímetros más bajo que la berlina, con una altura de 1,37 metros, que no resulta incómoda a la hora de entrar en el vehículo. El maletero tiene una capacidad de 445 litros, que no está nada mal, aunque encontramos la boca de carga algo estrecha.

En su interior pueden viajar de forma muy cómoda cuatro adultos, ya que está homologado para cuatro plazas –de hecho entre las plazas traseras no hay asiento, sino un espacio para depositar objetos-. Los asientos delanteros son muy cómodos, sujetan bien el cuerpo y llevan un mecanismo que acerca el cinturón de seguridad, de manera que facilita la operación porque el punto de anclaje se encuentra bastante atrás al tener la puerta muy ancha. La pena es que se haya sustituido la regulación del respaldo mediante la tradicional rueda por una palanca con la que cuesta más encontrar la postura adecuada. A las traseras es algo más complicado entrar, a pesar del tamaño de la puerta y de que se abaten los asientos, pero es un Coupé y no hay vuelta de hoja.

De momento, en la nueva Serie 4 de BMW únicamente hay una mecánica diésel con 184 CV –aunque seguro que más adelante llega un 418d y un 430d-, que recibe la denominación 420d, que tiene un precio de 42.300 euros con el cambio manual de seis velocidades, convirtiéndose en el modelo de acceso a la gama actual, y 44.851 euros con cambio automático de ocho marchas, una buena opción por comodidad y porque incluso gasta menos combustible -4,6 litros frente a los 4,7 del manual-.

Como sucede en el resto de la gama, el cliente puede elegir el tipo de acabado que quiere –Sport, Luxury y Modern-, e incluso hay un paquete deportivo M (4.151 euros) que da al vehículo un aspecto algo más deportivo, sin llegar a ser un M4, con un precio mucho más razonable.

En gasolina hay más opciones, empezando por el 428i Coupé de 245 CV que tiene un precio base de 43.900 euros con cambio manual, 46.451 euros el automático y 46.500 el 428i xDrive con tracción total. El modelo top de la gama es el 435i, que tiene un precio de 55.200 en manual, 57.853 euros en automático y 60.453 euros el 435i xDrive automático.

Quien mire con lupa el consumo y vaya a hacer muchos kilómetros al cabo del año no tendrá duda a la hora de elegir motorización, pues el 420d es su coche. Gasta poco, muy poco de verdad y por prestaciones cumple de sobra para viajar durante horas y horas sin preocuparse de parar a repostar, incluso a buen ritmo. El fabricante ha homologado 4,7 litros de media en la versión manual, una cifra a la que se llega fácilmente teniendo cierto tacto con el pedal del acelerador y anticipación al volante, sin que esto signifique una conducción aburrida. En nuestra prueba el consumo medio ha sido de 5,1 litros conduciendo bastante tiempo por autovías y algo en ciudad y carreteras comarcales. A este ritmo, la autonomía puede rondar los 1.000 kilómetros con un depósito de 57 litros. La velocidad máxima es de 240 km/h, acelera de 0 a 100 en 7,5 segundos y las emisiones de CO2 son de 124 g/km, cumpliendo la normativa Euro 6.

La tecnología EfficientDynamics está cada vez más afinada y juega un papel clave a la hora de buscar el máximo ahorro. Viene equipado de serie con el sistema Start/Stop, que detiene el motor al pararse en un semáforo o un atasco –es desconectable con un botón que hay junto al arranque-, pero también lleva un sistema de recuperación de energía y un indicador de la marcha más adecuada en cada momento.

Además, junto a la palanca del cambio hay un selector que permite elegir entre tres modos de conducción: Sport con un talante más deportivo en el que priman las prestaciones, ECO, donde lo que se busca es reducir el consumo de combustible, y ECO PRO, que limita el funcionamiento del climatizador y nos va ‘regañando’ si nos pasamos de velocidad o no cambiamos de marcha y también nos dice con cifras azules en el cuadro los kilómetros de más que vamos haciendo al realizar una conducción ecológica.

Su rival más directo sería el Audi A5 Coupé, que ya acusa el paso de los años frente al recién llegado Serie 4. Las medidas son similares y el motor equivalente sería el 2.0 TDI de 177 CV (7 CV menos) que con cambio manual de seis velocidades cuesta algo más barato, 40.610 euros frente a los 41.900 euros del 420d. Otro rival es el Mercedes-Benz E Coupé, que es un poco más largo (4,70 metros) y algo más caro: en el caso del 220 CDI entrega una potencia de 170 CV por 46.300 euros y el E 250 CDI de 204 CV sale por 50.421 euros. Y por último, el Volkswagen Passat CC, ligeramente más grande (4,80 metros) y también más barato, pues con el motor 2.0 TDI de 177 CV sale por 34.125 euros en el caso de la versión BlueMotion Technology. Ahora ya es cuestión de gustos y que se ajuste el presupuesto a nuestro bolsillo.