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Chile vota en las urnas un proyecto constitucional ultraconservador

De 17 capítulos y 216 artículos, el texto no logró consenso político en el Consejo Constitucional, donde la ultraderecha y la derecha tradicional hicieron valer su mayoría.

Militares chilenos custodian un centro de votación en Santiago, Chile, a 16/12/2023
Militares chilenos custodian un centro de votación en Santiago, Chile, a 16/12/2023. Elvis González / EFE.

Chile ha comenzado este domingo el conteo de votos sobre una propuesta de nueva Constitución, tras una jornada marcada por la fatiga electoral y la apatía ciudadana que despierta este segundo proceso constituyente.

Más de 15,4 millones de ciudadanos fueron llamados a votar desde las 08.00 (11.00 GMT) hasta las 18.00 hora local (21.00 GMT) para aprobar o rechazar un texto elaborado por un órgano elegido en las urnas, que no logró consensos y donde la derecha y la ultraderecha tuvieron mayoría.

Este segundo intento por tener una carta magna que sustituya a la que instauró en 1980 la dictadura Augusto Pinochet (1973-1990) arrancó en septiembre de 2022, cuando una contundente mayoría rechazó en otro plebiscito un proyecto escrito por una convención de mayoría izquierdista que proponía un profundo cambio en el modelo de país.

La jornada de votación transcurrió con normalidad y, aunque el sufragio es obligatorio, se cree que la participación será menor al 85% registrado en el plebiscito del año pasado. Según datos oficiales, más de 242.000 personas presentaron sus excusas para no ir a votar y evitar ser multados, el doble que el año pasado.

Sin consenso político

De 17 capítulos y 216 artículos, el texto no logró consenso político en el Consejo Constitucional, el órgano de 50 consejeros elegidos en las urnas que redactó la propuesta durante seis meses, y donde la ultraderecha y la derecha tradicional hicieron valer su mayoría, con 22 y 11 escaños, respectivamente.

Las derechas defienden que la nueva propuesta constitucional es mejor que la actual Carta Magna porque recoge las preocupaciones ciudadanas actuales, según afirman, como la seguridad o la migración, y aseguran que su aprobación pondrá fin a los cuatro años de incertidumbre institucional que provocó el estallido social de 2019.

La izquierda, en cambio, califica la propuesta de "dogmática" porque perpetúa el modelo neoliberal que instaló el régimen y supone un "retroceso" en derechos sociales.

Es el segundo proceso constitucional que vive Chile tras el que concluyó en septiembre de 2022 con un rechazo del electorado

Se trata del segundo proceso constitucional que vive Chile tras el que concluyó en septiembre de 2022 con un contundente rechazo del electorado a un proyecto escrito por una convención de mayoría izquierdista, que proponía una transformación radical de la institucionalidad chilena.

Las últimas encuestas, publicadas hace más de dos semanas, anticipaban que la ciudadanía votará también en contra de este nuevo texto, aunque los expertos dicen que el escenario está más abierto de lo que parece, porque el voto es obligatorio —se implantó en 2022— y hay una gran bolsa de electores desconocidos que llevan años alejados de las urnas.

Otra incógnita es cuánto afectará a la opción que defiende la izquierda, la de rechazar la propuesta, un caso de corrupción que afecta a uno de los partidos de la coalición oficialista y que en los últimos días ha tomado impulso con la detención de dos personas.

De rechazarse, seguirá vigente la actual Constitución y se cerrará, al menos durante este mandato, el debate constitucional, porque el presidente chileno, Gabriel Boric, ya ha dicho que no impulsará un tercer intento.

El gobernante viajó a su natal Punta Arenas, a más de 3.000 kilómetros al sur de Santiago, para sufragar a primera hora de la mañana y regresar luego a la capital para seguir el escrutinio.

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