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Obama asegura que EEUU está a salvo de la radiación

El presidente tranquiliza a sus ciudadanos y ofrece su apoyo a Japón

ISABEL PIQUER

Ante la inquietud que ha generado en Estados Unidos una posible contaminación radiactiva, Barack Obama afirmó ayer que ni la costa oeste ni Hawai corrían peligro. Las declaraciones del presidente intentaron mitigar las crecientes diferencias entre Washington y Tokio a causa de sus diferencias en la evaluación del grado de peligrosidad de las radiaciones.

El presidente estadounidense repitió dos veces en su breve intervención en los jardines de la Casa Blanca que no esperaba 'que Estados Unidos fuera a experimentar niveles de radiación peligrosos'.

También explicó que el ofrecimiento de repatriación de las familias de los funcionarios estadounidenses residentes en Japón era estrictamente voluntario y que lo único prudente de momento, además de alejarse de la zona contaminada, era 'escuchar los consejos de los dos gobiernos'. No recomendaba de momento 'tomar otras medidas'.

Pocas horas antes, Barack Obama había realizado una vista sorpresa a la Embajada japonesa en Washington para mostrar de nuevo su solidaridad. 'Estados Unidos siempre respaldará a uno de sus principales aliados en estos momentos tan difíciles. Sabemos que Japón se recuperará, gracias a la fuerza y sabiduría de su pueblo. Y cuando se recupere la memoria de los que se fueron quedará en nuestros corazones', escribió Obama en el libro de condolencias.

Pero Estados Unidos no parece confiar en las mediciones japonesas. 'Creemos que los niveles de radiación son muy elevados y podrían tener un impacto en las medidas que se tomen' para contener las emisiones procedentes de la central de Fukushima, declaró el miércoles ante el CongresoGregory Jaczko, presidente de la Comisión estadounidense de Regulación Nuclear.

De hecho la Comisión urgió a los ciudadanos estadounidenses en Japón a que evacuaran un radio de 80 kilómetros de la central nuclear, mucho más amplio que los 30 kilómetros aconsejados por las autoridades niponas, y afirmó que la radiación había llegado a niveles letales en un perímetro de un kilómetro alrededor de los reactores.

'Hemos movilizado todos nuestros recursos para vigilar la situación enfatizó Obama, aunque los equipos japoneses realizan un trabajo heroico, sabemos que los reactores siguen planteando un riesgo sustancial a la población cercana. Por eso pedimos ayer la evacuación de los ciudadanos estadounidenses. Fue una decisión tomada tras una evaluación científica cuidadosa'.

Como en el resto del mundo, en el país norteamericano el desastre japonés ha reanimado el debate sobre la energía nuclear. Barack Obama pidió ayer calma y anunció que había emplazado al Comité Regulador a que realizara 'una amplia revisión de las plantas nucleares' del país.

Estados Unidos se preparaba también para una posible, aunque inocua, contaminación. Los informativos estadounidenses dan noticia regularmente de las condiciones meteorológicas en el Pacífico.

La Agencia de Protección Medioambiental de EEUU (EPA por sus siglas en inglés) ha decidido reforzar su red de sensores de radiación distribuidos en la costa oeste, aunque no se esperaba que fueran a detectar ninguna anomalía.

'La agencia ha decidido, por prudencia, mandar detectores desplegables para tener mediciones en zonas más cercanas a Japón', dijo el directo de la EPA, Jonathan Edwards.

Expertos meteorólogos vaticinaron que los primeros isótopos radiactivos de la planta de Fukushima podrían llegar hoy a la costa oeste de EEUU aunque en dosis ino-fensivas para la salud, después de recorrer los 8.000 kilómetros de distancia que separan Japón del territorio continental empujados por las corrientes de las altas capas de la atmósfera. Partículas como esas tardaron una semana más en cruzar el Pacífico después de un test nuclear norcoreano en 2006.

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