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La UE se encamina a la primera compra conjunta de armas ante la escasez de munición para Ucrania

Kiev utiliza una media de 135.000 cartuchos de munición al mes. Mientras, la industria produce durante ese periodo de tiempo apenas 25.000.

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Rifle y cartuchos vacíos en un campo de tiro, en Siversk, región de Donetsk, Ucrania, 18 de febrero de 2023. Marko Djurica / REUTERS

Rusia dispara en un solo día en Ucrania tantas balas como la industria europea es capaz de producir en un mes. La escasez de munición es una de las grandes preocupaciones de Occidente en un momento en el que restan escasos días para que se produzca el primer aniversario de la guerra. Con esta patata caliente de fondo, los 27 ministros de Asuntos Exteriores se reunirán este lunes en Bruselas para debatir, entre otros temas, una futura compra conjunta de munición que haga frente a esta escasez de proyectiles cada vez más patente en los ejércitos nacionales.

"Munición, artillería y tanques". Esta es la petición más urgente de Ucrania en estos momentos según ha enfatizado Dimitro Kuleba, ministro de Exteriores ucraniano, en la conferencia de Seguridad global que se desarrolla estos días en la ciudad alemana de Múnich. Esta será también la lista de deseos que trasladará este lunes en el Consejo de Asuntos Exteriores en la capital comunitaria. Durante los primeros compases de la guerra, la participación de los representantes ucranianos en los consejos y cumbres europeas se limitaba al formato virtual; pero un año después es cada vez más frecuente su presencia física en los cuarteles generales de la OTAN y en el edificio del Consejo Europeo.

Ucrania utiliza una media de 135.000 cartuchos de munición al mes. Mientras, la industria produce durante ese periodo de tiempo apenas 25.000. "El tema de la munición es el más urgente", reconocen en público y en privado en los pasillos de Bruselas. Los países europeos se están quedando sin reservas, un doble problema que se traslada en desprotección a nivel interna y en dificultad para mantener la intensidad de ayuda a las filas de Volodimir Zelenski a nivel externo. La prioridad estratégica de la OTAN, ante las ofensivas y contraofensivas que ambos bandos preparan de cara a la primavera, es acelerar la fabricación de proyectiles de calibre de 155 milímetros, el estándar de la Alianza Atlántica.

Así, un año después del estallido de la guerra, la Unión Europea abre la puerta a crear su primera compra conjunta de armamento. Algo similar a lo que ya hizo con las vacunas durante la pandemia del coronavirus. Este lunes, los 27 ministros mantendrán uno de los primeros debates en esta dirección. Pero no habrá decisiones concretas. El plan se encuentra todavía en fase prematura. Aunque los países del Este pisan el acelerador e insisten en que hay que avanzar más y más rápido en el apoyo a Kiev.

Estonia tratará de convencer a la UE de crear una plataforma que permita comprar y producir munición más rápidamente

Estonia es el artífice de esta nueva idea. Su primera ministra, Kaja Kallas, es conocida en algunos círculos como la nueva dama de hierro europea por su postura ortodoxa contra Rusia. Tallin ya ha circulado su propuesta en el resto de capitales. Según recoge la agencia Bloomberg, el país tratará de convencer a sus socios comunitarios para crear una plataforma que permita comprar y producir munición de forma más rápida. Según los cálculos de este Estado báltico, se necesitan en estos momentos un millón de cartuchos y una inversión de 4.000 millones de euros.

Un número importante de países verían esta medida con buenos ojos porque, por un lado, ayudaría en la misión principal que impera en la UE: redoblar el apoyo armamentístico a Ucrania de cara a unas semanas y meses que se presentan como cruciales sobre el campo de batalla. Y, por el otro y con miras a largo plazo, porque enviaría una señal a la industria bélica de predictibilidad y de garantía de que la compra e inversión en armas ha venido para quedarse. En un año, la UE y sus 27 Estados miembros han destinado 12.000 millones de euros en el envío de armamento a Ucrania.

Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, también se ha mostrado favorable a la medida. Y su jefa, Ursula von der Leyen, ha hecho lo propio desde Múnich: "Es el momento de aumentar la producción de los materiales que Ucrania necesita urgentemente (...) Podríamos pensar, por ejemplo, en acuerdos conjuntos que otorguen a la industria de defensa la posibilidad de incrementar su capacidad de producción de forma más rápida".

Pero otros países como Alemania muestran más cautela y reservas en torno a si esta iniciativa agilizaría realmente el apoyo y la ayuda a Ucrania. La idea está poco madura y cuenta todavía con muchos cabos sueltos de carácter jurídico, técnico y presupuestario. A priori, todo indica que podría financiarse a través del Fondo Europeo para la Paz, el instrumento a través del cual los europeos canalizan la ayuda a la guerra. Pero el fondo ya ha comprometido más del 50% de su cuantía -3.600 de 7.000 millones de euros-. Y habría que aumentar su presupuesto. Una idea con la que España no está del todo cómoda porque al priorizar y monopolizar todos los activos sobre Ucrania se están descuidando regiones estratégicas para el sur, como es el Sahel.

La otra gran arista de la reunión de este lunes será el décimo paquete de sanciones contra Rusia. Los trabajos técnicos continúan y en Bruselas esperan anunciar y aprobar la nueva ristra de medidas punitivas el 24 de febrero, efeméride que marca el primer año del inicio de la invasión rusa. El nuevo paquete pone a la industria tecnológica y militar rusa en la picota y en Bruselas calculan que tendrá un impacto de 11.000 millones de euros.

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