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Elecciones autonómicas y municipales 2023

La encrucijada de las confluencias municipales: cómo resurgir entre una izquierda fragmentada

Las candidaturas municipalistas herederas del 15M que hace seis años sacudieron el tablero político español al alcanzar los principales ayuntamientos del país afrontan otros dos de renovación para tratar de sumar fuerzas y recuperar los gobiernos locales mientras ese mismo espacio político mantiene sus tendencias centrífugas a escala estatal.

Los alcaldes del cambio gobernaron una decena de los principales ayuntamientos españoles la pasada legislatura.
Los alcaldes del cambio gobernaron una decena de los principales ayuntamientos españoles la pasada legislatura. Archivo

"Si va a haber una reconstrucción del espacio confluyente va a ser desde lo local", sostiene Martiño Noriega, alcalde de Santiago por Compostela Oberta la pasada legislatura y para quien "se ha cerrado la ventana de oportunidad del cambio" abierta tras el 15M como consecuencia de fenómenos como la pandemia y la crisis asociada a esta o la irrupción de la ultraderecha. "Los objetivos siguen estando vigentes, pero las condiciones son distintas", añade.

Las confluencias municipales que hace seis años sacudieron el tablero político español, cuando tras las elecciones del 24-M de 2015 alcanzaron elgobierno de ciudades como Barcelona, Valencia, Cádiz, Madrid, Zaragoza, A Coruña, Santiago y Ferrol para mantenerse cuatro años después solo en las tres primeras, se encuentran en una encrucijada a partir de la que se abre un horizonte de dos años en el que, además de retejer sus vínculos con movimientos sociales y partidos y de rehacer sus programas, tendrán que renovar sus candidaturas, ya quea las ausencias de la madrileña Manuela Carmena, el coruñés Xulio Ferreiro y el propio Noriega se sumarán, a falta de que la barcelonesa Ada Colau y el ferrolano Jorge Suárez se pronuncien, las anunciadas retiradas del gaditano José María González 'Kichi', el zaragozano Pedro Santisteve y el valenciano Joan Ribó.

Todos ellos habían limitado a ocho años su permanencia en cargos municipales, ya fuera como alcaldes o como concejales, en un desapego que sigue siendo inusual en unas esferas políticas cada vez más profesionalizadas.

Esos procesos tendrán lugar en unos espacios políticos de ámbito local, autonómico en algunos casos, que observan desde una distancia no tan acusada las manifiestas tendencias a la fragmentación y la diferenciaciónde las formaciones de referencia a nivel estatal.

"No hay sitio para Podemos y Más País, y menos con las candidaturas municipalistas", apunta Noriega, para quien "el debate no está solo en las confluencias, sino en el futuro de la izquierda a la izquierda del PSOE si se sigue fragmentando. Hay que ir a una reconstrucción y ceder espacioa lo local, y también a lo autonómico en las nacionalidades históricas". "La duda -plantea- es si todavía estamos a tiempo de desandar lo andado hacia la fragmentación, que frustró que se creara un espacio potente cuando la riqueza estaba en lo colectivo".

"Llevamos a los ayuntamientos una agenda política para el siglo XXI"

Coincide con Santisteve, que mantiene que "las confluencias basadas en partidos y en ciudadanos con participación horizontal son garantía de éxito. Hay que pensar en la gente y en cómo se organiza".

En este sentido, considera la experiencia de la capital aragonesa, donde la ruptura de Podemos con ZeC (Zaragoza en Común) derivó en las municipales de 2019 en la pérdida de cuatro de los nueve concejales que el espacio confluyente había obtenido cuatro años antes, lo que junto a la desaparición de Cha y pese a la recuperación del PSOE dejó en consistorio en manos de una coalición PP-Cs apoyada por Vox como una ‘prueba del nueve’ de la validez de la propuesta confluyente.

"La ruptura puso de manifiesto que lo que fue útil fueron las confluencias de los partidos y los ciudadanos en las que los primeros dan un paso al lado, y en las que quienes están en las instituciones sirven unas veces de canal, de cauce, y otras de altavoz", indica.

Santisteve, que destaca que "el movimiento municipalista llevó a los ayuntamientos una agenda política para el siglo XXI, con asuntos como la participación, la gestión directa de los servicios públicos o la ecología, tanto en temas de movilidad como de energía", coincide con Noriega en señalar cómo, tras los ataques dialécticos y mediáticos de los que fueron objeto sus equipos, una parte de ese 'cartapacio' está siendo desarrollado ahora por gobiernos de corte socialdemócrata y neoliberal.

"Se ha pasado de la crítica al beneplácito", apunta el compostelano. "PP y Cs están gestionando la herencia de ZeC en materias como la energía verde, la electrificación del transporte público e, incluso, la agroecología", anota el zaragozano.

"Somos espacios apátridas, sin referencias fuera de lo local"

¿Y hacia dónde van las confluencias? A salvo de escenarios como el de la capital, donde está por ver si la capacidad de fragmentación de lo que fue Ahora Madrid todavía conserva margen de desarrollo, y con la incógnita de los planes municipales de Podemos, IU, Más País y las izquierdas deámbito autonómico (Compromís, Anova, Chunta, Adelante), todas tienen marcada la hoja del calendario de mayo de 2023.

"Nuestra idea para el 2023 es que hay que volver a echarlos", dice Santisteve en referencia a PP y Cs. "Respondemos a una ola municipalista que ha llegado a Europa y que está arraigando en otros países", anota. "La propuesta de ZeC está en permanente renovación, y quienes estamos ahora en el ayuntamiento daremos un paso al lado para abrir ZeC. La herramienta es útil desde el momento en que se abre", añade.

Noriega, por su parte, recuerda que las mareas obtuvieron hace dos años apoyos del 20% del electorado en ciudades como A Coruña y Santiago,en cuyos grupos municipales "hay ahora gente potente, como Marta Lois y María García". 

Suena a punto de partida, aunque hay más matices, como que "ahora somos espacios ‘apátridas’, sin referencia más allá del ámbito local". No obstante, aboga por "una confederación de municipalismos, pero girando en torno a las ciudades", una idea que ya había comenzado a tomar fuerza en los espacios confluyentes antes de que la fragmentación comenzara a debilitarlos en vísperas de la primavera de 2019.

¿Dividir para crecer en Madrid?

El reciente libro 'Tras la indignación. El 15M: miradas desde el presente' (Gedisa, 2021) ofrece una de las primeras aproximaciones desde las ciencias sociales al fenómeno de las candidaturas municipales de confluencia.

En él, Jorge Lago Blasco, de la Universidad Carlos III, plantea cómo, por el contrario, en el caso de Ahora Madrid "la división, y no la unidad, era, quizá, la respuesta" a la pregunta acerca de "cómo crecer a la vez por el centro y por la izquierda" una vez que, al abandonar Podemos los ejes elites/pueblo y viejo/nuevo al entrar en el Congreso e irrumpir con fuerza en el debate político, social y mediático otro entre centro y periferia como consecuencia del proceso independentista catalán, cualquier eventual crecimiento "dejaba de poder plantearse en los términos y coordenadas que habían permitido la victoria" electoral de la lista que encabezaba Carmena, un cuadro al que se sumaba "la ausencia de nuevas coordenadas claras para definir y ampliar su base social".

"Ni se crecía por el centro-derecha en el norte ni se movilizaba a los barrios del sur, toda vez que las divisiones internas en el ayuntamiento aumentaban", señala el sociólogo. Pese a ello, Más Madrid, la candidatura sucesora de la confluencia, se dejaba finalmente menos de un punto y un solo concejal en mayo de 2019.

Los resultados de las elecciones autonómicas del 4 de mayo apuntanen la dirección que plantea Lago, ya que la suma de Más Madrid (24) y Podemos (10) obtuvo siete diputados más que en la anterior convocatoria, con sendos avances de cuatro y tres y con un crecimiento conjunto de 220.000 votos.

La fluida relación de Adelante Cádiz con los movimientos sociales

Solo Adelante Cádiz, que superó el 43% de los votos, mejoró ese resultado en la segunda comparecencia de las candidaturas municipalistas, un resultado en el que María Ribón, Beltrán Roca y Víctor Peña, de la universidad gaditana, asignan un papel clave a la fluidez de las relaciones entre la confluencia y los movimientos sociales locales.

Esa faceta, articulada mediante políticas de participación ciudadana, señalan, "ha sido en última instancia la garantía que ha permitido que Cádiz haya cumplido parte de las expectativas de su electorado, revalidando su posición en el Gobierno local en la etapa 2019-2023".

Resistir en el complejo escenario de la capital catalana

Barcelona en Comú repitió al frente del Ayuntamiento de Barcelona tras haberse dejado la sexta parte del apoyo que había recibido cuatro años antes y gracias a la primera fractura de Ciudadanos.

En esa ciudad, según el análisis de Iolanda Bianchi, Yunaílis Salazar y Marina Pera, de la Universitat Autònoma de Barcelona, la confluencia mantuvo una relación "relativamente fluida y constante con los movimientos sociales", los cuales apoyaron varias de sus iniciativas aunque "nunca han dejado de cuestionar la política de Barcelona en Comú, especialmente cuando percibieron que su acción ya no respondía a esa visión radical que había provocado el llamado asalto a las instituciones".

Esta, condicionada por la inexperiencia inicial de los concejales y por la carencia de una mayoría pese al pacto con el PSC, a lo que se suman las sacudidas del 'procés', "ha cambiado constantemente de acuerdo con el balance entre lo posible y lo esperado en un determinado momento y área".

A esos factores se les unen otros dos. Por una parte, el hecho de haber generado "altas expectativas, asumiendo cambios ciertamente irrealizables en un mandato (por ejemplo, garantizar el derecho a la vivienda)". Y, por otra, "la lentitud de una maquinaria administrativa compleja y de una dimensión tan amplia como la de Barcelona, que no está configurada, por su naturaleza, a los cambios inmediatos".

Las consecuencias de la traumática ruptura de Zaragoza

"Tanto el devenir de la acción de gobierno como el declive (...) pueden explicarse en gran medida al calor de la relación de ZeC y esas organizaciones", entre las que destacaban los partidos políticos, las asociaciones vecinales, las mareas de los servicios públicos o los grupos ecologistas, "así como en las dificultades en llevar a la práctica su ideario político" destacan los sociólogos Jaime Minguijón y David Pac, de la Universidad de Zaragoza.

En esa ciudad se vivió una de las rupturas más traumáticas entre la confluencia y Podemos , que vieron volatilizarse en 2019 casi la cuarta parte del apoyo que ese espacio había obtenido cuatro años antes, al pasar del 24,5% al 16% (9,9% y 6,1%). 

"La probabilidad de éxito (y mantenimiento después del éxito inicial) de los partidos recién llegados a la escena electoral depende en gran medida de los vínculos con los grupos sociales que le preceden", recuerdan los sociólogos.

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