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Muere con 96 años el brigadista mexicano Juan Miguel de Mora: "De la España de la Guerra Civil solo queda la derecha católica"

El pasado 18 de marzo falleció en su tierra natal Juan Miguel de Mora, brigadista internacional que acudió a España para luchar contra el fascismo. Fue uno de los primeros en llegar en 1936. 

Juan Miguel de Mora durante su última estancia en Madrod.- A.T.

ALEJANDRO TORRÚS

"Ya veo a la Pelona (así llamamos a la muerte en México) que me sonríe a veces, pero no me llama. Lamento que mi cita con ella no sea en Samarcanda, como en el cuento oriental, porque así conocería Samarcanda, capital de Uzbekistán, antes de irme..." Estas fueron las últimas palabras que escribió Juan Miguel de Mora para la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales. Fue en el mes de noviembre con motivo del 80 aniversario de la llegada de las Brigadas a España para luchar durante la Guerra Civil. La semana pasada, 18 de marzo, Juan Miguel falleció con 96 años de vida y lucha a sus espaldas. 

Juan Miguel de Mora fue uno de los primeros brigadistas internacionales en llegar a España. Sólo los atletas que estaban participando en la Olimpiada Popular y se alistaron al Ejército republicano llegaron antes de él. Así lo contó él a Público en 2014 durante la última visita que realizaría a España. En su opinión, lo único que queda de la España de 1936 es la derecha tradicional católica. 

"Los que capitalizaron la guerra no fueron los fascistas ni los nazis que había en España, sino los católicos"

"Este país no tiene absolutamente nada que ver con el país que yo conocí. Nada de nada. Lo único que queda es la derecha española tradicional clerical. Esa derecha, por cierto, que fue la que supo capitalizar la ayuda de Hitler, quien, por cierto, era ateo. Cuando Alemania perdió la guerra, la Falange también perdió poder en España en detrimento del sector más católico y ultraconservador. Los que capitalizaron la guerra no fueron los fascistas ni los nazis que había en España, sino los católicos. Si llega a ganar Hitler la II Guerra Mundial hubiera mandado mucho más la Falange y la Iglesia lo hubiese pasado peor.

Tenía entonces 14 años cuando llegó a España, pero convenció a un amigo para que lo trajera a España en su coche y a finales de julio de 1936 pidió alistarse al Ejército. Sin embargo, su edad era un impedimento. De hecho, recordaba su vergüenza cuando nada más llegar vio que los republicanos tenían una guardería para chavales de entre 2 y 14 años: "Discutí durante horas con el comisario general del Ejército republicano para luchar en el Ebro. Me preguntó si pensaba que el ejército republicano tenía alguna posibilidad de ganar la guerra. Le dije que no. Entonces, me respondió que por qué quería luchar. Y yo le dije: Pues por eso mismo. Finalmente, no le quedó otra que aceptarme por mi tozudez", recuerda.

Llegaba desde París, donde con 14 estudiaba en el Liceo. Así recordaba Juan Miguel los motivos que le trajeron a España para luchar contra el fascismo: "Hoy la gente es indiferente ante la política, pero entonces había un problema con el fascismo y todo el mundo era consciente de ello. En Francia informaban de la existencia de dos bandos. Uno, el de los leales a la República y otro, el de los fascistas. Las claves de rojos y nacionales eran de consumo interno español. En Europa se utilizaban otros términos. Yo vi a unos militares con el brazo en alto, como si estuvieran comprobando si llovía o no, y decidí que tenía que luchar". Descanse en paz. 

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