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Nadia Calviño vs Nacho Álvarez: PSOE y Sumar se disputan el legado económico del Gobierno

Yolanda Díaz designa a Nacho Álvarez, el artífice de medidas como el impuesto a la banca o a las eléctricas, como portavoz económico de Sumar y su representante en los debates sobre esta materia.

La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño (i), y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, salen tras la segunda jornada de la 26 edición del Debate sobre el Estado de la Nación, en el
Nadia Calviño y Yolanda Díaz en el Congreso de los Diputados. Imagen de archivo  Eduardo Parra / Europa Press

Al inicio de la legislatura, el entonces vicepresidente segundo del Gobierno y secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, formuló una hipótesis a la hora de analizar el ciclo político que se inauguraba con el Ejecutivo de coalición progresista. Con una derecha echada al monte ideológico y construyendo un discurso de deslegitimación del Gobierno, el único debate de ideas real, el proceso de tesis, antítesis y síntesis de la política residía en el propio seno del Gobierno.

Eran el PSOE y Unidas Podemos, según este análisis de Iglesias, los protagonistas de una batalla ideológica que afectaba directamente a la producción legislativa del Ejecutivo en una pugna constante por conquistar el BOE.

Esa lucha tenía su epicentro en la mayoría de las ocasiones en el conocido como "núcleo económico" del Gobierno, que durante la legislatura dejó dos retratos de la confrontación: el de Yolanda Díaz (ministra de Trabajo) frente a Nadia Calviño (ministra de Economía), por un lado; y el de Nacho Álvarez (secretario de Estado de Derechos Sociales y secretario económico de Podemos) frente a María Jesús Montero (ministra de Hacienda), por otro.

Con las elecciones generales agendadas para el 23 de julio, esa batalla sale de la intimidad (a veces no tan íntima) de La Moncloa para saltar al escenario público de la campaña e, incluso, podría llegar a las televisiones de todo el país. 

La batalla que se presenta es prácticamente igual a la que se ha desarrollado durante la legislatura, con la salvedad del cambio de escenario. Los protagonistas son los mismos (PSOE y Unidas Podemos, ahora PSOE y Sumar, con especial atención a ese núcleo económico); y la derecha que no puso el foco en el discurso económico durante su labor de oposición parlamentaria, tampoco parece tener intención de hacerlo durante la campaña electoral para confrontar a Pedro Sánchez.

Calviño "busca rival" en los debates económicos

En el PSOE parecen tener claro que uno de los objetivos es el de situar la economía como uno de los ejes centrales del 23J, un plan que ya trataron de desplegar en las municipales y autonómicas, sin éxito (la derecha logró marcar la agenda con otro tipo de discursos y marcos). Y la estrategia para cumplir con este objetivo pasa por utilizar la buena marcha de la economía del país en términos macro, el legado económico de la legislatura, como artillería discursiva durante la campaña.

Es por esto que los socialistas han sacado a su principal figura en este área, Nadia Calviño, al centro del escenario y le han colgado el cartel de "se busca rival en los debates", con el claro objetivo de retratar a una derecha que, si tiene un plan económico y a su propio gurú para defenderlo, no ha hecho públicos ninguno de los dos elementos.

Sin embargo, aunque esto no ha removido la conciencia económica del PP, que no ha respondido sobre si tendría un debate económico durante la campaña, el movimiento de piezas del PSOE sí que ha causado una reacción. El lunes se conoció que la líder de Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, nombraba a Nacho Álvarez como el portavoz económico de su espacio y como la persona que representará a Sumar en los debates sobre esta materia.

Calviño buscaba rival y ahora ya lo tiene. El tándem Díaz-Álvarez es de sobra conocido para los socialistas por su experiencia en el núcleo económico del Gobierno de coalición. La vicepresidenta es la impulsora de la reforma laboral, de la ley rider y de las sucesivas subidas del salario mínimo, medidas a las que el PSOE, con Calviño a la cabeza como directora de orquesta de la política económica del Ejecutivo, se opuso en un principio. 

Álvarez es el artífice, como secretario económico de Podemos y bajo la batuta de Ione Belarra, de una gran parte de la reforma fiscal (que incrementaba la presión sobre las rentas más altas y la rebajaba sobre las más bajas) y, especialmente, de los impuestos a las grandes eléctricas y a la banca.

Tres Presupuestos peleados hasta la última coma 

Fue, a su vez, la persona que negoció todos y cada uno de los Presupuestos Generales de la legislatura con María Jesús Montero, la ministra de un departamento, la Hacienda Pública, que regula el nivel de oxígeno financiero del resto de ministerios.

Fue Álvarez el que señaló en el seno del Gobierno al modelo de sustracción de las rentas salariales y familiares hacia el oligopolio eléctrico a través de unos elevadísimos precios del gas que contaminaban a todo el mercado energético, un modelo bautizado como el de los beneficios caídos del cielo. Y fue el PSOE el que en un primer momento manifestó importantes dudas sobre todas y cada una de estas medidas económicas que ponía encima de la mesa Unidas Podemos.

Con un mercado laboral de cifras récord en el contexto más complicado (pandemia, guerra de Ucrania, inflación), y con el tope al gas y otras medidas protegiendo una gran parte de las rentas de las familias españolas, en Sumar no están dispuestos a dejar que el PSOE se quede con un legado económico al que los socialistas se opusieron cuando las medidas eran solo hipótesis defendidas por Unidas Podemos. 

Calviño buscaba rival y finalmente lo ha encontrado: el mismo que, junto a Yolanda Díaz, protagonizó la batalla económica que Unidas Podemos ha librado con el PSOE durante toda la legislatura. Este martes, durante una entrevista en la Cadena Ser, la líder de Sumar fue preguntada por unas declaraciones de la vicepresidenta económica en las que afirmaba que Unidas Podemos no había tenido "prácticamente influencia" en la política económica del Ejecutivo.

"Recuerden cuando una parte del Gobierno me decía que no se podía cambiar el convenio de empresa o recuperar la ultraactividad (en el marco de la negociación de la reforma laboral), o que he tardado nueve meses en subir el SMI…", respondió Díaz. La batalla por el legado económico del Gobierno durante la campaña electoral del 23J ha comenzado.

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