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La principal laguna de Doñana se secará por completo en dos semanas

Es la primera vez que la laguna de Santa Olalla se seca por completo dos años seguidos, ya que el verano de 2022 también se quedó sin agua. 

Vista aérea de la laguna de Santa Olalla en agosto de 2022.
Vista aérea de la laguna de Santa Olalla en agosto de 2022. JL Arroyo / EBD-CSIC

Los científicos de la Estación Biológica de Doñana del CSIC han alertado sobre el mal estado de la laguna de Santa Olalla, la masa de agua más grande de todo el Parque Nacional que se alimenta de agua subterránea. Según los cálculos de los expertos, la marisma quedará completamente seca a mediados de agosto, dentro de dos semanas y dos semanas antes que el año pasado.

Cuando esto ocurra, algo que parece inevitable según los análisis publicados, será la primera vez que la laguna de Santa Olalla se seca dos años consecutivos. "Desde que la Estación Biológica de Doñana tiene registros, es algo que nunca antes había ocurrido, lo que demuestra el grave estado en el que se encuentra el sistema lagunar", han advertido desde el centro adscrito al CSIC. 

Santa Olalla, a diferencia de la mayoría de balsas de agua del humedal, es una laguna permanente, es decir, dispone de agua durante todo el año. Los científicos alertan de la situación y explican que, actualmente, este espacio de naturaleza "agoniza". Aunque es cierto que ya ha habido otros momentos en los que el charco se ha secado, como 2014, nunca antes lo había hecho durante periodos tan largos.

Los biólogos que trabajan en esta estación del CSIC instalaron el pasado viernes una cámara de vigilancia para poder reportar la evolución de Santa Olalla y constatar el momento en el que se seca por completo. 

Los datos revelan que lo que ocurre en este espacio del Parque Nacional de Doñana no es algo anecdótico, sino que se enmarca en una clara tendencia de declive ecológico. Tanto es así que un estudio publicado en primavera por el CSIC revelaba que el 60% de las lagunas ya han desaparecido para siempre y que el 80% de las todavía perduran se secan antes de lo esperado. Además, un 84% de las marismas se inundan menos de lo esperado.

Todo esto ocurre por la sequía que atraviesa el país, pero también por el expolio de agua para regadío intensivo en el entorno de Doñana, así como por el desarrollo urbano en zonas cercanas a este paraje natural. Está situación ha herido de gravedad no sólo a la disponibilidad de agua de los acuíferos y sistemas lagunares, sino también a la variedad de especies que dependen de este espacio.

Las aves, que son el vertebrado que más predomina en Doñana, son el primer eslabón en caer. Los datos de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Bird Life) revelan que de las 22 especies reproductoras que habitan en el humedal, sólo dos han han registrado una tendencia poblacional positiva entre 2004 y 2022. No en vano, también han caído las poblaciones de linces –muy lastrados también por los atropellos en carreteras cercanas– y los anfibios que crían en las zonas acuáticas. 

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