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El ADN del Atleti

Rafael Cortés Elvira
Catedrático y político español

Ahora sí, ahora, todas las generaciones están unidas por la misma experiencia de fatalidad que forma parte del ser atlético. En el último suspiro del partido se nos fue el título de campeones de Europa. Algunos además lo hemos vivido dos veces. Hay algunas similitudes entre uno y otro: casi al final del partido, un defensa y abajo, en el palo derecho del portero.

La vida es una continua sucesión de expectativas. Para los atléticos el drama no ha sido perder, que en las dos finales era, desde la realidad, algo muy posible. El drama ha sido que hemos perdido cuando la expectativa de ganar ya se había apoderado de todos nosotros. Es la quiebra de esa expectativa la que nos conduce a la desolación. Y como la medalla de plata se conquista siempre con una derrota nos deja el sabor amargo del último instante de la temporada.

Ahora bien, en los más de cien años de historia de éste equipo ninguna temporada ha sido mejor que esta. ¿Cuántos de nosotros lo esperábamos? ¿cuántos hemos visto superadas las mejores expectativas al comienzo de la misma? Y si la respuesta es que eso ha sido así entonces afirmemos con absoluta rotundidad nuestra felicidad, nuestro orgullo de ser atléticos y esperemos, como solo nosotros sabemos hacerlo, tener una tercera oportunidad.

Nunca he visto gritar en un campo de fútbol: 'Vivan los beneficios', 'viva la cuenta de resultados'. Pero hoy más que nunca en la historia del fútbol, el dinero juega un papel fundamental. Los más ricos son cada día más ricos, la brecha entre los de mayor presupuesto y el resto no deja de ampliarse. Cuanto mayor sea esa brecha más nos acercamos a la gran competición continental. Si alguien tiene dudas que compruebe las ligas de nuestro entorno y los octavos de final de la Champions en los últimos años. Aunque algunas ligas supongan una cierta barrera, en especial la inglesa, es un camino deseado por otros muchos clubes. La única partida que puede ayudar a los más pequeños en la competición es la de ingresos de televisión. En toda Europa la distancia entre los que más cobran y los que menos se sitúa entre 1 a 1,5 y 1 a 3.5. En España esta barrera hasta hace muy poco tiempo era 1 a 13 y hoy debe estar en 1 a 11.

Hemos escuchado múltiples veces la frase de 'lo importante es competir', la verdad es que el Barón de Coubertain la pronunció un poco más larga. 'Lo importante es competir para poder ganar'. Porque en una competición es imprescindible que exista una cierta igualdad entre los que compiten de manera que el resultado no esté predeterminado, esencialmente, por los recursos económicos puestos en juego. Pienso que la única manera de luchar contra esto es copiar el modelo americano de deporte profesional, es decir, establecer límites salariales, en el coste de las plantillas.

Podríamos conseguir además que los clubes, con un exceso de recursos, imitaran al Barcelona como ejemplo de solidaridad, destinando esos excedentes a aquellos deportes que hoy ven comprometida su supervivencia. ¿Qué seria de muchos de nuestros deportes sin la aportación del Barcelona a múltiples modalidades deportivas?

Pero volvamos a nuestro equipo. Muchas veces he bromeado con el Presidente Cerezo, y recalco que se trata de simples chanzas, diciéndole que quiero sustituirle como Presidente del Atleti. Él me contesta diciéndome los años que faltan para que eso se cumpla. En un principio mi espera iba a ser de diez años. Hoy la ha subido hasta no menos de veinticinco. Desde estas líneas le digo que estoy de acuerdo. Que entre él y Miguel Ángel Gil, a los que tengo un enorme cariño, están haciendo las cosas lo suficientemente bien para que sigan, con el apoyo de todos, gobernando los destinos de nuestro equipo.

Muchas veces dirigiéndome a mis colaboradores les explicaba la diferencia entre estar 'concernidos' y estar 'implicados'. Les decía: cuando se desayunan huevos fritos con bacon por las mañanas hay que considerar que la gallina está concernida, pero el cerdo está implicado. Pues bien, en los últimos tiempos nuestros jugadores, el equipo, ha sido un conjunto de personas implicadas con unos colores. El negocio del fútbol se sustenta sobre la comunicación de banda ancha entre el corazón de los seguidores y los que visten la camiseta cada domingo. Esa comunicación, en el Atleti, tiene hoy más capacidad que la fibra que gobierna las comunicaciones. Y es necesario que siga siendo así. En época reciente hemos vivido como algunos clubes de nuestro país, crecidos por los éxitos, han perdido el rumbo en lo económico. La venta de uno de ellos, como culminación de los disparates, la estamos viviendo en la actualidad.

Por ello como atlético que soy, por legado familiar, desde aquél terraplén, —la entrada más barata del metropolitano—, cuando aun no había cumplido los diez años, quiero decir que nuestra divisa no puede ser el dinero, que debemos vivir nuestra realidad, que no podemos competir, en términos económicos, con los grandes clubes, que no podemos volvernos locos. Si hiciéramos dos listas, en una de ellas los presupuestos de los clubes y en otro los resultados obtenidos, deberíamos concluir que nuestro equipo es el mejor del mundo con enorme diferencia sobre el resto. Ese es nuestro éxito y del que debemos sentirnos orgullosos.

Nuestro ADN es otro, es el de ser luchadores implicados con lo que hacemos, es el de poner nuestras mejores capacidades y nuestro trabajo al servicio de nuestros objetivos, de nuestros ideales. Los equipos que se recuerdan en nuestra historia estaban impregnados de estos principios. Lo estaba el de 1974 y lo está el de 2014. Por eso nos sentimos tan orgullosos, por eso les queremos incluso en la amarga derrota repetida, por eso nos sentimos cerca de ellos y nos hubiera gustado abrazarles al terminar el partido del otro día. ¿Hubiera ocurrido lo mismo en caso de no entrar el gol de Ramos, con los seguidores del Real Madrid? Ya vimos el comportamiento de algunos de sus directivos en el palco y de algún jugador terminando el partido, y si no se sabe ganar, mucho menos se sabe perder.

Cómo explicar que por un minuto, 100 millones de euros han estado a punto de derrotar a 600. Pues bien, sigamos por este camino. Algunos jugadores se marcharán, es la ley del mercado, de la vida, de una carrera muy corta para los futbolistas, y por ello es entendible, vendrán otros que no serán de 100 millones de euros, serán jugadores notables, jugadores asequibles para nuestra economía, pero sobre todo deben ser jugadores, que ante nosotros los atléticos se comprometan a dejar su ego individual en beneficio del ego del equipo, a ser jugadores implicados con el espíritu de este club y de sus seguidores, el que ha sabido rescatar el 'Cholo' Simeone, el de nuestro maestro, Luis Aragonés,  a poner de su parte no solo sus capacidades sino el esfuerzo, el trabajo, en suma; el alma, para seguir demostrando que si se quiere y se trabaja se puede, como hemos hecho en esta liga que nos llena de orgullo como más pronto que tarde haremos con la Champions.

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