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Afganistán vive 3 días de luto tras el atentado más sangriento desde la caída del régimen talibán

EFE

La bandera afgana ondea desde hoy a media asta en señal de luto por las víctimas del atentado terrorista más sangriento desde la caída del régimen talibán, que ayer acabó con la vida de 42 personas, entre ellos seis diputados.

El presidente afgano, Hamid Karzai, declaró hoy tres días de luto y culpó del ataque a los "enemigos de Afganistán", término con el que el Gobierno se refiere normalmente a los talibanes, aunque los insurgentes han negado la autoría del atentado.

Karzai confirmó en rueda de prensa que en el ataque murieron 35 civiles, entre ellos profesores, estudiantes y personas de avanzada edad, además de seis legisladores, que se prevé serán enterrados cerca del Parlamento afgano.

También se registró un elevado número de heridos, aunque Karzai no precisó cuántos.

El atentado tuvo lugar ayer, martes, en la provincia septentrional de Baghlan, cuando una explosión alcanzó una comitiva de diputados de visita en la zona y a numerosos escolares y residentes del lugar que se habían reunido en una fábrica de azúcar para darles la bienvenida.

"Hemos ordenado una investigación exhaustiva", anunció Karzai, aunque señaló que las primeras pesquisas no dejan "ninguna duda" de que fue un ataque suicida.

Este año, se ha producido un notable incremento de los atentados suicidas en Afganistán.

Hasta ahora, el ataque terrorista con más víctimas había tenido lugar en junio, cuando 35 personas murieron y otras tantas resultaron heridas al estallar una bomba en el interior de un autobús en Kabul.

Karzai ofreció su receta para acabar con esta espiral de violencia.

"Lo mejor para la estabilidad en esta parte del mundo, tanto en Afganistán como en Pakistán, es una lucha eficaz, sincera y muy seria contra el extremismo y el terrorismo. Hasta que no lo hagamos, continuaremos sufriendo", aseveró.

Preguntado sobre si, tras el atentado, el Gobierno afgano aún quiere sentarse en la mesa de negociación con representantes de la insurgencia talibán -algo que el propio Karzai ha propuesto en varias ocasiones-, el presidente contestó: "no estamos intentando llegar al mulá Omar".

"Estamos intentando llegar a todos aquellos afganos que no son parte de Al Qaeda o de redes terroristas y que quieren volver a Afganistán y a vivir en paz", aclaró Karzai.

El presidente afgano también pasó revista a la conflictiva situación de Pakistán, que se encuentra en estado de excepción, para manifestar que "Afganistán también se ve afectada por los sucesos" en el país vecino.

"Esperamos una vuelta rápida a la estabilidad y la paz en Pakistán", dijo.

"Los sucesos en Afganistán y Pakistán son avisos a aquellos de nosotros que todavía no nos damos cuenta o no queremos reconocer la seriedad de la situación", abundó Karzai.

El presidente afgano insistió en que la "lucha" contra el terrorismo tiene que llevarse a cabo "con extrema dedicación y sinceridad".

El atentado de ayer atiza el fuego de la violencia en Afganistán, donde se calcula que más de 5.300 personas han muerto en 2007, el año más violento desde 2001.

Los enfrentamientos entre la insurgencia talibán y las tropas internacionales y afganas son constantes, especialmente en el tercio meridional del país, donde es mayoría la etnia pastún, la misma de los talibanes.

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