Expertos e ingenieros occidentales critican la excesiva rapidez en la construcción de edificios en China, que señalan pudo ser la causa de que cerca de 7.000 escuelas fueron destruidas por el terremoto que asoló la provincia de Sichuán.

La rapidez en la construcción china maravilla al mundo e incluso llevó al Comité Olímpico Internacional (COI) a pedir a las autoridades chinas calma en la marcha de los trabajos para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.

Más de 4 millones de edificios se vieron afectados en Sichuán, muchos de ellos viviendas de una planta, pero 6.898 eran centros escolares, según Han Jin, director de desarrollo y planificación del ministerio de Educación.

Ante esta situación, las autoridades chinas se han visto obligadas a abrir una investigación para determinar responsabilidades sobre la masiva destrucción de escuelas en el terremoto.

En centros escolares de las zonas más afectadas por el seísmo como Beichuan y Yiyuan, murieron casi todos los alumnos y sus profesores.

Solamente en la localidad de Mianyang, 1.700 estudiantes quedaron atrapados en las ruinas de 7 escuelas y otros 700 en el centro escolar de la vecina Hanwang, según la agencia oficial Xinhua.

En contraste, organizaciones independientes de caridad que construyeron centros escolares, como Sowers Action, de Hong Kong, anunciaron hoy que sus 61 escuelas en Sichuán están todavía en pie, incluidas 7 en Wenchuan, epicentro del seísmo.

"Un pequeño número sufrió grietas, pero ninguna se cayó o ningún niño murió", dijo el director de Sowers Action al "South China Morning Post".

Para prevenir su derrumbamiento, en la vecina provincia de Yunnan, las autoridades decidieron demoler 6 millones de metros cuadrados de edificios considerados peligrosos tras el seísmo.

La rapidez que parece exigir el crecimiento chino, "que se impone hasta en las líneas ferroviarias, sin tener en cuenta pasos obligados en Occidente", dijo hoy a Efe un ingeniero europeo, se ha convertido en un arma de dos filos.

En las ciudades, no es raro que viviendas nuevas se sequen artificialmente para sacarlas cuanto antes a la venta, lo que puede hasta originar reacciones alérgicas a sus ocupantes.

En Sichuán, el ahorro en materiales de construcción para mayor beneficio económico del promotor y la alteración del cemento de grandes compañías internacionales mezclándolo con el local, o con demasiada tierra, puede haber jugado, según expertos, un papel importante.

"Yo le dije al capataz que renovaba mi restaurante que el cemento que utilizaba me parecía demasiado marrón y que en España el cemento es gris", dijo a Efe el propietario de un local español en la asolada provincia de Sichuan.

"Me respondió que no me preocupara, que la obra estaría muy pronto acabada. Le insistí que más importante era construir con seguridad", añadió el restaurador, que no quiso ser identificado.

Y es que la palabra "corrupción" circuló inmediatamente tras el terremoto de magnitud 8 en la escala de Richter, tanto en Sichuán como en toda China.

Las autoridades trataron de salir al paso y el esfuerzo se centró en prometer que la reconstrucción de los edificios destruidos se haría a prueba de seísmos.

Pero padres desesperados tras haber perdido a sus hijos, en general adolescentes, mostraban ante las cámaras de televisión trozos de escombros "en los que solamente hay polvo de ladrillo".

Las escuelas destruidas serán reconstruidas para resistir a seísmos, dijo en Chongqing He Guoqiang, miembro del Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) y secretario de la Comisión Central de Control de Disciplina.

He pidió a funcionarios e ingenieros locales controlar la calidad en la construcción de escuelas nuevas y recordó que se investigarán las causas del desplome generalizado de las escuelas.

El diario oficial "China Daily" publicó las declaraciones del ministro de Construcción Urbana y Rural, Jiang Weixin, afirmando que "si existieron problemas de calidad en los centros escolares, los culpables serán severamente castigados", aunque advirtió que llevará tiempo.

"Si de 2003 a 2007 el gasto en educación aumentó el 126 por ciento respecto al lustro precedente, los desplomes de las escuelas prueban que los fondos fueron insuficientes o mal utilizados en la renovación anti-sísmica", escribió el "China Daily" en un editorial.