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Las historias clínicas electrónicas no mejorarían la atención de la diabetes

Reuters

Por Amy Norton

Los registros médicoelectrónicos han sido publicitados como una forma de mejorar laatención médica, pero un nuevo estudio sugiere que nonecesariamente hacen una diferencia en el tratamiento de ladiabetes.

Un relevamiento de 42 consultorios médicos de dos estados deEstados Unidos halló que los aquellos que utilizaban lashistorias clínicas electrónicas brindaban atención de menorcalidad a los diabéticos que los que aún usaban registros depapel.

La buena noticia es que el manejo de la diabetes mejoró enrealidad en todos los consultorios durante el estudio. Pero lossitios que usaban los registros electrónicos fueron los quemenos lo hicieron.

Los resultados, publicados en Annals of Family Medicine,prueban que reemplazar el papel por el soporte electrónicosolamente no es suficiente, según opinó Jesse C. Crosson, autorprincipal del estudio y profesor asistente de la Escuela deMedicina Robert Wood Johnson, en Nueva Jersey.

"Tener esos registros no significa que su uso sea eladecuado", dijo Crosson.

Entre otras funciones, los registros digitalizados lespermiten a los médicos, los hospitales y otros profesionales dela salud comunicarse más fácilmente para evitar errores yasegurarse de que a los pacientes se les realizan las pruebasadecuadas y reciben los tratamientos necesarios.

El Congreso de Estados Unidos autorizó que el Gobiernoinvierta hasta 27.000 millones de dólares en incentivos para quelos médicos y los hospitales comiencen a darle una "aplicaciónútil" a la tecnología de la información. Para el 2015, losprofesionales deberán pagar multas si no realizaron ese cambio.

Una "aplicación útil" quiere decir contar con una listaactualizada de los medicamentos que utiliza cada paciente,elaborar recetas electrónicas y que los pacientes reciban unacopia electrónica de sus historias clínicas si lo solicitan.

El equipo de Crosson se concentró en la atención de ladiabetes en 42 consultorios médicos de Pensilvania y NuevaJersey; 16 de los cuales habían digitalizado los registros.

Los autores evaluaron la calidad de la atención según lacantidad de pacientes a los que se les realizaban los testrecomendados, como el control regular de la glucosa en sangre,la presión y el colesterol, y, si era necesario, quémedicamentos se usaban para controlar los valores elevados.

En tres años, la calidad de la atención había mejorado engeneral. Al inicio del estudio, el tratamiento que recibía el 44por ciento de los pacientes cumplía con las guías, comparado conel 52 por ciento a los dos años.

Pero en los consultorios donde se seguía utilizando elpapel, el 61 por ciento de los diabéticos se realizaba los testrecomendados a los dos años, comparado con el 51 por ciento delos pacientes de los consultorios con registros electrónicos.

El autor dijo desconocer la causa de esta diferencia y consu equipo no pudo obtener información sobre las característicasde los sistemas que utilizaba cada consultorio. De modo que nose puede determinar si alguna característica de esos sistemas esmejor que otra.

Entre las limitaciones del estudio, según el equipo, seencuentra la de que los datos se reunieron entre el 2004 y el2006, por lo que los nuevos sistemas podrían variar.

Los registros electrónicos no son la única medida que estánanalizando los investigadores y las autoridades. La informaciónde las historias clínicas electrónicas también se puede utilizaren los planes de "pagos por rendimiento", que actúan como unincentivo para los médicos que alcanzan ciertos objetivos,mientras mejoran la salud de los pacientes, reducen errores yahorran dinero.

En Canadá, el Reino Unido y algunas redes hospitalarias deEstados Unidos pusieron a prueba ese enfoque. Pero un estudiopublicado hace un mes reveló que en Ontario no habría modificadola calidad de la atención de los pacientes con diabetes.

En otro estudio publicado también en Annals of FamilyMedicine sobre 29 consultorios de médicos de familia de Londres,los autores comprobaron que el incentivo casi no corregía lasdisparidades étnicas en la calidad de la atención de ladiabetes.

Para los investigadores, todo esto sugiere que los cambiosgenerales de las políticas de atención son insuficientes. Yaseguran que también se necesitan medidas "orientadas".

FUENTE: Annals of Family Medicine, mayo/junio del 2012

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