Este artículo se publicó hace 14 años.
Madrid recupera un metro bajo mínimos
El metro de Madrid volvió a funcionar con servicios mínimos el jueves, poniendo fin a dos días de caos en la capital de España que podrían repetirse si la semana próxima si los trabajadores del suburbano deciden volver a la huelga total para protestar por unos recortes salariales de un 5 por ciento.
Los trenes circulaban al 50 por ciento en el metro, donde las esperas eran unos minutos superiores a las habituales, mientras que las principales vías de la ciudad volvieron a una situación de relativa normalidad, después de que en los dos días anteriores se vieran inusualmente transitadas por madrileños que salieron de sus casas antes para no llegar tarde a su puesto de trabajo.
"La situación hoy ya es distinta, pero seguramente la gente siga sacando el coche porque no se fían de que se vayan a cumplir los servicios mínimos", dijo a Reuters un taxista a primera hora de la mañana.
Los trabajadores de Metro de Madrid votaron el miércoles a favor de cumplir servicios mínimos del 50 por ciento para el jueves y el viernes, pero también decidieron reunirse el lunes para ver si seguían de forma indefinida con la huelga en un servicio que utilizan diariamente unos dos millones de personas.
"Si hay un nuevo expediente, un solo despido, volvemos a la huelga total ", dijo un representante del comité de huelga ayer durante la asamblea en la que se adoptó tener "un gesto" con la población madrileña.
Los sindicatos convocantes de la huelga, entre ellos los mayoritarios CCOO y UGT, culpan de la situación a la Comunidad de Madrid, que quiere extender a las empresas públicas de la región el recorte de sueldo aprobado por el Gobierno central para los funcionarios, algo que los 7.000 trabajadores de Metro consideran ilegal puesto que ellos cuentan con un convenio colectivo.
"Los sindicatos (..) se lanzan a una huelga salvaje contra el Gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid, que lo unico que hace es cumplir el real decreto ley del Gobierno (central)", dijo la presidenta regional, Esperanza Aguirre, el miércoles por la tarde.
"Si esto no es una huelga política que venga Dios y lo vea", añadió.
El Ejecutivo de Aguirre, que cifra las pérdidas a consecuencia de los paros en tres millones de euros diarios, dice estar dispuesto a negociar si se cumplen los servicios mínimos, pero ya ha establecido sanciones contra los trabajadores que no acudieron a sus puestos esta semana, algunos de ellos por presiones.
Metro de Madrid es una empresa pública y, aunque sus trabajadores no son funcionarios, la Comunidad de Madrid pretende aplicarles la misma reducción salarial que tendrán por decreto empleados como médicos, profesores o policías.
Los paros del metro se producen tras la huelga de funcionarios celebrada el pasado 8 de junio y antes de la huelga general prevista para finales de septiembre para protestar por la reforma del mercado laboral que según los sindicatos abarata el despido.
"Nos querían pasivos para que su política se abra espacio; pues si quieren que se abra camino, se van a encontrar la más fuerte resistencia que jamás se han podido imaginar", dijo el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, en una protesta contra el plan de austeridad y la reforma laboral aprobados recientemente por el Gobierno central.
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