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La realidad desmiente a Wert: no hace falta españolizar a los catalanes

Los alumnos catalanes conocen mejor el castellano que gallegos, baleares, vascos y valencianos. La inmersión que la Lomce quiere desmantelar es el sistema más exitoso.

PAULA DÍAZ / ANNA FLOTATS

'Nuestro interés es españolizar a los alumnos catalanes y que se sientan tan orgullosos de ser españoles como de ser catalanes y que tengan capacidad de tener una vivencia equilibrada de esas dos identidades porque las dos les enriquecen'. Así justificó hace ya un año el ministro de Educación, José Ignacio Wert, su controvertida reforma del sistema educativo. Y terminó saliéndose con la suya. La Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), que obliga a las comunidades con lengua cooficial a pagar la escuela privada de los alumnos cuyos padres quieran escolarizar con el castellano como lengua vehicular, está a punto de finalizar —ya aprobada— su trámite parlamentario

La ya conocida como ley Wert ataca directamente al sistema de inmersión lingüística de Catalunya, como el propio ministro ha reconocido en numerosas ocasiones. Y hasta ha endurecido aún más el texto inicial con las últimas enmiendas aprobadas. Pero, ¿era realmente necesario 'españolizar' a los alumnos catalanes?

En realidad, los estudiantes no universitarios de Catalunya han demostrado en numerosas ocasiones que sus competencias lingüísticas en castellano están por encima de la media de España. Y todo ello a pesar de que dicha comunidad es la que más protege su lengua cooficial en el sistema educativo, por encima de Galicia, Euskadi o incluso Balears o País Valencià.

En Catalunya, como indica la Llei d'Educació, 'el catalán es la lengua normalmente empleada como lengua vehicular del aprendizaje'. Por ello, todas las actividades y materiales didácticos están en catalán, 'con la excepción de las materias de Lengua y Literatura castellanas y la lengua extranjera'. Sin embargo, la ley autonómica también establece que las familias cuya lengua habitual sea el castellano 'pueden solicitar que sus hijos reciban atención lingüística individualizada en dicha lengua'. 

A pesar de esto, once familias recurrieron a la vía judicial para obligar a la Conselleria d'Educació a formar a sus hijos con el español como lengua principal. El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya avaló sus reclamaciones y dio la excusa perfecta a Wert para justificar más su ataque al catalán dentro de la Lomce. La titular de Educación catalana, por su parte, recurrió la sentencia y recordó que son 600.000 las familias que sí quieren la inmersión en catalán.  

Desde el departamento que dirige Irene Rigau matizan también el concepto de inmersión lingüística. 'La inmersión lingüística es un proyecto pedagógico internacional que no nos inventamos aquí y que, en contra de lo que se cree, no se aplica en todas partes; sólo donde el catalán está en situación de indefensión', explican fuentes de la conselleria. 'Incluso pueden darse casos en los que la inmersión se realice en castellano', aseguran las citadas fuentes. 'Aunque, teniendo en cuenta que el castellano está presente continuamente en nuestras vidas, empezando por la televisión, por ejemplo, no es lo más necesario', añaden. 

Pero no sólo Rigau se ha manifestado en contra de la Lomce. Los partidos nacionalistas también han mostrado su descontento en el Congreso, especialmente, porque acusan a Wert de 'crear un problema que no existe'. Los resultados de los alumnos catalanes de Secundaria en cuanto a las competencias lingüísticas exigidas por el ministerio en la última Evaluación General de Diagnóstico (de 2010) avalan sus afirmaciones. Mientras la media de España se sitúa en 500 puntos, Catalunya alcanza 502 y se sitúa casi al mismo nivel que autonomías castellano-parlantes como Castilla-La Mancha (511) o Aragón (514) y supera a otras como Andalucía (482) o Canarias (488). En el PISA del año anterior, además, dicha comunidad es, de entre las autonomías con lengua cooficial, la que obtiene mejores resultados. Una vez más, por encima de la media española (498 puntos frente a 481, respectivamente), supera a Euskadi (494), Galicia (486) y Balears (457), cuyos proyectos lingüísticos difieren del catalán.

En Illes Balears, donde el Govern de José Ramón Bauzá acaba de aprobar el Decreto de Tratamiento Integral de Lenguas (TIL) que impone el trilingüismo, el fomento del catalán en la escuela ha crecido poco a poco. Así, en el Decreto 92/1997 se establecía que el número de horas de enseñanza en lengua y literatura catalanas sería 'como mínimo igual al destinado a la enseñanza de lengua y literatura castellanas'. Aunque no se especificaba la distribución horaria en cuanto a la enseñanza en una de las lenguas oficiales, el uso del catalán como lengua de comunicación y enseñanza debía ser igual al del español y se dejaba en manos del consejo escolar la planificación del proyecto lingüístico de cada centro 'hasta llegar a la mitad del cómputo horario'.

En 2008, el denominado Decreto de mínimos avanzaba más hacia la inmersión lingüística en catalán marcando dicha lengua cooficial como 'preferente' en libros de texto y en las actividades de la enseñanza, aunque siempre 'respetando los derechos lingüísticos individuales del alumnado' y facilitando la integración de los recién llegados 'a la lengua y cultura propias de Baleares'. Ahora, el TIL, una normativa que 'cumple todos los objetivos de la Lomce', según Wert, determina el uso equilibrado entre castellano, catalán e inglés en todas las etapas educativas. 

Un sistema parecido se da ya en Galicia, donde los padres eligen en qué idioma aprenden sus hijos a leer y escribir a través de consultas, pero en Primaria y Secundaria sólo deciden si estudian en gallego o castellano las asignaturas de Matemáticas, Ciencias Sociales y Conocimiento del Medio. La lengua del resto de materias la establece el claustro del colegio: mitad en gallego y mitad en castellano o bien un tercio en gallego, otro en castellano y otro en inglés. El trilingüismo en las aulas fue uno de los primeros cambios que Alberto Núñez Feijóo introdujo en la Xunta de Galicia cuando ganó las elecciones por mayoría absoluta en 2009.

El decreto para el plurilingüismo del PP tiró por tierra el sistema que había puesto en marcha en 2007 el Gobierno bipartito (PSdeG y BNG) por el que todos los centros escolares debían impartir, como mínimo, la mitad de las asignaturas en gallego. Por tanto, Galicia cumple ya la Lomce porque establece un uso equilibrado de las lenguas oficiales como vehiculares de la enseñanza. Y, sin embargo, sus alumnos no alcanzan las competencias lingüísticas de la media española y se quedan por debajo de los catalanes en la Evaluación General de Diagnóstico, con 487 puntos. En el informe PISA sí sobrepasan, con 486 puntos, la media española (481 puntos), pero se quedan detrás de catalanes (498) y vascos (494).

En Euskadi el sistema no se rige por porcentajes, sino por modelos. Los alumnos pueden elegir tres vías. Estudiar íntegramente en castellano excepto las asignaturas de euskera e inglés -modelo A-, hacerlo la mitad en euskera y la mitad en castellano -modelo B- y estudiar íntegramente en euskera excepto las asignaturas de castellano e inglés -modelo D-. Éste último es el modelo más elegido por el alumnado vasco.

Este curso, según datos de la Consejería de Educación de Euskadi, el 63% de los alumnos que se han matriculado en Primaria, ESO, Bachillerato y FP han elegido formarse íntegramente en euskera. Un 19,9% han optado por el modelo mixto y sólo el 17% han preferido cursar sus estudios únicamente en castellano. De nuevo demuestran que la Lomce no es necesaria para españolizar, dado que, aunque la mayoría elige estudiar en euskera, sus alumnos están por encima de la media en la evaluación del ministerio: obtienen 511 puntos, cuando la media española está en 500. En el informe PISA, además, conforman la segunda comunidad con lengua cooficial que obtiene mejores resultados.

El País Valencià tiene un sistema parecido al de Euskadi. Los padres pueden elegir entre dos modelos: el plurilingüista en valenciano -es decir, estudiar todo en valenciano, excepto la materia de inglés, lengua castellana y otra asignatura más en castellano- y el plurilingüista en castellano -estudiar todo en castellano, excepto la materia de inglés, lengua valenciana y otra asignatura más en valenciano. Es el Consejo Escolar de cada centro, donde están representados profesores, padres y alumnos, el que decide qué modelo se implanta.

El número de familias que elige la enseñanza en valenciano ha crecido en los últimos años. El año pasado, 13.000 estudiantes más que en el curso 2011-2012 escogieron dicha vía, alcanzando el 53% del total de alumnos de Infantil, Primaria y Secundaria, según la Conselleria de Educació del País Valencià. En 2010, no alcanzaron la media española en competencias lingüísticas: se quedaron en 490 puntos. En 2009, la Comunitat no ofreció datos para el informe PISA.

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