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El Reino Unido, ante las elecciones más inciertas de las últimas décadas

EFE

Unos 45 millones de ciudadanos están llamados hoy a las urnas para participar en las elecciones más reñidas de la historia reciente del Reino Unido, en las que lo único cierto es el final del bipartidismo de laboristas y conservadores.

Los 50.000 colegios electorales repartidos por todo el país estarán abiertos entre las 7 de la mañana y las 10 de la noche (entre las 06.00 y las 21.00 horas GMT), y los primeros resultados significativos no se conocerán hasta bien entrada la madrugada.

Al cierre de los colegios tres cadenas de televisión darán a conocer encuestas a pie de urna, que en el pasado se han mostrado muy certeros, pero el recuento de las 649 circunscripciones en juego será lento y no permitirá asegurar un ganador hasta mañana.

La Cámara de los Comunes británica (cámara baja del Parlamento) está formada por 650 diputados (533 ingleses, 59 escoceses, 40 galeses y 18 norirlandeses), pero en una de las circunscripciones -Thirsk and Malton (norte de Inglaterra)- la elección se celebrará el 27 de mayo por la muerte de uno de los candidatos.

El Ejecutivo ha hecho un esfuerzo extra para que el escrutinio sea más rápido que en ocasiones anteriores y 50.000 funcionarios de Gobiernos locales se dedicarán a contar las papeletas.

La intención es que durante la madrugada se conozcan los ganadores en el 96,5 por ciento de las circunscripciones, un porcentaje más que suficiente para conocer el color del futuro Parlamento, que previsiblemente legislará hasta 2015.

En el Reino Unido no hay jornada de reflexión ni restricciones para hacer campaña y publicar hasta el último momento encuestas.

Las más recientes indicaron un repunte del Partido Laborista del primer ministro, Gordon Brown, que recuperó el segundo puesto como segunda fuerza en intención de voto después de varias semanas en tercera posición, por detrás de los conservadores de David Cameron y por delante de los liberal demócratas de Nick Clegg.

Estos sondeos otorgan a los "tories" un 35% de los votos, a los laboristas entre un 29 y un 30% y a los liberaldemócratas entre un 24 y un 26%, un reparto del que resultaría un Parlamento sin una mayoría absoluta, algo que no ocurre en este país desde 1974.

El Reino Unido tiene un sistema mayoritario simple a una sola vuelta, en el que cada una de las 650 circunscripciones uninominales la gana el candidato que logra la mayoría simple de los votos, lo que hasta ahora ha propiciado mayorías absolutas, con laboristas y "tories" alternándose en el poder desde la II Guerra Mundial.

La única excepción fue el Gobierno dirigido por el laborista Harold Wilson entre 1974 y 1976, que perdió una moción de confianza en el Parlamento, lo que obligó a la convocatoria de elecciones anticipadas, que mantuvieron en el poder a los laboristas hasta 1979, pero con otro primer ministro al frente: Jim Callaghan.

Fue el resultado de lo que los británicos denominan un "hung Parliament" (un Parlamento colgado o sin mayoría absoluta), en un escenario que anticipan las encuestas y los expertos para este 6 de mayo, sobre todo por la inesperada irrupción del Partido Liberal Demócrata, que podría tener la llave para la formación del Gobierno.

La London School of Economics (LSE) realizó una proyección sobre la composición de la Cámara de los Comunes si los últimos sondeos aciertan, con los conservadores logrando 275 escaños, los laboristas 264, los liberal demócratas 79 y otros partidos 31.

Incluyendo en esta ecuación el llamado "voto táctico" (generalmente el voto para evitar una victoria conservadora), la LSE proyectó una mayoría del laborismo, pese a ser la segunda fuerza más votada, con 286 diputados, con los conservadores en segunda posición, con 251, y los liberal demócratas, con 81.

Que el voto laborista sea más "eficaz" que el de los otros partidos tiene que ver con que en sus feudos tradicionales se imponen a los otros partidos con una diferencia menor que la de "tories" y liberal demócratas en sus territorios más fieles.

Es decir, cuando ganan, el partido de Cameron y el partido de Clegg lo hacen con más claridad pero en menos sitios, lo que hincha su porcentaje de votos sin que se refleje en el número de diputados.

"Los conservadores necesitan una diferencia de entre 8 y 10 puntos para ganar con comodidad unas elecciones, mientras que los laboristas sólo necesitan una ventaja de entre 3 y 5 puntos", explicó recientemente el profesor de la LSE Patrick Dunleavy.

Así ocurrió en los comicios de 2005, ganados por Tony Blair, en los que los laboristas obtuvieron un 36% de los votos, que les dieron 355 escaños, los conservadores un 33%, con los que lograron 198 escaños, y los liberal demócratas un 23%, con 62 escaños.

Se considera que la batalla se decidirá en 150 circunscripciones, en las que los conservadores tiene la opción de desbancar a los actuales representantes laboristas y liberal demócratas.

Los "tories" tienen una tarea muy difícil por delante, porque tienen que ganar 128 circunscripciones electorales en las que perdieron en 2005 y conservar las 198 en las que se impusieron hace cinco años para alcanzar la cifra decisiva de los 326 diputados.

De conseguirlo, supondría el mayor vuelco electoral en el Reino Unido desde la II Guerra Mundial y David Cameron se convertiría, a sus 43 años, en el primer ministro más joven desde el siglo XIX.

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