Este artículo se publicó hace 17 años.
"Rivales", Colomo teje una comedia con cinco historias de nervio muy distinto
Fernando Colomo, especialista en comedias de todo talante, utiliza ahora, en "Rivales", el fútbol como excusa para un filme donde hilvana cinco historias y once personajes con un nervio y un tono muy distinto en una road movie donde toca, con ironía, el tema candente de la rivalidad entre Cataluña y Madrid.
El próximo día 29, con un extenso reparto coral y un presupuesto de cuatro millones de euros, Colomo, quien debutó en 1977 con "Tigres de papel", un filme hecho prácticamente en interiores, se lanzará a las carreteras para cumplir un viejo deseo, filmar una road movie, una película itinerante donde todos son exteriores.
Por las carreteras viajan los once protagonistas de los dos equipos de fútbol juvenil, el Castilla y el Catalonia, camino de Sevilla, a disputar la gran final.
"Su título tiene mucho que ver con la rivalidad entre Madrid y Cataluña, hoy en candelero", con referencias a "episodios nacionales recientes", como el tema del cava; pero también tienen cabida "pequeñas rivalidades", apunta Colomo durante la presentación a los medios del filme.
El cineasta ha dejado el trabajo de guión para Joaquín Oristrell e Inés Paris, manteniéndose "a distancia", para buscar la perspectiva "desde fuera", aunque reconoce que no dejó de "participar en el cotarro".
La novedad de "Rivales" es la estructura narrativa, según la cual, se van contando cinco historias sucesivamente, hasta llegar a un final "con sorpresa". Junto al hecho de que, cada una de esas tramas, tenga un tono, un nervio distinto, que finalmente deben encajar, sin que desentonen.
Así, Rosa María Sardá, catalana, pierde a su nieto en el aeropuerto. Es una mujer que no está de acuerdo con nada de lo que le ocurre; pero no se lo va a arreglar nadie. "Así que recurre a la ironía y a decir la verdad a todo el que se ponga por delante", cuenta la actriz.
Para Sardá, su historia en el filme narra "el conflicto con el mundo en la vida cotidiana, que es donde se ve que no contamos nada. Somos un hormiguero que molesta a los que tienen que hacer cosas importantes, aunque no sabemos cuáles son".
De ahí que su tono esté cargado de "ironía y verdades como puños", comenta Colomo, mientras Goya Toledo y Jorge Sanz, forman un matrimonio de Madrid "liberal", que viaja junto al formado por María Pujalte y Gonzalo de Castro, "más tradicional". Aportando entre los cuatro el punto de "comedia de enredo" más típico.
Goya encarna, cuenta, "a una mujer difícil de encontrar en la calle, que vive la vida como si fuera una caja de sorpresas". Mientras María Pujalte encaja en el "ama de casa tradicional y un poco apretada", pero sin caer en el arquetipo, advierte.
Jorge Sanz y Gonzalo de Castro coinciden al destacar que en su viaje entre pareja liberal-pareja tradicional se les acaban "mezclando las ideas" y, al final "acaban transformados".
El tema del cava catalán y su boicot está presente en dos personajes: Ernesto Alterio y Santi Millán, éste último ejerce de heredero de viñedos, "rollo Falcon Crest catalán", dice el actor, traumatizado tras la muerte de su esposa, inseguro ante su nueva novia y con graves problemas con su hijo adolescente del que nunca se ocupó, comenta.
Mientras, Ernesto Alterio distribuye cava en Madrid. Vive en otro mundo. Es, dice, "un rey en su selva. Se fabrica una imagen que da al mundo, pero éste le devuelve otra muy diferente". Un ser que asfixia a su hijo, y cuya vida empieza a resquebrajarse.
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