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Sueño de bebés y problemas alimentarios suelen ir de la mano

Reuters

Las padres a los que lescuesta dormir a sus bebés y niños pequeños también tendríanproblemas a la hora de alimentarlos.

El llamado insomnio de la conducta, por el que un niño seresiste habitualmente a dormir o no puede permanecer dormido,afecta al 30 por ciento de los pequeños de entre 6 meses y 3años.

Un porcentaje similar tiene problemas para comer que vandesde ser muy "exquisito" a un trastorno alimentario, y queimpiden que los padres puedan organizar los horarios de lascomidas o que influyen en el peso del niño.

El estudio publicado en Pediatrics es el primero endemostrar que ambos problemas van de la mano. En un grupo depadres de 681 niños sanos de entre 6 meses y 3 años, un equipode Israel halló que aquellos que tenían un hijo con insomnio dela conducta eran más propensos que el resto a decir que el niñotambién tenía problemas con la comida.

Y los padres de niños con un trastorno alimentariodiagnosticado eran más propensos a decir que tenían problemaspara dormir a su hijo.

Al preguntar si la hora de la comida era un "problema", uncuarto de los padres de niños con insomnio de la conductarespondió que sí, a diferencia del 9 por ciento de los otrosprogenitores.

El 37 por ciento de los padres de niños con problemas paracomer dijo que el sueño era otro inconveniente, a diferenciadel 16 por ciento del resto de los padres.

Los hábitos alimentarios y del sueño de los niños pequeñosson las dos principales preocupaciones por las que los padresconsultan a los pediatras, escribe el equipo de la doctora RivaTauman, del Centro Médico de Tel Aviv.

Estos resultados, para los autores, sugieren que losmédicos deberían tomar consciencia de que ambos problemassuelen ir juntos y ayudar a los padres a hallar cómomanejarlos.

Lo habitual es que los padres cambien la rutina nocturna delos niños: fijar un horario para dormirlos y ciertos rituales,como leerles un cuento, que hace que los niños sepan que llegala hora de ir a la cama.

En cuanto a los problemas alimentarios, los expertosrecomiendan tratar de que los niños se interesen en las comidasdesde temprana edad a través de la introducción gradual de unavariedad de alimentos saludables y coloridos, y de generar unambiente placentero sin distracciones, como la televisión.

El estudio incluyó 58 niños con insomnio de la conducta; 76con un trastorno alimentario, y 547 sin esos problemas (grupocontrol).

Los padres de los niños con insomnio eran más propensos amencionar que sus hijos tenían también "problemas" a la hora dealimentarse (no comían lo suficiente o no crecíanadecuadamente).

Y los padres de los niños con desórdenes alimentariostendían a estar preocupados por el sueño de sus hijos (seacostaban casi 1 hora más tarde que otros y dormían menos horaspor noche).

Para el equipo, es posible que los padres de niños pequeñoscon trastornos alimentarios sean más sensibles a los problemasdel sueño y viceversa. Pero sugiere también que ciertasprácticas de la crianza, como la debilidad al imponer lasreglas, influya en ambos problemas.

Lo positivo, opinan los autores, es que cuando los padresconsulten por un problema los ayudará a resolver ambos.

FUENTE: Pediatrics, online 3 de marzo del 2011.

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