Este artículo se publicó hace 13 años.
Toxinas en alimentos para bebés alterarían las hormonas: estudio
Por Adam Marcus
Las fórmulas y los alimentossólidos para los bebés suelen contener hormonas derivadas delos hongos que causan infertilidad en los mamíferos.
Un equipo de la Universidad de Pisa informó que el 28 porciento de las muestras de fórmulas analizadas estabacontaminado con los llamados micoestrógenos.
Los autores probaron 185 muestras de fórmula y 44 muestrasde alimentos derivados de la carne de 21 marcas comerciales deItalia. Las sustancias detectadas fueron zearalenona y susderivados, que provienen del Fusarium, una familia de hongoscomunes en las granjas.
Aunque esas sustancias químicas, similares al estrógenohumano, están asociadas con la infertilidad en mamíferos, sedesconoce si los bebés expuestos a esos compuestos a través dela comida o la fórmula podrían desarrollar trastornosreproductivos en el futuro.
El equipo aclara que sus resultados deben confirmarse conmás estudios, pero que deberían instar a mejorar el control delas fórmulas y los alimentos para bebés. "Nuestro estudioprueba que los alimentos infantiles contienen micoestrógenos",dijo el autor principal, Francesco Massart.
Los micoestrógenos son algo natural en la agriculturacomercial. Se encuentran en cultivos como el maíz, el trigo yla soja para consumo humano y animal.
En los campos con ganado de Estados Unidos se usa una deesas sustancias, el alfa zeralanol, para estimular elcrecimiento de los animales, aunque la Unión Europea loprohibió a mediados de la década de 1980.
El equipo italiano analizó 185 muestras de 14 marcas defórmula infantil con leche de vaca y 44 muestras de alimentospara bebés de siete marcas, que incluían carne vacuna, pollo,pavo, ternero, caballo, conejo, jamón y cordero.
El 9 por ciento (17) de las muestras de fórmula conteníazearalenona y un cuarto de las muestras se encontraron dosderivados de la molécula, alfa y beta zearalenol. En menos del25 por ciento de las muestras de alimentos con carne sedetectaron sólo los derivados alfa y beta zearalenol.
Las concentraciones de micoestrógenos variaron ampliamente,pero, en general, estuvieron por debajo del nivel máximo deconsumo diario que recomienda la Organización Mundial de laSalud: 0,5 microgramos/kg. Las concentraciones promedio de betazeralenol en las fórmulas fueron cuatro veces superiores alnivel máximo recomendado.
Aun así, Massart aclaró: "Los niños, en especial losprematuros, están potencialmente expuestos a dosis más altas demicotoxinas durante los primeros tiempos, pero nadie sabecuáles son los efectos en el largo plazo".
Ensayos con animales y los pocos estudios sobre sereshumanos que existen sugieren que la exposición temprana a lasmicotoxinas afectaría la salud.
"Deberían hacerse estudios para determinar los nivelesseguros de metabolitos de la zearalenona en las materias primasy los compuestos utilizados para la producción de alimentos, enespecial para los bebés y los niños, los más sensibles a lassustancias químicas ambientales", sostuvo Massart.
Gilbert Ross, director médico de American Council onScience and Health, una ONG de Nueva York, no estuvo deacuerdo. "Detectar algo en los alimentos no significa que seadañino", señaló.
"Los métodos de detección identificaron niveles (decontaminantes) muy bajos como para lesionar la salud humana,incluida la de los bebés. Como destacan los autores, lasconcentraciones de esas sustancias en los productos 'son pocorelevantes' porque el organismo las destruye y las eliminarápidamente", agregó.
FUENTE: The Journal of Pediatrics, online 11 de marzo del2011.
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