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La UE acorrala a Grecia con nuevas exigencias a pesar del sí a los recortes

Bruselas y Berlín advierten a Atenas de que el voto a favor del gran ajuste sólo es una de las condiciones para recibir la ayuda internacional. El Gobierno griego convoca elecciones para el próximo abril

 

D. BASTEIRO / Y. MANTAS

El Parlamento griego votó el pasado domingo, al filo de la medianoche, a favor del ajuste mientras la cólera se apoderaba de muchas de las calles de Atenas, haciendo arder algunas de ellas. Unas horas después, las capitales políticas de la eurozona amanecían sin sobresaltos. La presión sobre Grecia no había desaparecido. Tampoco el tono se había suavizado. La luz verde a la puesta en marcha del segundo plan de recortes diseñado por la eurozona 'es un paso adelante crucial hacia la aprobación del segundo programa [de rescate]', aseguró en una breve comparecencia Olli Rehn, el comisario europeo de Economía.

Sin embargo, Rehn advirtió de que el voto de los diputados griegos no es suficiente, sino que tienen que completarse 'el resto de condiciones, incluyendo la identificación de medidas concretas por valor de 325 millones de euros'.

Europa amenaza con un recorte de soberanía al Ejecutivo heleno

Desde Alemania, dos ministros del Gobierno de Angela Merkel y, finalmente, la propia canciller recordaron que el voto a favor de la austeridad era una 'condición necesaria', en palabras de Philipp Rosler, titular de Economía. Pero no suficiente. Siguiendo el ultimátum trazado en la última reunión de ministros de Economía, celebrada el pasado jueves, restan todavía otras dos.

Por una parte, ese recorte de 325 millones que se integra en el ya cerrado por más de 3.000 millones, y que corresponde a la enésima reducción de las pensiones públicas que ni el líder de los socialistas, Yorgos Papandreu, ni el de los conservadores de Nueva Democracia, Antonis Samaras, quisieron asumir a tan sólo dos meses de unas elecciones generales.

Por último, ambos dirigentes deben firmar por escrito un compromiso con el segundo programa de rescate para asegurar el cumplimiento de los ajustes después de los comicios. La exigencia es, de facto, un programa electoral económico común que los griegos tendrán que aceptar sin alternativa y que está encaminado a ablandar las reticencias de Antonis Samaras. Se trata, en definitiva, de una amenaza de Bruselas y Berlín de recortar la soberanía política de un estado miembro de la UE como es Grecia.

Grecia debe concretar 325 millones de recortes en pensiones

'Lo importante ahora es cerrar el programa [de rescate]', zanjó ayer Merkel, asegurando que 'no habrá enmienda alguna' pese a la petición de Samaras. Momentos antes del voto en el Parlamento heleno, el líder conservador había pedido un voto a favor 'para alejar a Grecia del precipicio' antes de 'negociar mañana un cambio de las políticas actuales', en referencia al día después a los comicios.

Una reunión de altos cargos de los 17 países de la eurozona debatirá hoy en Bruselas sobre la suficiencia de los esfuerzos griegos. Sacarlos adelante casi le ha costado el puesto al primer ministro, Lukas Papadimos, un tecnócrata que llegó al cargo como un enviado de la propia moneda única desde el Banco Central Europeo (BCE).

La reunión pretende ser decisiva de cara al nuevo cónclave de ministros que debería desbloquear mañana miércoles el rescate griego. Sin embargo, fuentes comunitarias apuntaban ayer a nuevas condiciones impuestas desde Berlín para asegurarse de que los 130.000 millones de euros que se prestarán a Grecia no acaban en el 'pozo sin fondo' descrito el domingo por Wolf-gang Schäuble, el ministro de Finanzas germano.

Samaras quiere negociar el ajuste y Merkel se niega en redondo

Entre las peticiones de último minuto estarían pruebas adicionales de que Grecia va a cumplir con el ajuste, como la tramitación de leyes y decretos que reduzcan los costes laborales en un 15%. Fuentes comunitarias no ocultan su pesimismo al respecto. El lunes que viene hay prevista otra reunión del Eurogrupo (la de la semana pasada y la de mañana tienen carácter extraordinario) y la eurozona rara vez decide cuando hay más citas próximas en el calendario, especialmente si Alemania decide tensar un poco más la cuerda.

Los 17 países del euro podrían dar luz verde al programa en dos fases, autorizando mañana la reducción de la deuda helena en manos de inversores privados y aprobando el próximo lunes el multimillonario paquete de ayudas que salvaría a Grecia de la bancarrota. Todo ello, si el país sigue exprimiendo en los próximos días sus ya atrofiadas finanzas públicas.

En Atenas, tras un domingo con graves y violentos disturbios, la capital seguía ayer lamiéndose sus heridas. Los enfrentamientos de anteayer rajaron el rostro de la ciudad y decenas de negocios hacen el recuento de los daños por millones de euros. No obstante, el Gobierno consiguió su meta y ayer se conoció que dará su labor por terminada a finales de marzo, y convocará elecciones en abril, sin especificar una fecha concreta.

Tras la votación del domingo, que se ha saldado con la expulsión de más de 40 diputados del socialista PASOK y Nueva Democracia por votar en contra o abstenerse, Grecia va a negociar ahora con la troika (FMI, BCE y Comisión Europea) más detalles del nuevo plan de rescate y la quita que tendrán los acreedores.

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