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Descubren un nuevo gen de la calvicie

Investigadores japoneses identifican en ratones un nuevo gen implicado en la caída del cabello

ANTONIO GONZÁLEZ

“Nada envejece tanto, nada afea y quita la buena apariencia de las personas como la calvicie, mientras que una cabellera abundante, sedosa y lustrada es admirada por todo el mundo y considerada como prueba evidente de belleza y fuerza física”. La frase, que formaba parte del anuncio de un crecepelo de principios del siglo XX, refleja la eterna preocupación por la pérdida de cabello. Aunque sigue sin haber remedios definitivos contra un proceso que tiene, en la mayor parte de las casos, raíces genéticas y hormonales, aquellos que ven clarear día a día su cabellera, e incluso los que ostentan ya una brillante calva, esperan un remedio mágico que, quizá, resida en el estudio de los genes.

Hoy se publica la identificación, por parte de un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Genética de Japón, de un nuevo gen vinculado a la caída y crecimiento del cabello. Por el momento, según relatan los investigadores en la revista PNAS, la influencia sobre la alopecia del gen en cuestión, llamado Sox21, se ha verificado sólo en ratones, aunque los científicos han encontrado que el Sox21 está presente también en el cabello de las personas, por lo que todo parece indicar que juega un papel parecido en los humanos afectados por la pérdida de cabello.

Este gen se suma a otros dos descubiertos con anterioridad en seres humanos, localizados en los cromosomas X y 20, que también elevan el riesgo de alopecia. Sin embargo, el Sox21 parece funcionar también “como un regulador principal de la formación de la cutícula del pelo”, la capa exterior que protege al cabello de las agresiones externas, según señalan los investigadores, que afirman que su hallazgo permitirá “arrojar luz sobre las posibles causas de los desórdenes del cabello”.

La principal autora del trabajo, Yumiko Saga, explicó a Público que pese a que los efectos de este gen sólo se han verificado en ratones, “se trata de un claro candidato a incidir en la alopecia humana”. “Hemos confirmado que la versión humana del Sox21 está también expresada en las células de la cutícula y en las células madre del eje del cabello, por lo que pensamos que este gen es también responsable de los problemas de pérdida de pelo en seres humanos”. Sin embargo, la investigadora advierte de que ahora “hace falta hacer estudios en mucha gente con estos problemas para ver si también tienen una falta de expresión en este gen”.

Para llevar a cabo su investigación, los científicos japoneses utilizaron ratones transgénicos diseñados para mostrar alopecia de forma cíclica. Los científicos comprobaron que al anular la expresión del gen Sox21 se apagaban también los genes responsables responsables de la codificar la queratina, una proteína clave por su papel en la constitución del cabello.

Asimismo, los ratones privados de los efectos de este gen reflejaban una pérdida de las estructuras interconectadas necesarias para fijar el tallo del cabello en el folículo piloso, donde se concentran las células madre que dan lugar a la generación del cabello. Esta última evidencia puede tener especial interés para los pacientes del llamado síndrome del cabello en anagen, una forma de alopecia que se basa en un anclaje defectuoso del cabello al cuero cabelludo.

Sin embargo, tal como señala Aurora Guerra, jefa de la Sección de Dermatología del Hospital 12 de Octubre de Madrid y presidenta de la Sección Centro de la Academia Española de Dermatología (AEDV), este tipo de alopecia no acaba causando calvicie porque, según van pasando los años, el problema se va superando por sí solo. “Además de influir en este síndrome, si este gen influye en la queratina es cuestión se seguir investigando para encontrar más evidencias”, añade esta especialista. Para Guerra, el hallazgo de este gen es un “avance inicial” que tendrá que confirmarse con otras investigaciones en seres humanos.

Lo que parece claro es que las investigaciones necesarias para desarrollar fármacos basados en este hallazgo no vendrán de la mano del equipo de Yumiko Saga. La investigadora nipona admite que su equipo sólo trabaja en “investigación muy básica” y no está interesado, al menos en principio, en desarrollar fármacos, si bien considera que “puede que muchas compañías farmacéuticas estén interesadas” en este descubrimiento hasta el punto de plantearse iniciar ensayos clínicos con seres humanos.

Pero los genes de la alopecia no sólo servirán para el desarrollo de tratamientos farmacológicos contra los distintos tipos de alopecia, sino también para determinar de forma precoz, mediante test genéticos, quién puede sufrir alguno de estos trastornos del cabello que tantos quebraderos de cabeza suponen para millones de personas en todo el mundo.

La propia Guerra presentará esta semana en Madrid un test genético para la alopecia androgénica o calvicie común basado en otro de los genes conocidos que influyen en el proceso, el gen AR o del receptor de andrógenos, que fue caracterizado en 2005 por un grupo de investigadores alemanes en varones que sufrían de caída prematura de cabello. Se trata de un gen localizado en el cromosona X, que es el que los varones heredan de su madre. Por ello, es frecuente que los hombres hereden su problema de alopecia no de su padre, sino de su abuelo materno.

Posteriormente, en octubre de 2008, se describió otro gen, esta vez situado en el cromosoma 20, que puede ser heredado del padre y de la madre. Los autores del trabajo calcularon entonces que la presencia conjunta de ambas variaciones genéticas suponía multiplicar por siete el riesgo de padecer problemas de caída de pelo.

'La calvicie ha muerto'

La alopecia ha sido siempre motivo de preocupación, sobre todo en los varones, y la prensa ha obtenido desde sus orígenes beneficios publicitarios de la inclusión de anuncios de infinidad de ‘crecepelos’ de efectos milagrosos contra la caída del cabello, como el de una pomada “prodigiosa” que proclamaba en 1903: “La calvicie ha muerto”.

Bacilos

Una de las falsas creencias utilizadas para vender todo tipo de “específicos” contra la alopecia era que la caída del cabello estaba originada por un bacilo que atacaba al cabello y que, además, causaba una patología contagiosa.

Música y cabello

El problema de la calvicie ha suscitado también a menudo el interés de los diarios desde los inicios del periodismo, dando lugar a multitud de artículos de diversa fortuna. En uno de ellos, publicado en 1895 en ‘La Vanguardia’, un tal ‘Juan Buscón’ establecía, en un profuso artículo científico, la relación existente entre determinados instrumentos musicales y la alopecia. Así, a partir de los hallazgos de un médico inglés del que no se aportaban más datos, el articulista defendía que “hay dos órdenes de instrumentos: uno favorable al sistema capilar, otro radicalmente contrario”. Del primero formaban parte el piano (“Que el teclado del piano es altamente propicio para el desarrollo de la cabellera, parece cuestión incontrovertible”) y el violín, “que tiene virtudes excepcionales contra la calvicie, de ahí que el número de violinistas calvos sea en extremo escaso”. En el otro extremo, los instrumentos de viento eran “fatales para la cabeza”.

Curiosas coincidencias

Al igual que ocurría en el siglo XiX, también en Internet hay numerosas páginas web que también anuncian dudosos ‘crecepelos’ en champú, lociones, pomadas o píldoras. Este mismo año la asociación de consumidores Facua denunció a uno de estos productos, ‘Hair Grow’, por publicidad engañosa. Curiosamente, allá por 1910 se anunciaba en la prensa la “verdadera” pomada ‘Hair Grower’, lo que indica que quizá las cosas no han cambiado tanto en 100 años.

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