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Durban trata de salvar hoy un acuerdo de mínimos

Los negociadores ultiman in extremis un pacto paupérrimo, marcado por el bloqueo de EEUU. El último texto, rechazado por la UE y los países menos desarrollados, preveía que el nuevo a

MANUEL ANSEDE

'Siempre parece imposible, hasta que se hace', proclamó la responsable de la ONU para el Clima, Christiana Figueres, en el arranque de la cumbre de Durban (Suráfrica), citando a Nelson Mandela. Pero, como en otros cónclaves climáticos, en la ciudad surafricana a la frase habría que darle la vuelta: 'Siempre parece que se hace, hasta que es imposible'. Los negociadores de 195 países ultiman hoy un acuerdo paupérrimo para intentar salvar la cara, después de dos semanas de discusiones marcadas por el bloqueo de EEUU en todos los frentes y después de que la cumbre se haya prorrogado ante la falta de consensos.

Los últimos borradores de acuerdo suponen 'perder una década' en la lucha contra el cambio climático, como reconocía en los pasillos una negociadora de la UE. El texto sólo supone un compromiso de sentarse a negociar el año que viene un acuerdo que esté listo en 2015 para tener 'un nuevo marco legal aplicable para todos' alrededor de 2020. A partir de esa fecha lejana, por primera vez, los responsables de la mitad de las emisiones mundiales de CO2, EEUU y China, tendrían obligaciones para recortar sus gases de efecto invernadero.

La UE, los minúsculos estados insulares más vulnerables a la subida del nivel del mar, el grupo africano y los países menos desarrollados, unos 120 en total, rechazaron en bloque el primer borrador, que hablaba de tener un acuerdo climático global 'después de 2020', al gusto de EEUU. La secretaria de Estado de Cambio Climático española, Teresa Ribera, consideró 'inadmisible' la referencia a un 'marco legal', sin especificar si será vinculante o no. El primer borrador, elaborado por la presidencia surafricana, cruzaba dos líneas rojas de la UE, la fecha de entrada en vigor y la forma legal del acuerdo.

Los borradores suponen 'perder una década', dice una fuente de la UE

Por el contrario, de manera 'descompensada' e injusta para la UE, según Ribera, la cumbre de Durban sí dejaría una prórroga del Protocolo de Kioto, el único tratado internacional que actualmente regula las emisiones de CO2. Expira en 2012. Su segunda parte sólo cubriría a la UE, Nueva Zelanda, Noruega, Suiza y Australia, que representan un 15% de las emisiones mundiales. El resto del mundo se regirá por la ley de la selva hasta 2020. Canadá, Japón y Rusia han anunciado su salida del Protocolo de Kioto.

Además, el último borrador no incluía números. 'El Protocolo de Kioto se transformará en un zombi sin una cifra global de reducción de emisiones de los países industrializados', lamentaba Pablo Solón, el exnegociador boliviano, que dinamitó con su veto las anteriores cumbres, en Copenhague y Cancún. Para Tom Kucharz, portavoz de Ecologistas en Acción en Durban, el Protocolo de Kioto será 'papel mojado' y 'seguirá deambulando hasta 2020 sólo para permitir que los mercados de carbono no desaparezcan'. Fuentes de la delegación europea insistían en que 'es sólo un borrador'. Todo tiene que ser aprobado por unanimidad en un plenario con los 195 países.

Los documentos no concretan si los acuerdos serían vinculantes

Los borradores tampoco solucionaban el problema del llamado 'aire caliente'. Cuando se cocinó Kioto, países como Rusia, Ucrania y Polonia tenían unas emisiones mucho mayores que ahora, pero su vieja y contaminante industria colapsó en la década de 1990. Eso les ha permitido vender derechos de emisión a otros países, como España, y ganar millones de euros. El resultado es que Kioto ampara falsas reducciones de emisiones de CO2 y, de momento, seguirá haciéndolo.

En la Cumbre de Durban no se ha afrontado el gran agujero de la negociación climática. Los gobiernos se comprometieron en Cancún el año pasado a evitar una subida de la temperatura del planeta de más de dos grados en 2100. Sin embargo, los compromisos que han adquirido condenan al mundo a un aumento de 3,5 grados de media, según los últimos estudios científicos, lo que en España se podría traducir como cinco grados más. Además, son compromisos voluntarios, exceptuando los de la UE y los otros cuatro países en Kioto.

Los borradores suponen 'perder una década', dice una fuente de la UE

Las fuentes consultadas tampoco sabían si finalmente el acuerdo incluiría el control sobre las emisiones del transporte marítimo y la aviación. 'Todo son vaguedades, ahora mismo no hay nada', resumía una negociadora. La captura y almacenamiento de CO2 bajo tierra, una tecnología todavía en desarrollo, sí parece recibir el aval de la cumbre. Los ecologistas se oponen a esta medida porque supone la continuación del modelo de quemar carbón. La cumbre ha dejado de lado el debate sobre si incluir las centrales nucleares como mecanismo de desarrollo limpio, lo que supondría abrir la posibilidad de obtener créditos de carbono con reactores en países en desarrollo.

El gran éxito de Durban podría ser la creación del Fondo Climático Verde, prometido en Copenhague. Los países ricos se comprometieron a entregar 100.000 millones de dólares anuales en 2020 para la adaptación de los países pobres a los efectos del cambio climático. De la cumbre surafricana podría salir la arquitectura de la hucha.

El director ejecutivo de Greenpeace Internacional, Kumi Naidoo, fue expulsado de la cumbre por protestar en la puerta del plenario junto a decenas de activistas. En 2009, en Copenhague, el entonces responsable de Greenpeace, Juan López de Uralde, acabó entre rejas por colarse en el palacio de la reina danesa con la pancarta: 'Los políticos hablan, los líderes actúan'.

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