Este artículo se publicó hace 14 años.
Soy una estrella de YouTube
Los aficionados luchan por vivir del vídeo on-line en la web más popular, invadida por las grandes productoras y canales de TV
Un éxito espontáneo como el de Mr. Trololo (un antiguo y hasta ahora olvidado cantante ruso), el último bombazo de las discográficas (como Telephone de Lady Gaga) o una receta de la tortilla de patatas de El cocinero fiel. Cualquier vídeo que merezca la pena ver está en YouTube, la popular página de Google, que acaba de cumplir cinco años consolidada como la herramienta audiovisual de la industria y el vivero mundial de virales, esos vídeos que se propagan como virus.
Las cifras de YouTube apabullan. La compañía de medición de datos Comscore asegura que, sólo en EEUU, 173,3 millones de internautas visitaron en enero la página web, y cada uno de ellos vio, de media, 94 vídeos. En España, la cifra es de 14 millones de personas.
Por toda esta atención compiten cientos de pequeños creadores con grandes productoras, discográficas y canales de televisión, y contra ellos libran una lucha desigual en la que, a veces, los amateurs ganan y consiguen el gran premio: dedicarse por completo a su afición.
"Vi una oportunidad de ganarme la vida generando mi marca", explica Txaber Allué, quizá el youtuber más conocido del país gracias a los sencillos y resultones vídeos de recetas que comparte bajo el alias El cocinero fiel. Su estrategia ha funcionado. El cocinero fiel acaba de lanzar un libro, es ponente habitual en eventos de cocina o de Internet y asesora a empresas sobre la estrategia que deben seguir en la Red. Si se busca la palabra "cocinero" en Google se encontrará con él antes que con Ferran Adriá.
Desde hace dos años, YouTube anima la producción de los usuarios amateur compartiendo con ellos un porcentaje de la publicidad ingresada por sus propios vídeos. Los que generen su propio contenido y respeten el copyright pueden solicitar ser partner, aunque la decisión última la toma Google, que compró YouTube en 2006. Los resultados ya son visibles. A pesar de que el buscador no proporciona cifras sobre los ingresos de sus 10.000 partners en 12 países y les prohíbe por contrato comentar detalles económicos, en España se pueden alcanzar unos 350 euros al mes. Poco en comparación con las ganancias de un videoblogger estrella de YouTube en EEUU (ganan miles de dólares al mes) pero una cantidad nada despreciable para un aficionado.
La mayor parte de los ingresos de los youtubers son indirectos
María Ferreras, responsable de Relaciones Estratégicas de YouTube, está convencida de que la videocreación española ha sufrido una evolución positiva en los últimos años: "La gente se ha planteado que puede hacer realidad sus sueños, y eso era complicado con los circuitos tradicionales", afirma. Sin embargo convertir YouTube en una gran fuente de ingresos es difícil. "Casi todos los usuarios lo toman como algo extra. Para vivir de ello tienes que tomártelo como un trabajo, hacer uno o dos vídeos al día y dedicarle atención constante. Que yo sepa aquí nadie está en ese nivel de producción", añade.
Bolos o encargosCuando llegan, los ingresos provienen en su mayor parte de fuentes indirectas: patrocinios, bolos, invitaciones, libros, encargos de agencias de publicidad o productoras de televisión... A veces promocionan de forma más o menos encubierta productos relacionados con su actividad o incluso los venden, en un juego de credibilidad sobre el que se ha debatido mucho en el mundo de los blogs pero que aún es reciente para los que dan la cara ante la cámara.
En España se pueden conseguir hasta 350 euros al mes
En cualquier caso el secreto del éxito, como bien dice El cocinero fiel, estriba en "crear marca". Los youtubers son conscientes del poder de la plataforma de vídeo para construir una carrera. Las aspirantes a presentadoras se fijan en la joven Gina Tost , que a partir de sus vídeos personales consiguió la fama en Internet, un programa en TV3, y presentar de forma profesional varios programas en la Red. Los creadores de ficción sueñan con Qué vida más triste, la pionera serie on-line que dio el salto a La Sexta, o con Malviviendo, la serie más popular y respetada de la Red en tan sólo diez episodios.
Las grandes compañías, especialmente las multinacionales con estrategias internacionales de medios sociales, cada vez están más pendientes de las incipientes estrellas de YouTube. Coca-Cola incluye los vídeos de El cocinero fiel en su web promocional comebiencadadia. Y no son los únicos atentos a la pequeñísima pantalla. "Disney me invitó a la premiere de una película de Hannah Montana. Me dijeron que le hiciera una sola pregunta, le pregunté qué vídeos veía en Internet y ella, muy profesional, aprovechó para hablar de su película", cuenta la videobloger Cristina Cristtyspain Grijalba. Mientras los medios se peleaban por entrevistar al ídolo, la veinteañera Cristty-spain colgaba el vídeo de su pregunta, que vieron 26.000 personas.
"La gente puede hacer realidad sus sueños", dice Google
También para las matemáticasLos contenidos de los video-bloggers no siempre son juveniles y personales, ni su intención es lúdica. "Empecé a subir vídeos para mis alumnos y comenzaron a tener éxito", cuenta el profesor Juan Medina, que produce pequeños vídeos sobre matemáticas en su visitadísimo canal. Defensor de un modelo de enseñanza clásico, cree que conseguir la máxima difusión de sus clases es parte de su deber y que, para ello, YouTube es una herramienta extraordinaria. Sus vídeos, cuenta con orgullo, han sido difundidos en Cuba (a través de DVD, debido a la censura gubernamental a Internet) o en Chile, donde otro profesor los usa en sus clases dada la escasez de material tras el último terremoto en el país.
Medina y El cocinero fiel no son los único que enseñan en la red. En YouTube se puede aprender casi de todo. El músico heavy veinteañero Achokarlos enseña guitarra a 17.000 suscriptores, más de los que posee RTVE. La joven Aishawari es seguida por 15.000 personas atentas a sus trucos de maquillaje, un tema que también tratan las populares Esbatt, Isasaweis o MissPump-kin. El mago MagicUrzay rompe las normas de la profesión desvelando trucos de magia desde Barcelona. Hay hasta clases de culturismo.
La compañía prohíbe por contrato comentar detalles económicos
¿Por qué triunfan los tutoriales amateurs? Medina cree que el éxito se debe a que "en clase no puedes parar y volver a reproducir al profesor. Tienes el control del ritmo". El cocinero fiel cree, más bien, en un aprendizaje realizado entre toda su comunidad, incluido él mismo. "Mi objetivo no es enseñar a la gente, incluso si me equivoco dejo la receta mal hecha subida", dice. Entre todos, en los comentarios, descubren por qué se pegó el guiso, y eso ya no se olvida.
Rebelión de aficionadosEn el fondo de la creación de vídeo amateur se encuentra la rebelión de los aficionados que quita el sueño hasta a las profesiones más insospechadas, que observan con espanto cómo cualquiera se hace famoso poniendo sus trucos a la vista de, literalmente, todo el mundo. "Hay muchos peluqueros que me siguen en YouTube y me animan a que siga y les quería dar las gracias Pero también hay un grupo que [piensa] todo lo contrario, que opina que esto les va a quitar trabajo, que no debería hacerse. Yo opino que si tu trabajo lo has hecho bien, y el cliente se ha quedado contento vuelve y si no, no vuelve", explica, tenacilla en mano en uno de sus vídeos, la fisioterapeuta Noemí Montiel, que en su canal Contolstyle enseña a cortarse el flequillo en casa o a maquillarse como Megan Fox.
El cocinero fiel sale antes en las búsquedas de Google que Adriá
YouTube no siempre ha oscilado entre Lady Gaga, los cortos de aspirantes a cineasta y los vídeos de maquillaje. Al principio de sus intensos cinco años, cuando no pertenecía a Google, la filosofía amateur (junto con las dudas sobre su viabilidad) impregnaban su espíritu. De hecho, todo empezó porque unos amigos querían compartir los vídeos de una fiesta.
"La gente olvida cómo era al principio. Antes estaba centrado en los amateurs y los reyes de YouTube eran usuarios normales, no las grandes plataformas. Hoy, la mayor parte de los vídeos son de las televisiones", explica nostálgico Antonio Pablo Molina, que bajo el alias budy alien realizó un documental sobre los youtubers españoles. Gonzalo Martín, consultor de medios audiovisuales, comparte la idea. "YouTube ya no es un repositorio de vídeos de particulares, ahora eso es lo excepcional. Lo que se ve es el contenido profesional".
A pesar de las dificultades, ¿cuál es el secreto para abrirse camino? Martín se ríe ("si lo supiera", dice) pero apunta varias pistas. "Lo importante es encontrar una audiencia. El que la tiene al final acaba sacando dinero de ello. Cuanto más grandes y verticales sean, como la cocina o el maquillaje, mejor". Sobre la forma de ganar dinero, recomienda olvidarse de la publicidad ("está agotada") y concentrar esfuerzos en las relaciones creadas a partir del canal, los patrocinios o la creación de contenidos corporativos.
Martín cree que el cambio de hábitos que acarreará la televisión del futuro (a la carta y conectada a Internet) beneficiará a quienes se ganen al sinfín de pequeñas audiencias que se crearán. "Será como un quiosco en el que, además de las grandes cabeceras, te interesarán otras más pequeñas y específicas. Por ejemplo leerás un diario nacional y una revista de costura o de perros", explica. "La clave es la personalización. Veremos grandes contenidos como Lost, pero quedará espacio para las pequeñas audiencias", asegura.
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