Los festivales de cine en España: precariedad, dependencia pública y escasa presencia de mujeres
Este viernes arranca la edición 73 del Festival de San Sebastián, uno de los más destacados de entre los 500 certámenes audiovisuales que se celebran en España. Más de la mitad se lleva a cabo con un presupuesto menor a 50.000 euros y gracias al trabajo de personal casi por completo voluntario.

Madrid--Actualizado a
Arranca la 73 edición del Festival de San Sebastián, el único certamen de categoría A en España. Con él se inicia también la nueva temporada de festivales de cine en nuestro país y se abre la puerta a nuevos debates.
Hoy en España hay casi 500 festivales y certámenes audiovisuales. En un reciente estudio, Radiografía de los Festivales de Cine en España, realizado por la Fundación Pantalla con el apoyo del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), se ha analizado la realidad de estos certámenes sobre los datos aportados por 133 de ellos que se celebraron entre 2022 y 2024.
Precariedad
Hay ahora una mayor asistencia (el incremento es del 24%) y más recaudación (el 31%) en los certámenes, pero la precariedad es el elemento dominante en una inmensa mayoría de ellos. Más de la mitad se lleva a cabo con un presupuesto menor a 50.000 euros y gracias al trabajo de personal casi por completo voluntario. Ello podría identificar un mal más allá del cine, el de la escasa importancia que se da a la cultura en España y a sus trabajadores.
Si todos los festivales que hay son o no necesarios podría ser un tema a discutir, si no fuera porque un acto cultural que sirve de encuentro, de intercambio, de descubrimiento de nuevos talentos y en muchas ocasiones de visibilización de cineastas y obras con menor respaldo de la industria es un argumento de mucho peso.
Presencia de mujeres
Más interesante sería que se calentara el debate acerca de la presencia de mujeres profesionales en la dirección de los certámenes. Si es verdad que en los festivales grandes -San Sebastián, Valladolid, Málaga, Sitges- existe paridad en los cargos por debajo de la dirección, pero todos están comandados por hombres.
Apenas el 28,6% de los festivales están liderados por mujeres (ninguno de los grandes y muchos de escaso presupuesto), frente al 53,4% dirigidos por hombres. Existe un 18% de codirección mixta, que es un porcentaje muy pequeño, pero que abre una puerta a los cambios. Los datos explican la situación: todavía no se tiene confianza plena en las mujeres para organizar equipos y gestionar presupuestos, y las mujeres profesionales no han tenido acceso a la experiencia necesaria para llegar a la dirección.
Se ha demostrado fundamental la presencia de mujeres en los comités de selección y programación para mantener la atención sobre las obras realizadas por mujeres, antes ampliamente despreciadas, e incluirlas en las distintas secciones de los certámenes. Entre 2022 y 2024 solo el 13,5% de los festivales ha realizado cambios en este sentido. De ellos, un 31,2% ha mantenido la correlación entre hombres y mujeres, un 37,5% la ha reducido y un 31,3% la ha aumentado. Es decir, mientras unos han reforzado la igualdad, otros han dado pasos hacia atrás, lo que evidencia que no existe una voluntad clara de paridad.
Presupuesto
El estudio de Fundación Pantalla, que se presentó este verano en un acto celebrado en Zaragoza, pone en evidencia otras realidades. Hay un 36,09% de festivales que se celebran con un presupuesto de menos de 25.000 euros. Entre esta cantidad y los 50.000 euros hay un 15,78%. Y solo el 9,77% de los certámenes supera los 200.000 euros.
El 55,29% de los ingresos de los festivales procede de fuentes públicas. Ello revela la apuesta institucional en las distintas Comunidades Autónomas por la cultura, pero también muestra la dependencia pública de los certámenes. Cambios políticos o variaciones presupuestarias pueden poner punto final en cualquier momento a un festival. Así, el sector es consciente de la necesidad de diversificar ingresos para consolidarse y mantener su independencia.
Impacto económico
Otros datos aportados por el estudio se refieren al avance en las medidas de reducción de impacto ecológico aplicadas por los festivales, y al compromiso con la accesibilidad física y la accesibilidad sensorial, así como a su trabajo por la inclusión intergeneracional.
El arranque de la temporada de festivales de cine en España es un buen momento para defender la presencia de estos como elemento de cohesión cultural y como vehículo para acercar el cine a territorios desatendidos por los circuitos comerciales.
Ello, además, del impacto en la economía nacional. En el Informe de Impacto Económico de la pasada edición del festival donostiarra se desvela que el certamen generó 47,97 millones de euros. La organización del festival añade un estimado de impacto en el PIB de 27,1 millones de euros y un retorno para las administraciones de 8,4 solo en impuestos.


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