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Facu Díaz: "Prefiero enterarme un poco menos de lo que ocurre en política y ser más feliz"

El cómico Facu Díaz.
El cómico Facu Díaz. - JAIRO VARGAS

Facu Díaz (Montevideo, 1993) se va de gira por Europa a "hacer los monólogo", que diría en sus programas. El cómico, aficionado a la música, se ha propuesto emular las giras de las bandas de rock, casi una fecha al día y dos semanas de hotel en hotel por el continente. Tanto si sale bien como si sale mal, ya ha cumplido su objetivo.

Facu Díaz disfruta de su magacín particular en Twitch, pero su verdadera pasión está en los teatros. A principios de este año volvió a las andadas con Miguel Maldonado con Quieto todo el mundo, primero en un estudio, y poco tiempo tardaron en buscar el calor del público en el Teatro Pavón. Ahora, el cómico parte en una nueva aventura en solitario, esta vez recorriendo Europa con su show. Desde este lunes y hasta el 1 de noviembre, Facu Díaz lleva su espectáculo de comedia desde Edimburgo hasta París, pasando por Londres, Ámsterdam o Dublín, si ninguna pandemia o plaga de chinches puede evitarlo.

¿Qué le ha llevado a hacer una gira por Europa?

Hace seis años actué en Berlín, por una serie de carambolas y de casualidades, me gustó tanto, me dio tan buen rollo y, sobre todo, vi a la gente tan entregada que pensé: me parece que hay una demanda que no estamos terminando de cubrir del todo en la comedia. Es verdad que hay muchos grupos de música españoles que ya viajan a países europeos e incluso a países latinoamericanos, pero en la comedia, más allá de cosas puntuales y de cómicos de primerísima división que tienen mucho tirón, el resto no nos hemos movido demasiado. Llevaba mucho tiempo con la idea de hacer esto y el buen recuerdo de un show es lo que ha desencadenado todo este lío, básicamente.

¿Cómo ha sido su proceso para ir cogiendo las tablas suficientes encima del escenario que le preparen para esta gira?

Todo son decisiones irresponsables y a salto de mata. Siempre ha sido así. Creo que la única manera de animarse es ir asumiendo compromisos para los que claramente no estás preparado. Cuando empecé a hacer stand up no estaba convencido de que pudiera hacerlo y de que pudiera hacer una una gira por todo el país. Lo acabé haciendo y seguramente los primeros shows serían un absoluto desastre hasta que le cogí el rollo.

Cuando empezamos No Te Metas En Política (NTMEP) con Miguel (Maldonado) nos sentíamos unos estafadores reuniéndonos con el Teatro del Barrio, pensando: "nunca hemos hecho nada de esto y le estamos cerrando 36 fechas a un teatro sin saber la capacidad que tenemos de vender entradas y de hacer esto". Era una mezcla de intuición y de echarle mucho morro.

Para mí es clave de esta gira actuar todos los días. Hacemos ocho shows en dos semanas. Es todo seguido porque tiene esa cosa romántica de las giras de los músicos. Es una experiencia nueva y como todas las nuevas experiencias, a salto de mata y a ver qué tal. Hasta ahora, todo ha salido bien, en alguna me la pegaré.

Me había propuesto evitar preguntarle por Miguel Maldonado, pero como ya le ha mencionado a la segunda pregunta: ¿Qué tal ha sido el acompañamiento del público en su vuelta con 'Quieto todo el mundo'?

Cuando dejamos de hacer NTMEP sentíamos que iba a empezar a empeorar el nivel y ya estábamos un poco cansados. La forma que diseñamos para trabajar en ese programa se convirtió en una especie de prisión para nosotros, porque éramos muy celosos de delegar el guion y otras decisiones. Cada semana para nosotros era muy pesado sacar adelante el programa y decidimos dejarlo cuando todavía molaba, para tener ese buen recuerdo del show. La vuelta hemos querido que sea discreta. Empezamos Quieto todo el mundo sin avisar a nadie, colgamos un programa un 1 de enero por la mañana y ya tenía su línea gráfica, un estudio hecho para grabarlo, y una estructura más o menos pensada que habíamos estado trabajando prácticamente en secreto. Queremos que esta vez dure mucho.

Hemos aprendido de todo este tiempo que, si queremos que dure mucho, tenemos que tener la oportunidad de reconfigurarlo sobre la marcha; por ejemplo, ahora nos hemos pasado a grabarlo con público en directo. Lo estamos ajustando todavía hasta que encontremos una velocidad crucero, la que pueda tirar diez años si hace falta. La respuesta de la gente está siendo muy guay y nos gusta mucho que no nos abandonen porque llegan a determinada edad. Notamos mucho, ahora que hacemos el programa en directo, que la gran mayoría nos ve desde hace diez años y eso mola un montón. Que nos acompañen durante tanto tiempo significa que también entienden eso de cambiar de nombre, de formato, adaptarnos a la edad que vamos teniendo... y que la gente siga ahí es muy reconfortante.

Recientemente, en el podcast 'La Ruina' contó en una anécdota en clave de humor que una respuesta automatizada de Facebook respondió a su familia de Uruguay las condolencias por la muerte de su madre. ¿Qué papel tiene la comedia en su vida? ¿Es una herramienta más para atravesar, como en este caso, situaciones vitales?

Una de las cosas que me llevó a empezar a ir a terapia, hace algo más de un año, fue intentar averiguar si estaba absolutamente secuestrado por mi trabajo. Como diciendo "estoy todo el día pensando en esto, todo el día consumiendo comedia, escribiendo comedia o maquinando cosas de comedia", incluso en mi vida cotidiana y mis relaciones personales. Eso está muy presente y no sé si es un rasgo, una característica normal mía o es algo de lo que debería empezar a distanciar entre mi vida profesional y la personal.

Todavía no lo tengo demasiado claro. No tengo muchas respuestas, pero sí sé que ya no me preocupa que ocupe tanto espacio de mi vida. Simplemente, reconozco que mi vida está llena de comedia. No tanto porque yo sea muy payaso (conozco gente que es mucho más bromista en el día a día), sino porque si tengo una hora libre, veo algo de comedia o aprovecho para escribir algo que tenga pendiente de trabajo. Cuando era niño en mi casa veíamos los DVD de Les Luthiers, es algo que he mamado desde muy chico y que está muy presente en mi vida. Es una casualidad que además sea mi trabajo, pero si no fuera mi trabajo también estaría todo el día con esto.

Con lo cual, la comedia es uno de los ingredientes más importantes de mi vida y es imposible no encarar las cosas mediante la comedia cuando forma parte de tu personalidad. Entonces sí, tanto las cosas buenas como las malas, las encaro muchas veces con ese espíritu. Hay gente que a veces lo sobredimensiona o dice que es admirable. No es una cualidad, simplemente es una característica que algunas personas tenemos en la que conseguimos darle una vueltita a las cosas y a veces reírnos con cosas que a priori no parecen graciosas. Un buen porcentaje de mi personalidad es eso permanentemente, así que bueno, está bien, lo asumo y lo abrazo.

¿Y la política?

La política cada vez menos. No es tanto un desencanto de "ay, que la política es terrible", porque la verdad es que lleva siendo terrible desde que la conozco. Son etapas. Antes me gustaba mucho seguir el día a día de las cosas y, sobre todo, la cuestión interna de la izquierda y lo que sucedía. También militaba y me exigía estar muy al día para no perderme ningún episodio de esa serie. Hay un momento en el que la vida te dice que es mucho tiempo el que estás invirtiendo solo en estar pendiente, y la vida es otra cosa. Prefiero enterarme un poco menos de lo que ocurre, y en definitiva ser más feliz.

Digo esto y todas las mañanas estoy más o menos opinando sobre política en el streaming de Twitch, pero siento que con menos peso que antes. Cada vez tiene menos importancia en mi manera de comunicar y estoy bastante contento de que sea así. A lo mejor el día de mañana vuelve a tener muchísimo peso como antes, pero creo que las cosas también se agotan. No le puedes pedir a un músico que haga siempre lo mismo, igual que no le puedes pedir a un cómico que esté hablando todo el día de lo que pasa en la izquierda, yo ya hice eso mucho tiempo y hay gente que lo hace estupendamente ahora, no tengo que estar todo el rato haciendo lo mismo.

Precisamente, en Twitch le ha ocurrido en alguna ocasión que ha querido hablar de otro tema que no sea política y parte del chat le ha exigido que hable únicamente de ello...

Es legítimo que haya gente que diga "a mí me gustaba cuando este muchacho estaba hablando de política todo el día, y a través de él yo me enteraba de las cosas". Siempre mola tener a alguien que te resuma un poquito las movidas. Tú quieres que yo invierta todo el día en enterarme de las cosas y luego explicártelas. Es legítimo que haya gente que diga que la parte de la chorrada no le interesa tanto y le guste cuando hablo de política. También hay una cosa, muy de las redes, que es gente que te lo exige, "tú hablas de política, porque en el contrato que firmamos tú y yo, yo como seguidor y tú como cómico, tú me dijiste que hablabas de política". Cualquiera que me siga un poquito de cerca entiende que yo tengo que soltar en algún momento eso, que no es una fuente inagotable de recursos hablar de política o hacer comedia de política, hay un momento en el que se hace verdaderamente difícil. Yo estaba haciendo ciento y pico programas de No te metas en política, monólogos, sketches, La Tuerka... hay un momento en el que ya no solo sabes que a uno le cansa personalmente, sino que se agota el material y contemplar otras posibilidades para hacer comedia es muy sano. A mí me está ayudando a no volverme loco y poder hacer bromas de otro tipo.

Igual que digo que me molesta cuando alguien viene a reclamarme, me da mucho gusto cuando la gente lo entiende. La mayoría de la gente dice: "Haz comedia de lo que quieras, me caes bien y me gusta como lo haces. Si quieres descansar un rato de la política adelante, no pasa nada".

Ocurre últimamente en Twitch, principalmente en gente que hace contenido distinto al suyo, que los creadores se quedan en un espacio seguro y no se atreven a arriesgar por no perder a su público, que es el que al final del día le da de comer. ¿Es su caso?

En mi caso en Twitch, al ser un formato diario, me ha ayudado a quitarme el lastre de tanta política de encima de una manera más natural. La gente puede intuir por qué pasa. Había una sobrecarga espectacular, no solo por mi parte. La tele está dejando de ser tan política todo el día. En general todo el mundo está un poco cargado. Hemos tenido una época de muchísima presencia de la política en todas partes. Es normal que la gente quiera respirar un poco y quiera estar un ratito entretenida sin más. Mi conexión y mi aproximación a la comedia y al stand up de los últimos años también pasa por ahí, por pensar si seré capaz de hacer otras cosas. Es muy motivador ponerte a escribir otras cosas. La gente tiene que entender que para una persona que se dedica a algo así, a veces es un gran reto abandonar la comodidad y meter 20 minutos en un show que nada tienen que ver con la política. Ver que funciona es súper reconfortante.

De cara a la gira, ¿ha tenido que adaptar alguna parte del material para gente que no vive el día a día de la actualidad política que ocurre aquí?

Cuando escribo para teatro tengo en cuenta que hay mucha gente que viene a acompañar a otros. En un programa, en un podcast o en Twitch, no es tanta la gente que te ve sin conocerte. En el teatro sí pasa. Hay mucho acompañante de personas que no quieren venir solas. Siempre pienso en ese perfil para contextualizar un poquito las cosas. Si es la primera vez que me escuchas hablar, que puedas sumarte al tren. Yo hago pasar el tren pasar despacito para que puedas tirar la maleta y subirte. Todo lo acabo adaptando, incluso el mismo texto que he hecho 32 veces por España. En mi último show todos los textos han sido diferentes, porque en todas partes hay características que mola destacar y en todas partes me gusta improvisar un poquito. Todos los textos que escribo son adaptables y son válidos para el lugar en el que estoy, y con Europa no va a ser menos.

De hecho, hay un par de ciudades a las que les tengo muchas ganas porque están muy presentes en el imaginario. Bruselas es una ciudad donde pasan las cosas importantes de Europa. Berlín, su historia y demás (sonríe), bueno, hay ciudades donde tenemos muchas ganas de ir a hacer chistes, evidentemente. Es verdad que a lo mejor en Edimburgo de la cosa local no tengo mucho en mente, pero sí que hay algunas que van a ser muy tentadoras.

Después de pasar por televisión, Twitch, podcast, Youtube, teatros... ¿cuál es su formato favorito?

Actuar en directo es lo que más me gusta. Pese a que hacer stand up me mola mucho, actuar en directo acompañado es lo que más, si tuviera que hacer un ranking. Ayer grabamos el programa con Miguel en la sala grande del Teatro Pavón con 650 personas y la verdad es que hacer un ping-pong con un buen compañero, un poquito de impro delante de gente que viene con esa actitud tan favorable y que todo salga mal y bien a la vez, que es como muy característico nuestro, yo con las cosas muy preparadas, Miguel, que es un desastre, improvisando... esa cosa de los dos jugando a ese juego desde hace mucho tiempo es donde mejor me lo paso y donde la gente estalla de risa. Por muy bien que me lo pase en Twitch y muy cómodo que sea, como actuar en directo no hay.

¿Prefiere los formatos donde controla todo lo que ocurre o no estaba tan mal eso de tener que lidiar con las idiosincrasias de la tele como ejecutivos o anunciantes?

Ya no es tanto ejecutivos o anunciantes, cuando uno ha empezado con el Do It Yourself desde el primer día, cuesta muchísimo. En un programa de tele a mí no me importaba tanto lidiar con despachos. Que me quiten un chiste o no es verdad que me enfada cuando dicen que eso no pasa, porque pasa. Pero, en el momento yo sé cuáles son las reglas del juego, si no gusta esto me voy por otro lado, no pasa nada, no voy a montar un pollo porque no me dejan hacer un chiste. Me importa más no tener el control de la música que se va a poner o no saber qué planos están, o sea, no poder ver el programa al mismo tiempo que lo estoy haciendo, no poder tener el control de todo. Creo que es culpa de haber nacido controlándolo yo todo. Yo empecé grabando, me ponía la cámara, después revisaba, si no estaba bien hacía otra toma, escribía, producía... Haber empezado así te deja ese nervio de querer controlarlo todo y de querer estar pendiente de todos los departamentos.

Hay tantas cosas alrededor de un programa de tele grande, que a los que venimos de hacerlo todo nosotros nos pone muy tensos no tenerlo bajo control. Pero bueno, es una gran lección aprender a trabajar en equipo, hay que ceder mucho y hay que confiar también. Por suerte la tele está llena de peña súper profesional en todo en todos los ámbitos.

¿Se ha planteado algún objetivo en esta gira europea?

Un amigo me dijo una vez que me iba a traer información muy valiosa, que eso era lo fundamental, más allá de la experiencia y la aventura, que va a ser muy divertida. El objetivo se va a cumplir sí o sí, porque es saber cómo está el asunto. Cuáles son las ciudades que responden mejor y cuáles son las que el día de mañana puedo incorporar si hago otra gira. Pues digo, me voy un fin de semana y hago Edimburgo y Londres porque han ido muy bien y sabemos que hay demanda. O saber que otra ciudad no va tan bien, nos traemos esa información, no se vuelve a este sitio porque ha sido un agujero de pasta tremendo, eso no se descarta todavía a día de hoy.

El objetivo creo que está cumplido desde el principio y tengo la suerte de que trabajo con una productora que, en esta ocasión y de manera excepcional, dice "bueno, aquí nadie va a ganar dinero, pero nos vamos a traer buena información, nos vamos a traer una buena experiencia". Vamos a grabarlo porque si sale bien va a salir muy bien, si sale mal también va a salir bien. Porque contar si no saliera bien también es una buena experiencia. Lo vamos a mostrar, salga como salga y sea como sea. Si se pueden hacer todos los shows, si en ninguna ciudad pasa nada catastrófico, si la plaga de chinches de París no se convierte en un problema de seguridad nacional y cierran las fronteras o si no hay una pandemia la semana que viene, el objetivo está cumplido.

En ese caso, si todo sale bien, ¿tiene la idea de ampliar y llevar esta gira a lo grande, por ejemplo, a América Latina?

Sí, de hecho, recibí invitaciones para actuar en Argentina en su día, también se nos escribió desde otros países de Latinoamérica a Miguel y a mí. Yo creo que algún día lo voy a hacer, lo que pasa es que ahí sí que tengo que trabajar en un texto que la población local lo pueda recibir también y lo pueda disfrutar igual que los españoles que vivan allí. Yo sé que en París no va a venir ningún francés, por lo pronto por la barrera del idioma, pero también porque aun sabiendo castellano hablo de cosas muy concretas de la actualidad y personajes de España. Quiero contar también con la gente local, y para eso tengo que escribir algo que sea entendible y gracioso allí. Es uno de los retos de los que hablaba antes y seguramente el siguiente en la lista. Teniendo la suerte de actuar en España y que me vaya bien aquí, después puedo ir a palmar pasta fuera, que es un poco lo que voy a hacer con la gira europea. Me va lo suficientemente bien como para decir "no voy a ganar dinero actuando fuera, pero voy a actuar fuera porque me gusta, porque lo quiero hacer y me lo puedo permitir".

Es la filosofía de muchos grupos de música, ganar dinero en grandes conciertos y en festivales y después hacer sitios donde no vendes muchas entradas, pero te gusta ir porque tienes ahí un vínculo especial. Si yo genero ese vínculo en esta gira voy a volver a muchos sitios, aunque no gane pasta. La clave en esta idea es completamente distinta a la que puedo tener aquí. Yo no puedo estar trabajando con una productora todo el año sin generar ingresos, pero sí puedo hacer un poquito al año de eso.

¿Le haría especial ilusión actuar en Uruguay y cerrar ese círculo simbólico?

Sí, de hecho, esa invitación que se me hizo para actuar en Buenos Aires era extensible a buscar algo en Montevideo también. Me haría mucha ilusión, la verdad. Lo que pasa es que por eso me obsesiona tanto escribir algo concreto, porque no quiero que sea un show para españoles en Montevideo. Quiero que vengan mis tíos, que viven allí, y que sepan de qué estoy hablando y no les esté hablando de Alfonso Merlos. Me gustaría sentarme con tiempo a trabajar en algo que puedan entender. Por eso, el día que vaya me va a dar mucho miedo y voy a estar muy cagado, pero quiero ir con esa seguridad.

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