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Festival de Eurovisión Esperando el 'Chanelazo'

A pocas horas de la ansiada actuación de Chanel con el tema pop-latino 'SloMo', hablamos con Julia Varela, comentarista de Eurovisión para RTVE, sobre la nueva generación de eurofans y el formato de esta edición italiana.

Chanel cantando 'SloMo' en la segunda semifinal
Chanel cantando 'SloMo' en la segunda semifinal. CORINNE CUMMING / EBU

Los últimos datos de audiencia no mienten: Eurovisión 2022 está calentando hordas de jóvenes eurofans, si en la primera semifinal La 1 alcanzó el 9,2% de share, en la segunda noche rozó los 1,5 millones de telespectadores con un 11% de récord en comparación con las ediciones pasadas.

A pocas horas de la ansiada actuación de Chanel con el tema pop-latino 'SloMo', hablamos con Julia Varela, comentarista de Eurovisión para RTVE, sobre la nueva generación de eurofans y el formato de esta edición italiana. Julia Varela nos habla de un factor innovativo: "lo que ocurre con Eurovisión es que con el paso del tiempo tiene cada vez un público más joven. Eurofans nacidos en los años 90 que además de rejuvenecer el festival revisitan todas las ediciones, son auténticos expertos".

En Italia hay un chiste ampliamente consumado acerca del Festival de Sanremo. Oficialmente nadie lo ve porque es demasiado conformista y pequeñoburgués.  Se transmite además en el canal 1 de la RAI con muchos hombres canosos en primera fila, los peces gordos de la televisión de Estado y del gobierno. Aunque oficiosamente todo el mundo está pendiente de lo que pasa ahí, detrás de las cámaras. No sé si es algo que sucede también con el festival de la canción europea. "Eurovisión nace como imitación del Festival de Sanremo" me explica Julia, "yo te puedo hablar del caso de España, porque la sensación respecto a Eurovisión cambia bastante según el país".

En Italia hay un chiste ampliamente consumado acerca del Festival de Sanremo

Los países nórdicos son los que más apuestan por este formato: "por ejemplo en Suecia después de los premios Nobel, Eurovisión es lo más importante, lo cuidan con todo detalle". Diferente es el caso de España donde "se tenía una concepción del festival como muy antigua, trasnochada y un poco kitsch" sigue Julia. "Pero fíjate este año con el impulso que ha dado la candidatura de Chanel, que está muy bien posicionada, creo que empezamos a acostumbrarnos a la idea de que Eurovisión no es una cosa viejuna".

España se arriesga a ganar

No obstante la heterogeneidad de las propuestas musicales de este año, desde las baladas románticas hasta los temas más histriónicos, la coreografía y los ritmos de la candidata española cobran cada día más fuerza en las casas de apuesta. En la prensa italiana siquiera se habla de España sino de la "cubana" Chanel, subrayando ese afán iberoamericano que la península ibérica desde siempre defiende a la hora de hablar de cultura. "La actuación de Chanel es súper completa" me comenta Julia, "está gustando muchísimo a todos los países participantes".

De hecho, si por un lado Ucrania parece ser la favorita como respuesta de solidaridad hacia un país que está sufriendo mucho, también Reino Unido con Sam Ryder es otro probable ganador junto a los anfitriones italianos Mahmood y Blanco. Pero por otro lado, en las redes sociales las anticipaciones de la coreografía de Chanel alimentan la expectación por ver un espectáculo que se anuncia explosivo. Y si por contrato los presentadores no pueden hacer referencia a ningún favorito, seguimos viendo a Laura Pausini perdidamente enamorada de Chanel, probando incluso los pasos con Mika durante las pruebas.

 Ucrania parece ser la favorita como respuesta de solidaridad hacia un país que está sufriendo mucho

España se arriesga a ganar y la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, ya postula la capital como próxima sede de Eurovisión. Recuerdo entonces un chiste que me contó Antonio Arcidiacono, director de Tecnología e Innovación de la Unión Europea de Radiodifusión que trasmite el festival. "Cada año, el Director General de la Radiotelevisión belga en francés [Jean-Paul Philippot] termina su discurso sobre el presupuesto: también este año hemos logrado un buen resultado hacia el equilibrio, para el próximo año se prevé lo mismo, siempre que no ganemos Eurovisión". La gran final de Eurovisión está a cargo del país anfitrión, por lo que muchos miran a la victoria como una amenaza para su bolsillo.

El espectáculo debe continuar

Pero The Show Must Go On, cantaba Freddy Mercury, y entonces que sea un gran espectáculo. Ya tuvimos una muestra apetitosa durante la segunda semifinal, con el dúo Mika y Laura Pausini que volvieron a dos clásicos inolvidables: Fragile de Sting y People Have the Power de la mítica Patti Smith. Porque si Chanel ha logrado algo excepcional para España que desde 1995 no entraba en el top 5, también es cierto que los tres presentadores son una agradable sorpresa.

Laura Pausini, Alessandro Cattelan y Mika no solamente demuestran una muy buena armonía en el ritmo apresurado típico del espectáculo televisivo, sino además una fidelidad conmovedora hacia la bufonería all'italiana. Aún más enternecedora si pensamos que el cantante de origen líbano-británico, Mika, entró de lleno en los corazones del público italiano después de varias ediciones como juez de Factor X Italia.

"Marcello, come here!", corría el año 1960 y una sensual Anita Ekberg invitaba a Marcello Mastroianni a bañarse junto a ella en la Fontana de Trevi, bajo la severa mirada del titano Oceano. No queda mucho de aquella Roma que Fellini representó con maestría e histrionismo, pero los italianos no nos cansamos nunca de vender al mundo la imagen de nuestro pasado glamouroso: se llama Made in Italy.

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