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De niña a mujer gitana, un viaje al control patriarcal 

La fotógrafa catalana Neus Solà documenta en 'Poupées' la mirada de las niñas y mujeres gitanas en un poblado de Perpiñán. Un proyecto que evidencia el contraste entre una infancia libre y salvaje, y una madurez restrictiva.

'Poupées'.- NEUS SOLÀ

Las muñecas que capta Solà no están rotas, ni mucho menos. Sus miradas las muestran vivas y libres. Poupées es, en ese sentido, testimonio de un brillo, una mirada agridulce sobre lo que implica ser mujer y gitana en una zona marginal al sur de Francia, concretamente en el barrio de La Cité de Perpiñán. Muecas ajenas —todavía— al extremo control patriarcal que se cierne y que, como todo augurio, completa la mirada del observador.

Hablamos de una transición, la que les llevará de ser —eso— simples “muñecas” que corren libres con el juego como única preocupación, a convertirse en mujeres de. “Quise poner el foco en ese camino a la adultez, el simple hecho de mostrar su lado más salvaje contrasta con el mundo de restricciones que tendrán que asumir conforme se hacen mayores y hasta que pasan a ser propiedad de su marido”.

'Poupées'.- NEUS SOLÀ

'Poupées'.- NEUS SOLÀ

Llegar ahí no fue fácil. Cuenta Solà que probó en otras localizaciones, otros poblados y otros modos de ver que, a tientas, le fueron guiando a Poupées. “Al principio me topé con un material demasiado dramático, muchos coches y poco aire; no veía la belleza”. Lejos de arredrarse, Solà trasladó temporalmente su residencia a Perpiñán en busca de esa belleza que trataba de acotar.

Una vez allí, comenzó a deambular hasta encontrar su veta particular, y lo hizo en un poblado aparentemente desapacible poco transitado incluso por los vecinos de la ciudad. “La Cité está a unos seis kilómetros del centro de Perpiñán, un barrio exclusivamente gitano en el que la gente vive en casa bajas y no solo en edificios, me enamoré de aquel lugar y supe que tenía que conectar con ello, me tiré dos meses yendo sin cámara”.

Un acercamiento progresivo que contó con el auspicio del pastor de la iglesia evangelista de La Cité. “Me introdujo en el grupo y yo fui conectando con la gente poco a poco, les iba haciendo fotos sin ningún tipo pretensión, fotos que no siempre iban destinadas al proyecto”. Se fue tejiendo así una suerte de amistad que derivó en proyecto fotográfico, las complicidades para con la joven fotógrafa se fueron sucediendo hasta que —“de un modo muy natural”— nació Poupées.

“Me sorprendió ver el modo en que sexualizan a las niñas con apenas 6 o 7 años con determinadas vestimentas. También, cómo no, ese contraste tan brutal entre la infancia, cuando crecen libres y sin ningún tipo de coerción, a cuando se van haciendo mayores y pesa sobre ellas esa virtud gitana, esa ley que les obliga a llegar puras y vírgenes al matrimonio”, explica Solà. Un recorrido que esta joven fotógrafa catalana ha ido hilando con la paciencia del antropólogo y la sensibilidad del artista.

'Poupées'.- NEUS SOLÀ

'Poupées'.- NEUS SOLÀ

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