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El paraíso también aburre a las ovejas

Chris Stewart, humor inglés que se escribe en el sur de España

P. H. R.

En las faldas de la ladera sur de Sierra Nevada vive un inglés que llegó hace cuatro décadas por casualidad y ya no ha salido de allí. Él tenía 21 años, no hablaba ni papa de castellano y esquilaba ovejas en su país. A los 44 años de edad, en aquel paraíso, Chris Stewart decidió ponerse a escribir por pura carambola. No lo hacía desde sus años en el colegio y se convirtió en un fenómeno de ventas con Entre limones: historia de un optimista (Almuzara, 2006), donde contaba las peripecias de un joven inglés que rompe con su trabajo y gasta todos sus ahorros en la compra de un ruinoso cortijo en las Alpujarras granadinas. Stewart había descubierto la autobiografía.

Y desde entonces no ha hecho más que contar su vida, viéndola pasar en su cortijo reformado, su jardín y sus ovejas. 'Yo soy una puta natural. Estoy dispuesto a vender mis secretos más íntimos y de eso vivo', dice haciéndose el cínico. Reconoce que cuando empezó a escribir lo único que podía contar era de lo que conocía, es decir, él mismo. Y apareció en 2007 El loro en el limonero (Almuzara) y ahora Tres maneras de volcar un barco, con la editorial Salamandra. Más aventuras con humor, pero en este caso en la mar.

'Siempre he tenido ovejas. Me gusta su manera de ser y comérmelas'

Stewart no cree que haya alguien en el mundo que no se haya reído con los Monty Python. 'El humor es un arma poderosa'. Y la belleza. Cuando era joven él viajaba buscándola: 'Hasta que encontré las Alpuharas'.

No es conformista, aunque haya encontrado el paraíso. Le gusta meter las manos en la tierra y cultivar: 'Poder poner esto en combinación con la escritura es lo mejor que me ha pasado. Pero hay que buscar nuevos retos constantemente. Mao lo decía claramente: revolución siempre'.

'Los primeros 16 años mi mujer y yo no nos movíamos de allí, no viajábamos porque aquello era el paraíso. Pero después de un tiempo el paraíso también aburre. ¿No tuviste un juego de trenes y te parecía increíble mientras lo construías y luego se hizo aburridísimo porque ya no podías hacer nada más que ver cómo pasaban los trenes?', pregunta.

Los últimos diez años de su vida, Chris Stewart los ha pasado como escritor. Y a ratos también como político: en las elecciones municipales de mayo de 2007, se presentó a concejal por los Verdes, en la localidad de Órgiva, donde reside. La candidatura logró un representante (201 votos).

'Como esquilador nunca me faltó trabajo', cuenta el escritor

Por su optimismo y leccio-nes vitales, los libros de Stewart suelen estar en las secciones de autoayuda de las librerías. 'Así que por un tiempo me convertí en un gurú, aunque no lo soy'. Y ríe. En el extranjero le colocan en la sección de viajes.

'Cambié de vida a los 45 años. A esa edad uno sólo piensa en la incontinencia. Tenía un buen trabajo para romper con todo: era esquilador. Nunca me faltó trabajo, porque al momento de cortarles el pelo, ya les empezaba a crecer', cuenta el escritor de una manera tan fluida como le permite su mezcla de lenguas.

Ahora tiene ovejas por placer. 'Me encantan. He tenido ovejas desde los 21 años. No vengo de una familia ganadera, pero me enamoré de ellas. Me gusta verlas, me gusta el sonido de su cencerro, me gusta su manera de ser y me encanta comérmelas'. Las mata él mismo.

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