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La ciudad de Londres saca solo un aprobado en el ecuador de los Juegos

El relativo buen funcionamiento del transporte, con incidentes aislados, queda empañado por la mala marcha del turismo y la actividad comercial

DAVID BOLLERO

En una ciudad de ocho millones de habitantes que recibe la visita de 14 millones de turistas al año, tener la capacidad de gestionar todas las incidencias asociadas no es sencillo, pero si además alberga unos Juegos Olímpicos puede convertirse en una misión apocalíptica. Ese era el temor extendido por todo Londres en las semanas previas al arranque de los JJOO. Pasada una semana y tras haber vivido escándalos como el de la seguridad, toca hacer balance a las puertas del que será el fin de semana por excelencia del evento.

Una de las mayores preocupaciones se centraba en el transporte, que ha salvado el expediente de los primeros siete días con un aprobado, lejos del sobresaliente. En realidad, muchas de las incidencias registradas constituyen el día a día del transporte en la ciudad, pero cuando el número de pasajeros se incrementa entre un 10% y un 12% (65% en el caso del DLR, el metro ligero), según la entidad gestora Transport for London (TfL), las consecuencias se amplifican.

Hoy mismo, el servicio en la Central Line del metro, una de las más utilizadas -650.000 pasajeros al día- y que conduce al Estadio Olímpico de Stratford, volvía a quedar suspendido parcialmente por segunda vez desde que arrancaron los JJOO. Mal día para sufrir averías: hoy se inician las pruebas de atletismo y se espera que sea uno de los días más concurridos, con previsiones de más de 200.000 pasajeros en la estación de Stratford. De hecho, a primera hora de la mañana, el segundo gran escándalo de estos Juegos, el de las gradas vacías después de haber asegurado que los 8,8 millones de entradas estaban agotadas, parecía haberse esfumado a la luz del Estadio de Stratford con sus 80.000 asientos ocupados.

Durante esta avería, las alternativas para llegar allí no eran mucho mejores, otro tren averiado en Chesnunt provocaba demoras de media hora y hasta el servicio del Stansted Express que comunica el aeropuerto de Stansted con Liverpool Street estaba caído. A mediodía se anunciaba el restablecimiento del servicio, pero ya había servido de aviso del duro test que aún habrá de superar el transporte de la capital británica.

Y es que la semana más de mayor afluencia está por llegar. Se estima que algunos días habrá hasta tres millones de desplazamientos adicionales respecto a los 12 habituales. Para este viernes, el servicio Javelin, el tren rápido que conecta en siete minutos el Parque Olímpico con el centro de Londres, prevé tiempos de espera de hasta 40 minutos debido a la saturación de pasajeros. El Comisario de Transporte, Peter Hendy, ya ha advertido que 'hoy y mañana serán los días más ocupados de los Juegos hasta ahora, pues es cuando abre sus puertas al público el Estadio Olímpico y el resto de competiciones continúan'. Para tratar de reducir la congestión, este fin de semana el centro comercial Westfield, adyacente al Estadio Olímpico, tan solo estará abierto de 10:30 a 17:00 horas y exclusivamente para aquellos que tengan entrada para los JJOO.

Hendy ha animado a 'todo el mundo a disfrutar de los teatros, restaurantes, tiendas, conciertos gratuitos, espectáculos en vivo y demás atracciones' que ofrece la ciudad, planificando, eso sí, el trayecto con ayuda de la web habilitada para ello.

La circunstancias, además, no ayudan: hace tres días, el Javelin, que lleva al Parque Olímpico aproximadamente a un 10% de sus visitantes, se interrumpió durante hora y media debido a un intento de suicidio. No fue el único transporte afectado, la línea de tren que conecta la estación de St.Pancras con Ebbsfleet en Kent también se vio colapsada, además del servicio que lleva a Greenwich Park, donde se celebran las competiciones ecuestres, e incluso, el Eurostar que conecta vía el Canal de la Mancha Londres con Bruselas.

Los días 30 y 31 de julio fueron, sin duda, los más negros en el transporte públicoLos días 30 y 31 de julio fueron, sin duda, los más negros en cuanto al transporte público se refiere. En ese lapso de tiempo, además del Javelin, también se produjeron demoras de varias horas en la Central Line, después de que uno de los conductores activara la alarma de incendio en plena hora punta tras oler a humo. Como consecuencia, hubo que evacuar no sólo el tren, sino la estación entera de Leyton. El sindicato de transportistas atribuyó los problemas a los recortes aplicados al presupuesto de mantenimiento de un metro que roza los 150 años de antigüedad y TfL no tardó en desmentirlo. A ello se sumó, la suspensión durante dos horas y media de la District Line entre las estaciones de PutneyBridgey Wimbledon, sede del tenis.

Se han producido, además, anécdotas de altura, como la vivida el pasado miércoles por el alcalde de Londres, Boris Johnson, cuando quedaba suspendido durante cinco minutos del cable de una tirolina en Victoria Park después de que hubiese aceptado deslizarse por la cuerda de uno de los escenarios del BT London Festival, un programa de conciertos promovido por el operador de telecomunicaciones. Algo más de tiempo, en concreto 30 minutos, sería lo que estaría colgados a 90 metros de altura sobre el Támesis las 60 personas que disfrutaban del teleférico. Los hechos de producían dos días antes de la ceremonia de apertura de los JJOO y un mes después de ser inaugurado este sistema de transporte que comunica la zona de Greenwich con el área del O2 Arena, los Royal Docks y el Excel.

En cuanto al tráfico rodado, las modificaciones de rutas y la puesta en marcha del Carril Olímpico provocó atascos los días previos, pero desde que arrancaron la caída del tráfico ronda el 17%. Un polémico carril que encendió las protestas de buena parte de los londinenses, con los taxistas a la cabeza, pues tampoco ellos pueden hacer uso de las 30 millas (unos 48 kilómetros) de carril exclusivo para deportistas, prensa y organización, so pena de multa de 130 libras (165 euros).

Los taxistas han protagonizado varias jornadas de protestas por el polémico carril olímpicoDe hecho, los taxistas han protagonizado varias jornadas de protestas e, incluso, uno de ellos se arrojó al Támesis desde el Tower Bridge para atraer la atracción de los medios sobre el problema. Además, la Asociación de Taxistas ya ha cifra caída del negocio entre un 20 y un 40%. Un día laboral en la estación de King's Cross los taxis recogen una media de 500 pasajeros; hace dos días la cifra no llegaba ni a 200. 

Ni siquiera pueden utilizar el carril los ciclistas, que el pasado miércoles recibían la noticia del atropello mortal de uno de 28 años, arrollado por el autobús de dos pisos que transportaba a la prensa al centro Excel, donde se celebran los combates de boxeo. Ese mismo día, el campeón de la edición de este año del Tour de Francia y ganador de una medalla de oro en estos Juegos, Bradley Wiggins, incendió las redes sociales al reclamar unas leyes que protejan más a los ciclistas y que hagan obligatorio el uso de casco en ciudad. Recomendación, por otro lado, rechazada por el coordinador de políticas de la organización nacional de ciclistas CTC, Chris Peck, rechazó por considerarlas 'contraproducentes' y que 'reducirían considerablemente el número de aficionados a este medio de transporte tan saludable'.


Si los malos presagios de caos en los transportes se han capeado con cierta solvencia, sus efectos en el turismo han sido demoledores, en buena parte debido a la insistencia por parte del Gobierno en fomentar estos días el teletrabajo y que los londinenses cogieran sus vacaciones para desocupar la ciudad. Mark Rubinstein, presidente de la Sociedad de Teatro de Londres, da una idea muy clara de lo sucedido al afirmar que 'normalmente los turistas vienen a ver Londres y ahora la mayoría viene a ver sólo los Juegos'. La consecuencia son caídas de visitantes en los museos de entre un 30 y un 35%.

Bernard Donoghue, director ejecutivo de la Asociación de las Principales Atracciones Turísticas, que representa a lugares de interés como el Zoo de Londres o la catedral de St. Paul's, también afirma que la caída de visitantes ha sido dramática. En su opinión, 'echamos en falta a dos tipos de visitantes, a los visitantes que normalmente acuden a la ciudad a verla [se estima la caída en 100.000 turistas menos al día] y no han venido, precisamente, por los JJOO, y a los propios británicos que se quedan en sus casas en previsión de que el transporte sea una pesadilla'. Precisamente a estos les lanza un mensaje: 'fuera de las horas punta el transporte está funcionando bien y, aunque parezca irónico, nunca antes como ahora se han podido visitar mejor las atracciones porque es cuando menos colas hay'.

Los comerciantes del West End, al lado opuesto de la ciudad donde se concentran la mayor parte de las competiciones deportivas, ya han calificado de 'desastrosos' los efectos de los JJOO en sus libros de contabilidad. La caída de la actividad comercial ya se cifra en al menos un 5% comparado con los mismo días del año pasado y el descenso de visitantes en un 10%.

Ni siquiera negocios emblemáticos de la ciudad, como el Alf's Traditional Fish and Chip Shop en Weymouth se salvan; su propietario habla de descensos de hasta un 30% comparado con el verano pasado. No sorprende que los empresarios de la zona reclamen al alcalde de la ciudad, Boris Johnson, que acuda a la zona como medida de estímuloa la actividad.

Ayer mismo, London Biggest Conversation, una de las emisoras locales de la ciudad, realizaba el experimento en directo de tratar de reservar cuatro habitaciones dobles en uno de los grandes hoteles del centro y mesa para diez comensales en un famoso restaurante con apenas un hora y media de antelación, teniendo éxito en su empresa. La tasa de ocupación hotelera no ha conseguido colgar el cartel de completo, estancándose en el 85%.

Para el ministro de Cultura, Jeremy Hunt, los JJOO representan 'el mejor regalo que podríamos haber deseado'. El responsable político calma los ánimos pidiendo paciencia, asegurando que los resultados llegarán 'a largo plazo' tras el incremento de caché que dan los JJOO a Londres, 'aunque ya era una ciudad muy conocida'. Según avanza el ministro, 'tenemos un plan para tener cuatro millones de turistas adicionales en los próximos cuatro años. Puede que en las próximas semanas haya subidas y bajadas, pero va a ser tremendo para los negocios de Londres'.

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