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Corazón 'azulgunner'

Cesc debuta en casa tras irse al Arsenal y no poder volver al Barça

ENRIQUE MARÍN

'Si quieres arruinar tu carrera, vete al Madrid'. Wenger no se lo pudo decir más claro a Cesc (Arenys de Mar, 4-5-1987), cuando el club que preside Florentino Pérez tentó a su capitán. El técnico del Arsenal, un gentleman con mano de hierro y guante de seda, predicó con el ejemplo y tampoco aceptó la oferta del Madrid. Muy diferente fue la llamada del Barça. Wenger sabía que no podía ser tan tajante, sino que debía convencer a Cesc para que siguiera siendo la piedra angular de su equipo.

Fàbregas dejó las categorías inferiores del Barça en 2003 para irse al Arsenal. Su entonces agente, Joseba Díaz, es aún hoy persona non grata en el club catalán y tiene prohibido el acceso a Sant Joan Despí. Al igual que Tamargo con Villa, Díaz ha demandado a Cesc por incumplimiento de contrato.

El exagente de Fábregas aún tiene vetado el acceso a Sant Joan Despí

Ocho años después de su fuga, Wenger frenó el posible regreso del centrocampista, que se quedó encantando en Londres. Sin embargo, el emparejamiento de Champions ha reabierto su frustrado fichaje por el Barça. Desde que Cesc juega en el primer equipo del Arsenal, gunners y culés se han enfrentado en cuatro ocasiones, pero en la única que lo hicieron en el Camp Nou, él fue baja por lesión. A la quinta va la vencida y Cesc estará hoy en el coliseo azulgrana. 'No he venido a vencer a nadie', sino a ganar con el Arsenal' , dijo ayer.

El catalán tiene sitio en cualquier equipo del mundo, Barça y Selección española incluidos. Guardiola sabía cómo hacérselo, de ahí su interés por reclutarle el verano pasado, para lo cual no dudó en presionar personalmente al jugador, algo que molestó, y mucho, a Wenger. Otra historia es La Roja, donde Fábregas sigue teniendo un papel secundario. Del Bosque no le encuentra cabida en un once junto a Xavi, Iniesta y Silva, los cuatro evangelistas del fútbol de posición. Aunque en La Rozas lo negarán, el seleccionador sopesó la posibilidad de no llevar a Cesc al Mundial. Su carácter competitivo, el mismo que le ha llevado a ser capitán y jugador referencia del Arsenal y de la Premier, incomodaba a Del Bosque, que tenía previsto y así lo hizo dejarle en el banquillo la mayor parte del Mundial. Antes y durante la estancia en Suráfrica, donde coincidió con hasta ocho jugadores del Barça, Cesc empezó a verse de azulgrana. Guardiola pidió insistentemente su fichaje, pero Laporta se lo dinamitó a Rosell. Sólo la broma que le gastaron Puyol y Piqué en plena celebración por la Copa del Mundo permitió ver a Cesc vestido de azulgrana. Por cierto, la broma no sentó nada bien en el Arsenal y la Federación Española pidió disculpas al club inglés. El azulgunner regresa a casa. 'Mi familia me animará a mí, claro. ¿Tú no darías apoyo a tu hijo si jugara a fútbol?', respondió ayer.

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