Este artículo se publicó hace 14 años.
El favorito del corazón
Las apuestas sitúan a Tiger como ganador pero los expertos desconfían
La paradoja no puede ser mayor. Tiger Woods va a protagonizar a partir de mañana (20.30, Canal +Golf), uno de los acontecimientos deportivos de mayor notoriedad de la última década, con una repercusión universal como muy pocas veces ha disfrutado el golf, y la mayoría de sus patrocinadores no van a conseguir impacto publicitario alguno. El californiano ha estado entrenándose esta semana en el Augusta National Golf Club con una gorra en la que muestra una T incrustada en una W. Simplemente, las iniciales de su nombre, su marca personal.
Woods vuelve a competir cinco meses después de su victoria en el Masters de Australia, su último torneo antes de que un choque de su vehículo contra un árbol terminara destapando todas sus relaciones extramatrimoniales. Esta tarde (a las 19.42, hora española) comienza su participación en el Masters de Augusta, el prestigioso torneo de la chaqueta verde. Es el primer major del año. Un escenario de lujo para un retorno de impacto.
El deportista mejor pagado del mundo quedó convertido de golpe en el hombre que nadie quería tener en sus anuncios, aunque muchos se tirarán de los pelos a partir de hoy. El gigante de la publicidad Procter & Gamble fue el primero en quitárselo del medio borrándolo de los anuncios de Gillette. Luego, fue suprimido por la compañía telefónica AT&T, los relojes suizos Tag Heuer y la bebida Gatorade, propiedad de Pepsi.
Sólo hubo dos compañías con fe ciega en el californiano, las dos únicas que permanecieron a su lado desde el estalli-do del escándalo. Electronic Arts, la firma líder en videojuegos, siguió contando con él sin condiciones y Nike le ofreció su "apoyo total" desde que estalló el escándalo. De hecho, hace 15 días, el golfista californiano ha rodado un nuevo spot publicitario con la marca líder en material deportivo.
Los expertos no creen en él
¿Qué resultado se puede esperar de Tiger? ¿Cuál es su nivel real de forma? Es la gran incógnita del torneo. Las apuestas del gran público le han convertido en favorito indiscutible. Ayer, la casa de apuestas Ladbrokes lo situaba primero (7 a 1) por delante de su compatriota Phil Mickelson (15 a 1), el surafricano Ernie Els (17 a 1) y el irlandés Padraig Harrington (21 a 1). Betfair adjudicaba el mismo orden, con cotizaciones casi idénticas.
Sin embargo, los expertos opinan que el Tigre no rugirá tan fuerte en el Amen Corner (la difícil secuencia de los hoyos 11, 12 y 13 en Augusta). La mayoría cree que estará muy corto de forma. Una encuesta llevada a cabo ayer por el diario The Augusta Chronicle preguntó a 57 periodistas especializados en golf y acreditados en el Masters quién iba a ganar el torneo. Sólo tres apostaron por Woods. El irlandés Padraig Harrington ganó en la encuesta con 13 votos, seguido por el surafricano Ernie Els (10).
Ayer, Tiger Woods fue amonestado. El estadounidense utilizó su teléfono móvil durante el entrenamiento, una práctica prohibida. Se justificó diciendo que le estaban filmando sus golpes. Al menos no estaba enviando mensajes a sus chicas.
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