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La Liga en su dinamita

Messi y Cristiano mantienen vivo el pulso Barça-Madrid. Ambos asumen el desenlace final desde el gol

LADISLAO JAVIER MOÑINO

Por encima de todo el repertorio que despliegan ya de por sí, Messi y Cristiano se han cargado la Liga a sus espaldas desde su dinamita. Todo parece pender de lo que uno y otro sean capaces de producir. Las dos últimas jornadas celebradas escenifican ese paso al frente que han dado para asumir la definitiva responsabilidad del gol. Messi abrió y cerró el marcador ante el Villarreal y el Tenerife. Cristiano lideró las remontadas del Madrid ante Osasuna y Mallorca. Cuatro goles cada uno para un total de 31, Messi, y 25, Cristiano.

Desde finales de febrero, empezó a anunciarse este pulso. Desde entonces, Messi ha puesto por delante a su equipo, igualó el marcador o logró el gol decisivo ante Málaga, Almería, Valencia, Zaragoza y Real Madrid. La trascendencia de los goles de Cristiano tiene similar número de víctimas desde esos últimos días de febrero, en los albores del inicio del tercio decisivo del campeonato: Sevilla, Valladolid, Getafe, Racing y Almería.

'Cristiano se siente superior porque lo es', señaló ayer Granero

Cristiano y Messi no son nueves puros ni se han educado como cazagoles. A la descomunal capacidad de desequilibrio que les otorga el regate y el toque, han sumado el instinto de los goleadores. 'Messi, cuando era pequeño, también hacía muchos goles, pero también porque jugaba más por el centro, como ahora. En la banda, es más difícil', analiza Rexach. En los últimos años, la progresión de las carreras de ambos ha sido disparada por su acierto en la definición. También ha incrementado la repercusión de lo que hacen. Se dedican por igual al desborde que al remate. De repente, desde un par de temporadas atrás, han pasado de no rebasar la quincena de goles, a superar la treintena. Cifras de auténticos killers del área sin serlo. No ejercen de referencias fijas donde se cuece el gol, aparecen por allí con el balón cosido al pie o por sorpresa. Son demostraciones de lo que significa la llegada desde la segunda línea para hacer daño. Con todo, Cristiano es el jugador del campeonato que más jugadas protagoniza en el área (69) y Messi, el quinto (48).

Messi y Cristiano le han cambiado el cánon a los últimos grandes monarcas del fútbol que no eran futbolistas de área. Ni Ronaldinho, ni Zidane, ni Maradona, ni Zico, ni Matthäus, ni Platini tenían esa voracidad goleadora. No mezclaban la distinción del 10 para hacer jugar a los demás, incluso para desequilibrar individualmente también con goles, con la frecuencia goleadora de 9 voraz que ambos registran. Messi marca un gol cada 89 minutos; Cristiano, cada 96. Menos todavía eran los chutadores de repetición en los que se han convertido. Cristiano es el jugador de la Liga que más remata (199, uno cada 12 minutos). Le secunda Messi (146, uno cada 18 minutos).

Ni Zidane ni Ronaldinho ni Maradona tuvieron esa pegada voraz

Si ya de por sí eran la parte visible que capitaliza el foco mediático de sus equipos y de ese combate bipolar por el título, su determinación ante la portería agiganta la distancia entre ellos y el resto. 'Es un líder total, le veo y me digo a mí mismo que tengo que entrenarme más', dijo ayer Raúl. 'Es un líder natural. Cristiano se siente superior porque lo es. Cuando advierte las carencias que puede tener el equipo, intenta subsanarlas. Sabe cómo tirar del carro', corroboró Granero preguntado por ese liderazgo de nuevo cuño.

Messi está encajado en un equipo más hecho para encontrar diferentes caminos al gol, pero también es capaz de decir 'aquí estoy yo' cuando el juego colectivo no le alcanza al Barça. Hay una estadística muy reveladora para descifrar a qué juega cada uno de sus equipos. De los 31 goles del argentino, 23 se han gestado en jugadas colectivas y 5 en acciones individuales. De las 25 dianas del portugués, 9 han sido fabricadas en jugada colectiva y 7 por el propio Cristiano. Tanto a uno como a otro le da igual dónde expresar su devastadora eficacia. Encabezan la clasificación de los goleadores a domicilio. La lidera Messi, que divide sus tantos en 14 en el Camp Nou y 17 lejos de él. Cristiano los reparte entre 12 en el Bernabéu y 13 fuera.

Esa atención al gol, con todo, no ha frenado el la característica más natural de uno y otro, el regate. Los dos lo utilizan muchas veces como medio para llegar al gol. Las conducciones de Messi con el balón imantado a su izquierda tienen un 70 % de éxito. El baile bicicletero de Cristiano le da un 58 % de efectividad en el regate.

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