La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) pagó durante meses la cuota de alquiler de un piso de lujo que disfrutaba su presidente, Luis Rubiales, pese a que, según la normativa interna de la entidad, no le correspondía disfrutar del inmueble. Según ha informado El Confidencial, el contrato de arrendamiento fue firmado por el secretario general de la Federación y mano derecha de Rubiales, Andreu Camps, y el accionista de la sociedad propietaria del inmueble, Urcingo SL, y exconsejero de la SD Ponferradina de Segunda División, Antonio Blanco.

En el escrito se recoge que el presidente de la RFEF sería la persona que iba a "residir habitualmente en la vivienda". El contrato, que se firmó el 20 de enero de 2020, hace referencia a un piso de tres habitaciones y 125,68 metros cuadrados construidos, ubicado en la planta 29 de Torre de Madrid, en pleno centro de la capital.

La casa tiene vistas panorámicas de casi toda la ciudad y estaba completamente equipada. La cuota ascendía a 3.100 euros mensuales que pagaba la RFEF y que, a juicio de Camps, tal desembolso podría suponer un "problema" para la entidad, según se desprende de unos correos electrónicos a los que ha tenido acceso el mismo medio que ha informado del pacto entre Rubiales y el futbolista y empresario Gerard Piqué para cobrar una comisión millonaria por el traslado de la Supercopa a Arabia Saudí. 

Así se incumplió el reglamento

En el momento de la firma del contrato de alquiler, la Federación permitía a su presidente disfrutar de una ayuda económica para la vivienda, pero la condición imprescindible para recibirla era que tuviera fijado su domicilio o residencia fuera de la capital para evitar que ese dinero convirtiera en un suplemento discrecional de la nómina. Un requisito que no cumplía Rubiales porque estaba censado en Madrid.

El propio Camps era consciente de este detalle y maniobró para tratar de darle una cobertura legal a Rubiales. "He introducido un cambio importante de redacción en el tema de la vivienda", explicaba Camps a Tomás González Cueto, un abogado externo que tiene a su hija trabajando en el Departamento de Legal de la Federación, a través de un correo electrónico.

"La redacción anterior decía que se le proveería [al presidente] una vivienda cuando tuviera el domicilio habitual fuera de Madrid. Con el tenor literal de la frase, para poder proveer una vivienda el domicilio habitual debe de estar fuera de Madrid (viene a decir que alguien vive habitualmente fuera y viene ocasionalmente aquí) Si se traslada el domicilio fiscal a Madrid y para ello además te censas en Madrid… creo que aquí podríamos tener algún problema", admitió Camps. "Por esto he cambiado el sentido de la frase y ruego me digáis [que] con esta nueva frase podemos salvar el hecho de que el presidente esté censado en Madrid", añadió.