Las bajas laborales por salud mental se disparan sobre todo entre los jóvenes
Los problemas psicológicos y emocionales ya son la primera causa de incapacitación laboral entre los menores de 30 años.
El absentismo en el trabajo por este motivo es cada vez mayor y se prolonga más en el tiempo. Trabajo ya busca "alternativas" para reducir su incidencia.

Madrid--Actualizado a
En los últimos siete años, las bajas laborales por incapacidad temporal —conocidas también como IT— se han disparado en España hasta alcanzar máximos históricos. En 2024, la tasa de incapacidades temporales por contingencias comunes fue de 53,3 trabajadores por cada 1.000, la cifra más alta desde que se recopila esta estadística. Esta dinámica se ha acentuado desde el año 2021: el Banco de España ya ha alertado de que la cifra de bajas laborales de 2024 casi duplica a la registrada antes de la pandemia.
"Las bajas por incapacidad temporal están en niveles máximos históricos en todas las comunidades autónomas, en todos los sectores, en todos los grupos de edad, en todas las ocupaciones, y en todos los tipos de trabajadores", certifica a Público Lorenzo Serrano, Catedrático de Fundamentos del Análisis Económico de la Universitat de València y uno de los autores del informe sobre incapacidad temporal y siniestralidad laboral publicado esta semana por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) en colaboración con la mutua Umivale Activa. (PDF)
El informe del IVIE, que incluye datos muy precisos hasta el año 2023, confirma "un aumento muy notable del porcentaje global de jornadas anuales perdidas" por las bajas laborales. Entre 2018 y 2023, el número de jornadas perdidas por IT sin contar a los autónomos pasó de 242 millones a 368,7 millones, un aumento del 52%. Estos niveles, que representan un 5,6% de jornadas no trabajadas en un año sobre las potenciales, equivalen, según IVIE a que un millón de trabajadores hubiera estado de baja cada día de 2023 o alternativamente, que cada trabajador estuviera 20 días al año ausente por IT, cinco días más que en 2018.
En el caso de los asalariados del Régimen General de la Seguridad Social, esas jornadas perdidas han pasado del 4,1% en 2018 al 5,6% en 2023, un crecimiento del 36%. Los autónomos han pasado de un porcentaje de jornadas perdidas del 3,3% al 4,3% en cinco años, un 31% más.
Los dolores localizados (lumbalgias, dorsalgias, cervicalgias. etcétera) y los problemas de salud mental son las dos primeras causas de baja laboral en España. Estas dos patologías son responsables de dos tercios del incremento del absentismo por incapacidad temporal en los últimos años, según el mencionado informe del IVIE, y ya concentran el 51,1% de los días de baja de los asalariados del Régimen General y el 49% en el caso de los autónomos.
Aunque el 70% de los trabajadores españoles no suele coger ninguna baja, Serrano apunta que no solo aumenta su número, sino también la duración de las mismas, especialmente cuando están vinculadas a problemas psicológicos o emocionales. "Lo que sucede es que del 30% de trabajadores que sí coge alguna baja, la mitad coge una y la otra mitad coge más de una al año", matiza Serrano. El informe del IVIE resalta que las bajas de larga duración —las que duran más de un año— y los repetidores —personas que suman más de una baja en 12 meses— son determinantes para explicar el aumento de las IT en España.
La salud mental, en el epicentro
En ese incremento de las bajas destacan de forma muy llamativa las bajas laborales por problemas de salud mental, que entre 2018 y 2023 crecieron entre los trabajadores un 88% —un 75% entre los autónomos— hasta convertirse en la segunda causa del absentismo laboral por incapacidad temporal en España, solo por detrás de las algias de diferente tipo (lumbalgia, fibromialgia etcétera), según el IVIE. Las bajas de larga duración por problemas de salud mental se han disparado un 147% entre 2018 y 2023.
En este sentido, el informe del IVIE recoge un dato preocupante: los problemas de salud mental ya son la primera causa de baja laboral entre los menores de 30 años.
"Este dato es muy revelador", apostilla Serrano, "porque hasta no hace mucho tiempo lo normal era que los jóvenes se rompieran algo o tuvieran un problema físico para pedir la baja". El dato no es baladí: probablemente evidencia una transformación profunda no solo en la sociedad española, sino en el mercado laboral español, aún muy marcado por la temporalidad y la precariedad.
Serrano augura que "la tendencia va a ir a más", tanto en lo que respecta al número total de bajas como a las que se produzcan por salud mental. Los datos certifican este augurio: según la Seguridad Social, el año pasado se produjeron más de 643.000 bajas por problemas de salud mental, con una duración media de 108 días. La cifra es un 72% más que el año 2023. Estas bajas por salud mental son las segundas más largas después de las causadas por tumores y problemas cardiovasculares, y afectan principalmente a mujeres de entre 36 y 45 años, que representan el 58% de los casos.
Serrano señala que el Ministerio de Trabajo está "preocupado" ante el significativo aumento de las bajas laborales, sobre todo por las relacionadas con la salud mental y que ya "está buscando alternativas". El Banco de España calcula que el coste para las arcas públicas supera los 15.000 millones de euros al año, cerca del 1% del PIB. En los ocho primeros meses de 2025, el gasto en subsidios por incapacidad temporal se incrementó un 12,7% en los primeros ocho meses del año, hasta los 11.742 millones de euros, según los últimos datos aportados por la Seguridad Social. Sin embargo, cerca de la mitad de las incapacidades laborales le salen gratis a la empresa y a la Seguridad Social ya que su escasa duración —menos de tres días en la mayoría de los casos—, hace que apenas el 40% de ellas entren en la cobertura social ni activen los protocolos de compensación salarial.
El aumento del coste para las arcas públicas puede poner en peligro el sistema de protección por incapacidad temporal del que gozamos en España, advierte Serrano. "Muchos países no tienen nada de esto. Nosotros lo tenemos y está bien tenerlo, porque asegura respecto a circunstancias adversas. El problema es que ahora están aumentando tanto los costes que si no tenemos cuidado la sostenibilidad del sistema podría tener problemas de cara al futuro", afirma Serrano.
Los problemas de salud mental están cada vez más presentes en el entorno laboral, pero al ser una patología difícilmente objetivable presenta dificultades para su adecuado diagnóstico, tratamiento, gestión y control por parte del sistema sanitario, señala Serrano.
Pese a su notable incremento, las peticiones para obtener la incapacidad permanente por problemas de salud mental acaban siendo denegadas en el 79% de los casos y en el 64% de los dolores. La proporción no es excesivamente alta, como apunta Serrano: "Hay un una cantidad importante de procesos de incapacidad temporal que llegan hasta el año, el año y medio, incluso más allá, que, sin embargo, no se transforman en permanente. Eso significa que probablemente se podría haber tomado algún tipo de decisión antes. Hay un problema también de gestión, de los pasos que se manejan, de toda la toda la estructura burocrática".
Serrano también pone el foco en el envejecimiento de la población trabajadora. El investigador del IVIE subraya que "el porcentaje de absentismo es mayor entre la los trabajadores de más edad, no porque pidan más bajas, sino porque las bajas tienen que durar más, lo cual también es lógico porque tienen más problemas de salud". Para Serrano ese es uno de los "factores estructurales" que sabemos que van a agravar el problema del absentismo laboral.
"Tenemos que empezar a considerar ya cómo se puede mejorar y poner más recursos para garantizar la sostenibilidad del sistema", concluye el experto.
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