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Más de la mitad de las bajas laborales le salen gratis a la empresa y a la Seguridad Social

La escasa duración de las incapacidades laborales transitorias, que no alcanza los tres días en la mayoría de los casos, hace que apenas el 40% de ellas entren en la cobertura social ni activen los protocolos de compensación salarial.

Más de 850.000 trabajadores pierden alguna jornada laboral cada semana por motivos de salud.
Más de 850.000 trabajadores pierden alguna jornada laboral cada semana por motivos de salud. PxHere (CCO), 11-12-2019

Ni el trabajador cobra un euro en más de la mitad de las bajas laborales ni se lo cuesta a la empresa ni a la Seguridad Social: la corta duración de estas hace que un 61,2% de las iniciadas cada mes y un 57,1% de las finalizadas cada mes tengan un coste cero para los empleadores y para el sistema de previsión.

La realidad de estos datos contrasta con los alegatos sobre el absentismo que periódicamente aparecen en la opinión publicada y en las emisiones de algunos sectores de empresariado y la política. "El absentismo se ha disparado", señalaba hace unas semanas el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, mientras su homólogo de Cepyme, Gerardo Cuerva, lleva tiempo abogando por aplicar ese concepto en el cálculo de los salarios.

Tampoco es que se trate de algo nuevo, ya que numerosos convenios de sector, entre ellos muchos del comercio y la industria, contemplan el pago de pluses para los trabajadores que, en determinados periodos de tiempo, normalmente el mes o el trimestre, no hayan faltado ningún día al trabajo.

En este sentido, propuestas como la lanzada hace unas semanas por el Ministerio de Sanidad para permitir que los trabajadores puedan cogerse bajas de hasta tres días sin supervisión médica, rechazada ante la oposición de los gobiernos autonómicos, tienen, además de la lectura en clave de desatasco de la atención primaria sanitaria, otra de carácter laboral.

"Es una medida que desde la perspectiva del empleo abre la puerta a la autorregulación de la jornada laboral", plantea el sociólogo y profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y del Trabajo de la Universidad de Zaragoza David Moral Martín, ya que la ausencia conlleva un recorte proporcional del salario.

¿Cuál es la diferencia fundamental entre una baja de menos o de más de tres días? La primera de ellas carece de remuneración, ya que durante ese periodo inicial el trabajador no cobra salario, ni él ni la empresa cotizan a la Seguridad Social y tampoco esta desembolsa ninguna prestación ni subsidio.

Su coste es cero, ya que el trabajador no cobra nada hasta el cuarto día de baja aunque con cinco excepciones: las bajas por accidente laboral, por enfermedad profesional, por menstruación, por riesgo para el embarazo o por la interrupción de la gestación.

En el resto de los casos, que engloban la mayoría de las incapacidades laborales transitorias por contingencias comunes -las causadas por enfermedades ajenas a la actividad laboral y por siniestros ajenos al trabajo-, el trabajador cobra el 60% de la base de cotización desde el cuarto al vigésimo día y el 75% a partir del número 21.

Las prestaciones, para cuyo acceso se exigen cotizaciones previas de hasta 180 días en cinco años y cuya cuantía se complementa en algunos casos vía convenio colectivo, alcanzan el 75% desde el primer día cuando la baja tiene como causa un accidente laboral o una enfermedad profesional, y son del 60% del primero al vigésimo y del 75% a partir de ahí cuando el motivo es el dolor menstrual, el riesgo en el embarazo o la interrupción de la gestación.

La mayoría de las bajas laborales no acarrea prestaciones de ningún tipo, ya que no llegan al cuarto día

Sin embargo, la mayoría de las bajas laborales no acarrea prestaciones de ningún tipo, ya que no llegan a prolongarse hasta el cuarto día.

Según indican los datos de la Seguridad Social, en los diez primeros meses del año pasado fueron activadas 4,63 millones de situaciones de ILT (Incapacidad Laboral Transitoria) de las que únicamente fueron indemnizadas 1,79 millones, el 38,71%, mientras que de los 4,57 millones de finalizaciones de ILT solo 1,96 (42,89%) acarrearon pagos.

La diferencia entre las iniciadas y las finalizadas se debe, precisamente, a la brevedad de la mayoría de las primeras y a la acumulación de las segundas, que se prolongan durante varios meses al ser su duración media de 86,6 días.

Las ILT tienen un coste medio por jornada de en torno a 40 euros y presentan una prevalencia que replica esa constante de no alcanzar la mitad de las que dan derecho a prestación: el número de bajas registradas alcanza el 2,8% de los trabajadores protegidos, mientras que el de las indemnizadas se queda en el 1,069%.

El Gobierno, por su parte y según informó ABC, prepara un convenio con las comunidades autónomas para encomendar el control de las bajas a las mutuas, siempre con el acuerdo del trabajador y con la última palabra para la Seguridad Social, ante el aumento de su coste, aunque ese factor guarda mayor relación con la mejora de las bases de cotización por las subidas salariales que con la accidentalidad, que tiende a estabilizarse.

Más trabajo, más trabajadores y mayor productividad

Enfermedades, accidentes e incapacidades, comunicadas o no e indemnizadas o no, impiden trabajar con normalidad a más de 850.000 trabajadores cada semana, según indican los datos de la EPA (Encuesta de Población Activa), que son, por detrás de las vacaciones y los permisos -que afectan a una media de 1,29 millones de trabajadores-, la segunda causa de no asistencia al trabajo.

Esos datos, que señalan la existencia de 850.000 bajas semanales mientras los de la Seguridad Social recogen 460.000 mensuales, apuntan a la existencia de una bolsa de achaques que no llega a ser tratada formalmente como ILT.

Entre 520.000 y 565.000 accidentes de trabajo no llegaron a derivar en una baja en los últimos cuatro años

La estadística del Ministerio de Trabajo recoge en los últimos cuatro años una bolsa de entre 520.000 y 565.000 accidentes de trabajo que no llegan a derivar en una baja, una cifra claramente inferior a la de más de 720.000 de los años precedentes.

"El principal motivo de no trabajar suficientes horas es la salud", explica María Jesús Fernández, economista senior de Funcas, el centro de análisis económicos de las antiguas cajas de ahorro, quien anota que "esa es la principal causa que explica la reducción de la productividad por empleado" en España.

Los resultados del PIB de 2023 recogen cuatro datos que, a simple vista, parecen no acabar de casar: la productividad por hora trabajada crece medio punto, las horas trabajadas casi dos y el número de ocupados lo hace en 3,6, mientras la productividad por empleado cae 0,7.

"Es un desarrollo extraño, en el que crece más el número de ocupados que las horas trabajadas", señala Fernández, que apunta a esas bajas como explicación más probable al generar una mayor contratación para cubrir huecos, especialmente en la mediana y la gran empresa, aunque no tanto en la pequeña y la micro, y en parte por la apuesta por retener capital humano ya formado.

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